- En una nueva semana de tensiones en la familia independentista, barnizada por los actos del cuarto aniversario del 1-O, Esquerra lanzó ayer la mesa de diálogo como apuesta estratégica porque “no hay otro” plan. Lo hizo entre críticas veladas a Junts, tras las acusaciones recíprocas de deslealtad, y mirando por el retrovisor las zancadillas que los posconvergentes les pusieron, a su entender, la pasada legislatura. El expresident del Parlament y actual conseller de Empresa y Trabajo, Roger Torrent, avaló el foro bilateral asegurando que en ERC “tenemos un proyecto estratégico y político evidente, claro y que sabe dónde va”, tarea que pasa por tener “un pie en las instituciones y otro en la calle”. La portavoz del partido, Marta Vilalta, abogó por el diálogo con el Estado, indicó que “si hay alguna alternativa alguien la tendría que decir”, y aprovechó para defender a Torrent de las críticas que recibió cuando estaba al frente de la Cámara catalana, especialmente al término de la legislatura. “Algunos le hicieron la vida imposible”, recordó en clara alusión a JxCat pero sin citarla.
Tras las tensiones públicas que se produjeron al concluir la presidencia de Quim Torra, las votaciones de esta semana en el debate de política general plasmaron las diferencias estratégicas de ambas formaciones pese a formar coalición en el Govern. Vilalta recordó que el Parlament aprobó una propuesta de apoyo a la ampliación del aeropuerto de Barcelona con los votos de Junts y PSC, y citó la palabra “sociovergencia” para reconocer que no se pasa “por el mejor momento como proyecto independentista”, aunque apostó por la unidad. Torrent prefirió centrarse en disponer de “una organización engrasada, cohesionada y preparada” para avanzar hacia la independencia. Por último, la exconsellera Dolors Bassa, una de las dirigentes que estuvo presa hasta la concesión del indulto, manifestó abiertamente que “solo hay una manera de avanzar, que es con una mesa de negociación”. Así, puntualizó que ese era uno de los objetivos en 2017 y, para concluir, se preguntó: “¿Y ahora que lo hemos conseguido nos critican?”.
Esta sima en el soberanismo llevó al PSC a postularse como recambio. Salvador Illa acusó al Govern de “no estar a la altura de lo que Catalunya necesita” y de dividir socialmente al proponer “horizontes imposibles, como la independencia, la amnistía y la autodeterminación, objetivos irrealizables que no generan consenso”. Por ello, reprochó al Ejecutivo de ERC y Junts una actitud victimista: “Siempre la culpa es de los otros. Siempre es Madrid, que la democracia no funciona, que Europa no nos mira. Nunca una actitud de autoexigencia”. El líder del socialismo catalán lamentó que aún no se hayan aprobado unos Presupuestos desde el inicio de la pandemia mientras se plantean “políticas equivocadas y tímidas”. Ante esta situación, propuso al PSC como “alternativa real que se va abriendo paso ante el desgobierno” y capaz de fiscalizar, según él, las acciones de la Generalitat, adoptar una actitud proactiva, proponer nuevas medidas y abogar por la vía del diálogo.
Por su parte, la secretaria general del PDeCAT, Àngels Chacón, anunció que la formación va a “reformular su estrategia de partido y de país” y que ella pronunciará una conferencia para abordar temas centrales el próximo 21 de octubre. “Ni seremos independientes mañana ni tenemos que renunciar a nuestro anhelo de decidir en las urnas nuestro futuro”, aseveró, criticando las discrepancias entre ERC y Junts y también las expresadas entre miembros de los propios partidos.
“La mesa de negociación era uno de los objetivos en 2017, ¿y ahora que se ha logrado nos critican?”
Exconsellera y presa indultada por el 1-O
“Autodeterminación y amnistía son horizontes imposibles que no generan consenso”
Líder del PSC en el Parlament