- La delicada situación que vive la comunidad autónoma vasca, la más golpeada por el coronavirus, puede hacer posible que esta vez sí llegue hasta el final el deshielo con Elkarrekin Podemos-IU. La sintonía que mostraron ayer la portavoz de la coalición, Miren Gorrotxategi, y el lehendakari Urkullu en su primera reunión para negociar la Ley Antipandemia alimenta la expectativa de que se apruebe con un consenso amplio, con una suma que vaya más allá de la mayoría absoluta de PNV y PSE. Pese a las diferencias, ambas partes mostraron una “voluntad real” de acercar posiciones. Las sensaciones son buenas y se plasmaron en la simbólica fotografía del encuentro en el Parlamento, al máximo nivel, entre Gorrotxategi y el propio lehendakari, implicado de lleno en las conversaciones. Es una fotografía que solo se ha producido con esta bancada, la única en la que el Gobierno ha detectado disposición. Además, enviaron una nota con párrafos pactados que apuesta por la “senda de colaboración y diálogo”. Gorrotxategi pedirá recursos económicos para la ley y revisar el capítulo de las sanciones para no poner el acento en el castigo.
La proposición de ley de PNV y PSE con medidas para gestionar el coronavirus, conocida como Ley Antipandemia, recoge los niveles de alerta y las restricciones para limitar los contagios. Busca reforzar la seguridad jurídica y se impulsó después de que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco tumbara el cierre de bares en zona roja. Esta preocupación une a Urkullu y a Podemos, partidario de reforzar las herramientas o, incluso, al igual que el lehendakari, apoyar el estado de alarma si fuera necesario. La ley respeta el marco competencial, y algunas medidas se contemplan en el marco del estado de alarma. Tiene la aprobación garantizada con los votos de PNV y PSE. Lograr respaldos más allá de su mayoría absoluta supondría proyectar por primera vez que la gestión del virus se sustenta en la acción conjunta de más partidos al margen de la mayoría de gobierno. Gorrotxategi, por su parte, marca perfil propio y se distancia de la estrategia de enfrentamiento de Bildu con un mensaje de mano tendida.
Elkarrekin Podemos-IU se abstuvo en la tramitación, pero fue una abstención crítica y condicionada a que se produzcan cambios sustanciales. Fuentes de esta bancada consultadas aclaran que su abstención en la votación final de junio sigue sin estar asegurada. Gorrotxategi tiene previsto enviar la próxima semana al lehendakari una propuesta articulada en dos bloques: la revisión del extenso tratamiento que se da a las sanciones en esta proposición de ley, y la necesidad de que la norma se vea acompañada de una dotación presupuestaria para reforzar la sanidad, brindar ayudas a la conciliación en un escenario de confinamiento, e inyectar ayudas directas a los sectores afectados. Urkullu ha trasladado una “voluntad absoluta” de diálogo y está dispuesto a incorporar cambios, aunque solo podrá concretarlo cuando estudie la viabilidad de las ideas.
Los grupos comparten la apuesta por las garantías jurídicas, aunque no se ha traducido en apoyos claros: Elkarrekin Podemos-IU y EH Bildu se abstuvieron, y PP+C’s y Vox votaron en contra. En el tanteo previo de la consejera de Autogobierno, Olatz Garamendi, ya se detectó una disposición más clara en la bancada de Gorrotxategi, y se quiere trabajar esa vía, como dijo ayer el portavoz del Gobierno, Bingen Zupiria, en Euskadi Irratia.
En la presente legislatura no han tenido éxito las tentativas de incorporar a Podemos a los consensos del Gobierno vasco, extrapolando la dinámica de colaboración que ya existe entre las tres fuerzas en el Congreso de los Diputados o en Nafarroa. Se intentó con los Presupuestos. La posibilidad de entendimiento sí ha cuajado a nivel municipal en las Cuentas de Gasteiz y Donostia, y se esbozó también en la ronda de contactos de Urkullu, en marzo. El lehendakari recogió el guante de Gorrotxategi y se comprometió a abrir cauces estables para abordar leyes al margen de la ronda cuatrimestral con la oposición. Podemos participa en el Gobierno español, y conoce las dificultades y los criterios para aplicar restricciones contra el virus.
Ambas partes constataron en sus notas, tras una hora en tono “cordial”, que Gorrotxategi ha trasladado al lehendakari su disposición ante “la emergencia sanitaria y la necesidad de un marco regulador”. Según la nota, Gorrotxategi ha afirmado que siempre ha actuado “con responsabilidad” y volverá a hacerlo. Pidió a Urkullu “un diálogo fluido y una negociación sincera” para solventar dudas, sobre todo en las sanciones. La reunión “ha finalizado con el compromiso de mantener esta senda de colaboración y diálogo con voluntad de acuerdo”. Podemos añade que Urkullu “ha agradecido la disposición constructiva” y ha trasladado “voluntad absoluta de mantener un diálogo que permita alcanzar un acuerdo y aprobar esta ley con el máximo respaldo posible”. “Considera que este encuentro refleja, en fondo y forma, el espíritu que demanda el tiempo de pandemia que vivimos”, defienden. Gorrotxategi vio una “sintonía importante” y consideró que sus demandas han sido acogidas con “buen talante”. Vio “posibilidades de acuerdo” y dijo que no hay “líneas rojas”. Fuentes de ambas partes ven “voluntad real”.