- “Lo volveremos a hacer, lo haremos juntos y lo haremos mejor”. Las palabras de Jordi Cuixart en el acto de conmemoración del 60 aniversario de Òmnium Cultural no son baladí. Las pronunció ayer en Elna, municipio de la llamada Catalunya Nord, allí donde aguardaban las urnas del referéndum de 2017 la jornada electoral, y con la mejor fotografía de familia del independentismo: el acto reunió a Carles Puigdemont con todos los indultados, encabezados por Oriol Junqueras, así como a miembros del Govern, incluido el president Pere Aragonès, y diputados en el Parlament de Esquerra, Junts y la CUP. El dirigente de la entidad civil trasladó así la intención de buscar una estrategia conjunta que “plante cara al fascismo” y “venza al Estado” español. “Tenemos el compromiso de construir la república catalana, os pedimos que no nos dejéis solos y que lo podamos seguir haciendo juntos”, verbalizó en un llamamiento a la reconciliación, para reivindicar después el mandato del 1-O y la lucha no violenta como solución al conflicto catalán.
La trascendencia de la cita residía más en la lista de asistentes que en los discursos, limitados a la intervención de Cuixart, emocionado porque acudió hasta la exlíder anticapitalista, Anna Gabriel, exiliada en Suiza. Solo faltó la secretaria general de ERC, Marta Rovira, a la que visitará el presidente de Òmnium la próxima semana. “El Estado español no nos querría ver juntos. Lo que persigue la represión es dividirnos, dividir a los que luchan. Es más importante que nunca que tengamos claro que en nuestra unidad en la diversidad está la clave de la victoria del futuro”, recalcó. “Este acto de reencuentro es una victoria de la sociedad catalana. No la rebajemos”, remarcó Cuixart, para quien “la independencia será posible si hay unidad”. “El Estado español sabe que podemos ganar, no lo olvidemos nosotros. Podemos vencer, y solo depende de nosotros”, proclamó.
Ahí fue cuando soltó su mensaje de cabecera, que ya aireó en el propio juicio del procés en el Tribunal Supremo: “No hay prisiones para parar tantísima dignidad como la que representáis hoy aquí. Que nadie tenga ninguna duda: lo volveremos a hacer, juntos y mejor”. Al final de su alegato, Cuixart materializó la escenificación del “reencuentro” entre Puigdemont y Junqueras llamándolos al escenario, lo que propició una instantánea que “todos sabemos que es necesaria”, para “visualizar que queremos seguir haciendo camino juntos”, zanjó el líder de Òmnium, que con más de 185.000 socios se reivindica como “la principal entidad de Catalunya”.
Òmnium Cultural, que precisamente nació el 11 de julio de 1961 por iniciativa de cinco empresarios -Lluís Carulla, Joan B. Cendrós, Fèlix Millet, Pau Riera y Joan Vallvé- para defender la lengua y la cultura catalanas frente al franquismo, siempre ha buscado restañar las heridas entre partidos independentistas. La mejor forma de “confrontar al fascismo y la intolerancia es no renunciar a seguir construyendo entre todos este pueblo”, aseveró Cuixart, reafirmando su compromiso y el de la entidad civil en otras cuestiones como la defensa del catalán y del modelo de escuela catalana, así como con la cohesión social y los derechos humanos. Cuixart lamentó que no pudieran estar “todos los represaliados y exiliados”, y avisó de que no desfallecerán hasta que puedan regresar. Elna, lugar de resistencia en la Guerra Civil y “tierra catalana” para quienes defienden la Catalunya Nord dentro de los Països Catalans, sirvió como punto de encuentro y conjura. “Muchas gracias a los dos, en nombre de Òmnium y del pueblo de Catalunya”, cerró Cuixart aludiendo a Puigdemont y Junqueras.
“El Estado español no nos querría ver juntos, la clave de la victoria del futuro reside en la unidad dentro de la diversidad”
“Tenemos el compromiso de construir la república catalana, os pedimos que no nos dejéis solos”
Presidente de Òmnium Cultural