Líder de la marca morada en Euskadi y diputada de Unidas Podemos en el Congreso, Pilar Garrido (Badajoz, 1966) es la persona idónea para analizar el papel del partido tanto en la CAV como en el Estado.
En pocos días comienza el nuevo curso político en Euskadi. ¿Qué espera que depare?
—Mucho. Sobre todo porque la ciudadanía espera mucho de nosotros. Esta pandemia de la que todavía no hemos salido ha puesto encima de la mesa retos importantes. Entonces, lo que tocaría hacer al Gobierno Vasco y al Parlamento es enfrentar esos retos que hay encima de la mesa. Hay que enfrentar elementos que nos han hecho más vulnerables y han debilitado nuestro estado de bienestar. Habrá que abordar temas que tienen que ver con la salud pública, con la creación de un sistema sociosanitario, fortalecer la educación pública, luchar contra el cambio climático... Es decir, tenemos bastante trabajo.
La posición de Elkarrekin Podemos en la Cámara de Gasteiz es una de las principales incógnitas. ¿Qué estrategia seguirán este curso?
—La estrategia sigue siendo la misma: trabajar mucho para mejorar las propuestas normativas que lleguen al Parlamento Vasco. En ese sentido, nuestro trabajo no va a cambiar pero habrá que tener en cuenta la posición de la otra parte, de la mayoría gubernamental, para ver si hay reciprocidad y si realmente el Gobierno Vasco piensa en hacer frente por fin a los retos que ha puesto la pandemia encima de la mesa. Retos que la mayoría de la ciudadanía cree que son los que hay que abordar.
¿Están cómodos en su actual posición oscilante, de negociar ley a ley?
—Es que no se trata de que podamos elegir. Podemos decidir no hacer nada, situarnos en la zona de confort y simplemente dedicarnos a criticar y hacer una oposición que se parezca en algo a la del PP. Pero Elkarrekin Podemos nunca va a estar ahí, va a seguir haciendo propuestas y construyendo país.
Uno de los primeros hitos serán las Cuentas, que a finales de año deberían empezar a perfilarse. ¿Cómo las encararán?
—Nuestra idea eje es que en esos Presupuestos tiene que verse ya esa hoja de ruta para hacer frente a los retos por los que clama la sociedad vasca. Esperamos que en ese sentido el Gobierno Vasco nos dé la posibilidad de abordar conjuntamente algunos retos. Habrá que ver cómo lo plantean.
El año pasado Podemos fue el grupo que más tardó en levantarse de la mesa de negociación. ¿Se tejieron confianzas de cara a que este año el pacto sea posible?
—Es importante tejer complicidades en política, con todas las fuerzas políticas y con los diferentes agentes de la sociedad. En ese trabajo, de una manera más pública o más privada, siempre vamos a estar. Entonces, sí es verdad que haber negociado unos primeros Presupuestos y habernos sentado a discutir e incluso a tener discrepancias es una manera de tejer y de conocernos más para saber dónde está cada fuerza política.
¿Es indispensable una reforma fiscal para que Podemos pueda sumarse a un acuerdo de Cuentas?
—Es fundamental, pero no porque lo diga Elkarrekin Podemos, sino porque la pandemia ha traído una serie de necesidades que requieren recursos económicos para fortalecer nuestro sistema de bienestar. Y con nuestra capacidad de autogobierno tenemos la posibilidad de configurar cómo va a ser nuestro sistema fiscal. Espero que caminemos conjuntamente hacia un sistema más progresivo y más justo. Pero es que además algunos organismos internacionales y la propia Unión Europea están caminando en ese sentido. Entonces, espero que el Gobierno Vasco y el PNV no se queden atrás.
Se va a reactivar la Ponencia de Autogobierno. ¿Es un buen momento para ello?
—Veremos cuál es el planteamiento. Creo que es un tema que hay que abordar, pero es verdad que es necesario hablar mucho primero para no cerrar en falso un tema tan importante que tiene que ver con la creación de ese nuevo estatus político. Tenemos que ser conscientes de que no solo hay que discutir sobre la relación que tiene Euskadi con el Estado, sino que también hay que discutir cómo queremos construir la sociedad vasca. Queda mucho de lo que hablar.
Visto desde fuera parece muy complicado. Grupos políticos que se declaran incompatibles, líneas rojas, vetos... ¿Hay salida posible?
—Es cuestión de no tener prisa y de tener voluntad política. Si quieres hacer las cosas deprisa, de mala manera y dejando fuera a parte de la sociedad vasca, sería un camino erróneo. Por eso insisto en que necesitamos empezar a caminar y hacerlo tranquilamente y con ánimo inclusivo, de construir entre todos ese nuevo pacto social entre vascos y vascas.
Siguiendo con el autogobierno, las transferencias son clave en esta legislatura, pero el calendario a duras penas avanza.
—Lo hemos dicho en numerosas ocasiones y además estamos en ello, exigiendo al Gobierno del Estado que acelere esas transferencias. Dar cumplimiento al Estatuto no puede demorarse eternamente. Con lo cual, creo que ahí vamos a estar.
Con la llegada de Prisiones en octubre, ¿pueden desbloquearse más acercamientos y progresiones de grado de presos de ETA?
—Lo importante del traspaso es ser capaces de crear un sistema penitenciario propio, acorde a principios compartidos por la mayoría de fuerzas políticas. Un sistema que piensa más en la reinserción y la restauración. Dicho eso, nosotros vamos a estar en el cumplimiento de los derechos humanos y, en este caso, de los derechos de los presos. Eso tiene que ver con los acercamientos y las progresiones de grado y eso lo vamos a empujar en Euskadi y en el Estado.
¿Qué le pareció el recibimiento de hace unos días al preso Agustín Almaraz en Santutxu?
—Siempre hemos rechazado estos ongietorris. Creemos que no solo tiene que ver con convertir un espacio público y usarlo para dañar a las víctimas, sino que además hace daño a la sociedad vasca. Lo seguiremos denunciando y creo que la sociedad vasca, de una manera muy mayoritaria, no entiende que se hagan ese tipo de homenajes y recibimientos. No acompañan en el camino de crear una sociedad más cohesionada y con un mayor avance en temas de paz y convivencia.
¿Debe ser Sortu quien ponga fin a estos actos públicos?
—Tiene que ponerles fin aquella fuerza política, en este caso Sortu, que en cierta manera avala o defiende ese tipo de actuaciones.
En el Estado, ha sido un verano movido en cuestiones sociales como los desorbitados precios de la luz. ¿Cómo un Gobierno español que se dice progresista es incapaz de poner remedio a este problema?
—Es una asignatura pendiente y por la parte que nos toca, por Unidas Podemos, hemos estado peleando, porque es inconcebible que un suministro básico sea inaccesible para parte de la sociedad, para los que tienen menos recursos económicos. Estamos trabajando duramente para intentar cambiar ese oligopolio energético y hemos puesto encima de la mesa propuestas que tienen que ver con la creación de una empresa pública de energía y con poner topes a los precios de la nuclear o la hidroeléctrica. También tiene que ver con algo que a nosotros nos parece muy importante: acabar con ese pasadizo que existe entre los cargos institucionales y los oligopolios, eso que llamamos puertas giratorias. Todo eso tiene que ver con las facturas desproporcionadas y exageradas.
Resulta chocante que el Gobierno no tenga mecanismos, que no tenga la soberanía para poder frenar este oligopolio.
—Yo creo que es cuestión de voluntad política. Si nosotros estuviéramos liderando el Gobierno ya habríamos puesto en marcha estas medidas, que ya se dan en países de nuestro entorno. Nosotros ya nos dirigimos al PSOE como socio de coalición, pero creo que la sociedad tiene que estar empujando para que el PSOE entienda que hay que regular de acuerdo a los intereses generales la factura de la luz.
En este nuevo curso político continúa el bloqueo del CGPJ. ¿Hay que esperar a que el PP levante el veto o reformar la ley para eliminar las mayorías reforzadas?
—Hay que decir alto y claro que el PP no puede tener secuestradas las instituciones, está utilizando el Poder Judicial para la defensa de intereses partidistas y para tapar algunos de sus chanchullos. Con lo cual, en esta legislatura hay que ponerse a trabajar para buscar la manera de que esos órganos no estén secuestrados por una parte y sean reflejo del pluralismo político y del interés general.
Estamos viendo un PP crecido y muy escorado a la derecha, pero las encuestas reflejan que esa estrategia puede dar frutos a Casado.
—La única manera de hacer frente a esto es poner encima de la mesa soluciones a las necesidades de la ciudadanía. La extrema derecha se nutre de la desesperanza, de la incertidumbre y del enfado de la ciudadanía. Nos toca proponer soluciones en temas como la vivienda, el mercado laboral, la factura de la luz... Son los problemas que condicionan la vida diaria de los ciudadanos.
¿Y cuándo llegarán esas soluciones?
—Yo vuelvo a decir que Unidas Podemos va a seguir peleando para que, entre otras cosas, la ley de Vivienda esté en vigor. El PSOE se niega a dar los pasos que tiene quedar; a nosotros lo que nos queda es trabajar duramente para que sea posible. Y también espero que la movilización social juegue un papel importante. Es decir, la gente tiene que exigir a los gobiernos, también en la calle, que den respuestas a las necesidades. Espero que haya movilización social este otoño para que eso nos empuje y nos ayude a Unidas Podemos.
Entienda que suena contradictorio que un partido de Gobierno llame a la movilización social contra ese mismo Gobierno.
—Somos un partido-movimiento y, en ese sentido, yo nunca veo con malos ojos la movilización social. Es más, nosotros estamos haciendo un trabajo muy parecido, acompasado con esa movilización social, en el seno del Gobierno. Lo hacemos en el Gobierno, intentando presionar a la otra parte, y por otro lado intentamos acompañar a la sociedad civil en la defensa de sus derechos.
“Estamos trabajando para cambiar el oligopolio energético y hemos puesto en la mesa muchas propuestas”
“Espero que haya movilización social este otoño para que eso nos ayude a Unidas Podemos”
“Habrá que ver si hay reciprocidad y si el Gobierno Vasco piensa en hacer frente por fin a los principales retos”
“Haber negociado las anteriores Cuentas es una forma de conocernos más y saber dónde está cada uno”
“Una reforma fiscal es fundamental; la pandemia ha traído necesidades que requieren recursos”
“No solo hay que discutir la relación de Euskadi con el Estado, sino cómo queremos construir la sociedad vasca”