EL 24 de abril de 1980 se constituyó el primer Gobierno vasco, tras la dictadura. Pocos días después, el lehendakari Garaikoetxea acordó con el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, iniciar la negociación del nuevo Concierto. Hacía el octavo de una larga historia, iniciada el 28 de febrero de 1878. Había que aprovechar el impulso estatutario, y su sintonía con Suárez, porque era urgente recuperar el Concierto para Bizkaia y Gipuzkoa (que había eliminado el dictador Francisco Franco, el 23 de junio de 1937, en castigo por no haber apoyado su golpe de estado).

La urgencia venía exigida, además de por razones políticas y porque la situación de Euskadi era catastrófica, por una razón práctica evidente: el Concierto alavés seguía vigente y, por ello, la Comunidad Autónoma Vasca nacía, en este decisivo ámbito, absolutamente desequilibrada: dos Territorios Históricos sometidos al régimen común y a la Hacienda estatal y el tercero con Concierto Económico y Hacienda Foral.

Para comenzar la negociación, lo primero que hubo que hacer fue acordar la estructura y composición de la Comisión que iba a enfrentarse con aquella decisiva negociación. Se creó con una de doce personas, seis por parte vasca y seis por la estatal, más un secretario.

En la Comisión vasca, tres de los seis miembros representaron al Gobierno vasco: el Consejero de Economía y Hacienda, Pedro Luis Uriarte, como presidente de la misma; el viceconsejero de Administración Tributaria, José Ramón López Larrinaga, y el diputado al Congreso Josu Elorriaga, que posteriormente jugó un papel clave en la tramitación del Proyecto de Ley del Concierto en el Congreso de los Diputados. A ellos se unió uno más por cada uno de los Territorios Históricos: por Bizkaia, su diputado general, José María Makua; por Gipuzkoa, el viceconsejero de Administración Local del Gobierno vasco, Víctor Mentxakatorre, y por Araba, el senador Juan María Ollora, quien defendió con acierto el Proyecto de Ley en el Senado.

Firmamos este artículo los tres miembros que todavía vivimos de aquella Comisión, que estuvo apoyada por otros responsables políticos (los diputados generales Aizarna y Guevara) y por un significativo equipo técnico.

En el lado estatal se nombró una Comisión muy poderosa, encabezada por el ministro de Hacienda, Jaime García Añoveros, quien contó con el apoyo del de Administración Territorial, Rodolfo Martín Villa, y de un potente equipo de altos cargos, muy cualificados, de la Administración Central.

La primera entrevista entre los dos co-presidentes tuvo lugar el 13 de mayo de 1980. Con esa reunión, en la que David (sin honda) se reunió con Goliat, comenzó la negociación, en medio de una situación política muy mala. Para confirmarlo, el 28 de mayo se debatió en el Congreso de los Diputados una moción de censura contra el presidente Suárez. ¡Estaba todo en el aire!

En las siguientes semanas se realizaron múltiples reuniones, tanto a nivel plenario de la Comisión como en el técnico, y se mantuvieron numerosos contactos telefónicos entre los dos co-presidentes. El avance fue mínimo.

En el verano/otoño de 1980, se bordeó la ruptura de las negociaciones, tras el plante del Grupo Parlamentario Vasco del PNV en el Congreso de los Diputados, como respuesta a la lentitud en la negociación del Concierto y, además, por el inaceptable tratamiento inicial que daba al mismo la naciente LOFCA-Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas.

A partir de ese momento, las negociaciones se tensaron mucho y fueron en algunos momentos especialmente duras, por razones relacionadas directamente con lo tratado en la mesa de negociaciones, y, de nuevo, por la situación política. El 9 de septiembre, el presidente Suárez nombra un nuevo gobierno, en el que, afortunadamente, continúa Jaime García Añoveros como ministro de Hacienda.

El 3 de octubre el lehendakari Garaikoetxea visita Madrid para entrevistarse con Suárez y con el rey, con un objetivo claro, impulsar la negociación. En paralelo, los dos co-presidentes se reúnen una vez más, esta vez en el Palacio de la Moncloa, durante más de tres horas, constatando que las posiciones de las dos partes están muy alejadas.

Cuestión de confianza

Para complicar las cosas, el panorama político español era cada vez más inquietante y se complicó más aún con la decisión del presidente del Gobierno de someterse a una cuestión de confianza que pudo superar por los pelos. En aquella decisiva votación, el PNV votó en contra del presidente del Gobierno, lo cual no fue precisamente favorable para impulsar las negociaciones. Pero había que mantener el pulso

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Unos días después se produce, sin embargo, un hecho positivo: ¡Llegaron las primeras transferencias de competencias al País Vasco! Aunque fueron 14 Decretos de poca importancia, el Estatuto comenzaba a desplegarse. Pero ¿cómo financiar todo ello? Un nuevo tema a incluir en aquella interminable negociación.

Tras varias semanas de tira y afloja, en las que no conseguíamos avanzar, el 2 de diciembre en la Comisión Negociadora Vasca no sabíamos qué pensar. Pero nos juramentamos para conseguir el nuevo Concierto antes del 31 de diciembre. Y es que el ruido de sables, fundamentado en un fantasmagórico desmadre autonómico, comenzaba a ser audible.

Tras una serie de nuevos retrasos, la visita del presidente Suárez a Euskadi, del 9 al 11 de diciembre, acompañado del ministro de Administración Territorial, Rodolfo Martín Villa, permitió desbloquear una situación negociadora muy complicada, gracias al fructífero contacto que mantuvo con el lehendakari Garaikoetxea. Pero, a pesar de las buenas palabras, todavía quedaba mucha tela por cortar.

Pronto nos dimos cuenta de que era así, porque tras los meses de trabajo que habíamos dejado atrás, la negociación exigió a los dos equipos completar un maratón de veintiún días de agotador trabajo, prácticamente sin descanso, entre el 4 y el 29 de diciembre. Fueron 346 horas de negociación ininterrumpida, para pactar, palabra a palabra, línea a línea, artículo a artículo, el texto final del Concierto.

Como en las buenas representaciones de ópera, todo acabó con un do de pecho. El sábado 27 de diciembre, las negociaciones duraron desde las 9 de la mañana hasta las 12:30 de la noche. El día siguiente, el domingo 28, los integrantes de la Comisión Negociadora estuvimos reunidos desde las 12 del mediodía nada menos que hasta las 6:30 de la madrugada. Llegamos al hotel destrozados, tras más de 18 horas de dura negociación, y a las doce en punto del lunes 29 nos encontrábamos otra vez sentados en la mesa de reuniones del antedespacho del ministro de Hacienda para, tras solo diez horas y media de debate, terminar con aquella histórica y titánica tarea.

Como ocurre en todas las negociaciones, los últimos momentos son siempre frenéticos y decisivos, porque son aquellos en los que, si estás atento y tienes fortaleza de ánimo, se pueden conseguir resolver diferencias de criterio que antes parecían irresolubles. Así, el día 28 cerramos nada menos que 24 artículos del nuevo Concierto y el propio día 29, otros 10. Es decir, en esos dos últimos días concertamos el 47% de todas las disposiciones del Concierto. Cuando se terminaba la negociación de uno de los artículos, se transcribía el contenido pactado en un folio aparte y el documento era firmado por los dos co-presidentes, García Añoveros y Uriarte.

Siete meses y medio

Tras muchos meses de trabajo, de avances y retrocesos, toda la negociación del Concierto se completó a las diez y media de la noche del 29 de diciembre de 1980. Desde la primera reunión, entre los dos co-presidentes, el 13 de mayo, habían transcurrido siete meses y dieciséis días. Fue agotador, pero mereció la pena. Al terminar la negociación, el ministro nos dijo: "Habéis negociado muy bien. Creo que este va a ser el mejor Concierto de la Historia". Y tenía toda la razón del mundo, como ha demostrado la experiencia de las cuatro décadas que han seguido. A continuación, Uriarte y García Añoveros abandonaron la reunión y fueron al despacho del ministro. Él llamó al presidente Suárez para informarle de que la negociación había terminado y desde el propio teléfono del ministro, Uriarte se lo comunicó al lehendakari. Tras ello, salimos del Ministerio mortalmente cansados, pero inmensamente felices. ¡Habíamos cerrado la negociación en 1980, como se nos había pedido y nos habíamos comprometido! Gracias a ello, Bizkaia y Gipuzkoa recuperaban su Concierto, 43 años después, y Araba iba a disfrutar de uno mucho mejor.

Para Euskadi se iniciaba una nueva era, una vez que pudo contar con la palanca clave de su autogobierno, pues el Concierto Económico que tuvimos el honor de terminar de negociar, hace 40 años, ha sido, y es, su columna vertebral. Tras 142 años de fecunda vida, esperamos que el Concierto siga aportando cada vez más a nuestro País. ¡Brindemos por ello!

LOS AUTORES

PEDRO LUIS URIARTE

Consejero de Economía y Hacienda del Gobierno vasco (1980-1984). Presidente de la Comisión Negociadora Vasca del Concierto Económico de 1981.

JUAN MARI OLLORA

Economista. Fue diputado general de Álava, senador estatal y parlamentario vasco. Participó en la negociación del Estatuto de Autonomía del País Vasco y del Concierto Económico.

JOSU ELORRIAGA

Licenciado en Ciencias Económicas. Diputado por Bizkaia por EAJ-PNV y miembro de la Comisión Negociadora del Concierto Económico.

Las negociaciones se desarrollaron con un fondo de 'ruido de sables' que comenzaba a oírse contra el 'desmadre autonómico'

Entre el 4 y el 29 de diciembre los dos equipos protagonizaron un maratón de reuniones de trabajo: 346 horas sin descanso