- Catalunya vivió ayer su cuarta noche de disturbios tras otra serie de protestas en favor de la libertad de Pablo Hasél. Así, grupos de manifestantes lanzaron objetos contra los Mossos d’Esquadra y quemaron mobiliario urbano en Barcelona, Girona y Vilafranca del Penedès (Barcelona).
Por cuarta noche consecutiva, centenares de personas salieron a la calle en Barcelona, unas 1.500 personas según la Guardia Urbana, y como en días anteriores volvieron a quemar contenedores en el centro de la ciudad, cerca de la sede del Parlament.
Asimismo, en la zona del Born grupúsculos violentos destrozaron los cristales de una entidad bancaria y penetraron en su interior. Previamente, radicales arrojaron todo tipo de objetos, como piedras y botellas, a la línea policial de los Mossos, en las inmediaciones de la Policía Nacional en Via Laietana.
Por su parte, Esquerra se sumó ayer a las condenas por los disturbios en las protestas y defendió que la violencia “no es la forma” de expresar el rechazo a la “situación injusta” que vive Pablo Hasél.
En cualquier caso, la portavoz republicana Marta Vilalta considera que “hay que ir al fondo del asunto, ir a la raíz del problema” y a las razones que provocan esta situación, además de “repensar” el modelo policial.
“Debe haber un cambio de modelo de seguridad pública y caminar hacia una policía democrática adaptada al siglo XXI, que apueste más por la mediación y que, al mismo tiempo, comporte eliminar las malas praxis” policiales”, argumentó la dirigente de ERC.
Ahora bien, en relación con la demanda de la CUP de que se supriman los proyectiles de foam, Vilalta cree que “la policía debe disponer de instrumentos” y no puede quedar desprotegida. En esa línea, se mostró partidaria de trasladar este debate al Parlament, como ya ocurrió cuando se suprimió el uso de las pelotas de goma por parte de los Mossos d’Esquadra. “Mientras tanto, que se investigue si ha habido actuaciones inadecuadas por parte de los efectivos policiales”, reclamó.