- Magda Oranich, junto con el entonces su marido Marc Palmes, fue la abogada defensora de Jon Paredes Txiki. Marc, Magda y Mikel, el hermano de Txiki, estuvieron con él su última noche. Después de 45 años, Magda tiene grabado a fuego aquellas horas. “Lo que viví aquella noche y a la mañana es algo que no olvidaré mientras viva. Tengo el honor de que Txiki quisiera que estuviese con él sus últimas horas de vida y el horror de haberlo visto morir”.
A Magda le impresionó la entereza con la que se enfrentó a la muerte. “Fue brutal la entereza que mostró un chaval de 21 años. Le ataron a un trípode y los voluntarios de la Guardia Civi le iban disparando mientras el cantaba el Eusko Gudariak. Siempre que escucho esta canción me entran ganas de llorar. Ninguno de los tiros era mortal y al final, el que mandaba el pelotón le dio el tiro de gracia en la sien que fue el que le mató”, señala Magda, que tras presenciar la brutal escena tuvo la sangre fría para “al quedarnos nosotros solos, recogí los casquillos y recogí diez, otros dos no los llegué a encontrar”.
Tampoco se le ha podido olvidar el proceder de los miembros del piquete. “Uno de los del piquete se iba girando hacia donde estábamos nosotros y se iba riendo”, rememora la abogada catalana, que incide en el hecho de que el pelotón de ejecución estaba integrado por voluntarios. “Eran voluntarios de la Guardia Civil, algo que Txiki no supo hasta el último momento. Él pensaba que iban a ser soldados y decía: los chicos no me querrán matar. Al final, nos abrazamos al despedirnos y le dije que el pelotón sería de guardias civiles voluntarios. Fue en el último momento”.
A la espera de lo que pueda dar de sí la Ley de Memoria Democrática, Catalunya ya dio un paso importante. “En Catalunya se dictó la nulidad de todos los juicios del franquismo. Cada una de las 60.000 personas que salen en la lista, nombre por nombre, y el último es Txiki. Y su familia tiene un certificado del Govern de Catalunya, que no está impugnado por nadie, donde se declara que su proceso fue nulo. Y lo más importante es que el Parlament aprobó esa ley por unanimidad, con los votos a favor del PP y Ciudadanos. Eso pasó en julio de 2017. Ahora no sé si volvería a pasar”, asegura Magda.