- No se va a organizar el Alderdi Eguna en este contexto de coronavirus, una decisión inédita en el PNV. ¿Qué va a hacer el PNV y qué mensaje va a lanzar?

—Sabemos que gran parte de la militancia quiere hacer algo. Hemos pedido que celebren en su ámbito familiar como quieran, pero respetando las normas; y que, además de celebrar, dediquen un momento a reflexionar. Para ayudar a esa reflexión, el EBB va a realizar una comunicación política a mediodía [hoy] en las redes.

¿Se dan las condiciones para celebrar este año la Asamblea General y renovar el EBB?

—Los estatutos no dicen nada del Alderdi Eguna; pero de la Asamblea General, sí. Tiene que celebrarse cada cuatro años. Precisamente, el lunes el EBB analizará esto con mucho detalle. La Asamblea General sería lo más sencillo de hacer, buscando sitios con aforos suficientes. Pero antes de la Asamblea, hay mucha actividad en cada organización municipal y en cada territorio. Y hay que decidir si hacemos coincidir la renovación de los consejos territoriales.

¿Habrá que recurrir a la vía telemática?

—Los estatutos, en principio, no lo contemplan. Creemos en el modelo asambleario. No es lo mismo una persona en su casa delante de un ordenador, que una reunión de la afiliación donde uno propone, otro rebate... Es mucho más vivo. El jueves, la Asamblea Territorial de Bizkaia no se celebró en Sabin Etxea, sino en el Euskalduna, porque no había ninguna sala con aforo suficiente. Buscaremos las medidas y los sitios que nos den la máxima seguridad y, al mismo tiempo, permitan a la afiliación participar.

¿Podrá el PNV celebrar su 125 aniversario?

—Si no celebramos el 125, tendremos que ser originales y celebrar el 126. Estamos trabajando en una reflexión sobre la Euskadi para 2020-2040. Hemos incorporado a gente que no es afiliada, porque queremos abrir las puertas a otras aportaciones. Nadie ha dicho que no. Algunos nos ha pedido confidencialidad. Cuando acabe el proceso, lo haremos público.

¿Usted se ve con fuerzas para repetir?

—¿Yo, con fuerzas? ¡Estoy como un roble! Pero las personas no se presentan. Son propuestas por las organizaciones municipales.

¿Cómo está el PNV? Va a gobernar con mayoría absoluta con el PSE, pero por otra parte puede ser una legislatura de desgaste por el coronavirus, las protestas sindicales...

—Hay dificultades objetivas porque todo el mundo está patas arriba. Y es verdad que hay unas cuantas organizaciones que tienen ganas al PNV y creen que esto puede ser la tormenta perfecta y, ya que no nos han podido hundir como proyecto político, que sea utilizando esta situación. Con la capacidad del PNV y esa mayoría absoluta, pese a las dificultades y las ganas que nos tienen, saldremos adelante. Los que tienen ganas de confrontación tienen que medir si el producto de su estrategia, en lugar de desestabilizar a un partido o un gobierno, es hundir a un país.

¿EH Bildu, ELA y LAB quieren hundir el país?

—No sé si lo quieren hundir. Están siendo muy poco responsables con este país. Además, es muy evidente que es una acción anti comunidad autónoma vasca. Las cosas que están sucediendo en el ámbito sindical y la actitud política que está teniendo Bildu en la CAV no tiene nada que ver con la actitud política que están teniendo esos sindicatos o Bildu en Navarra, o Bildu respecto a Pedro Sánchez. La situación sociosanitaria de Navarra en estos momentos es más delicada que la de la CAV. Los protocolos educativos son los mismos. La situación en los hospitales y las residencias es muy parecida. Aquí hay huelgas, y a 10 kilómetros no pasa nada. ¿Cómo se explica eso? Son huelgas de reivindicaciones políticas. No son reales.

Bildu acusa a PNV y PSE de aplicar el rodillo para repartir las comisiones parlamentarias...

—Habiendo mayoría absoluta, podríamos haber aplicado el rodillo y garantizarnos todas las comisiones. No lo hemos hecho. Hemos ofrecido a la oposición que tenga comisiones importantes como la de Presupuestos. Dimos a Podemos un puesto en la Mesa para que hubiera pluralidad, que por cierto se lo negaba Bildu. Lo que no puede pretender Bildu es que le demos graciosamente lo que no le han dado en las urnas. El jueves lo vimos en el Parlamento. Hizo propuestas y tendimos la mano para negociar, pero era lo tomas o lo dejas. No puede pensar que la mayoría por sistema tiene que aceptar lo que quiere. Habrá un gobierno dispuesto a hablar. Pero, si en el último minuto la oposición no está en una posición razonable, habrá mayoría absoluta. No van a paralizar el Parlamento.

¿Ve opciones de diálogo o de transaccionar con alguna de las fuerzas de la oposición?

—Ojalá Podemos y el PP aclaren su situación interna, y eso les permita entrar en una acción política en que nos podamos encontrar, y que Bildu se dé cuenta de que esto va de otra cosa. Da la sensación de que ha empezado la precampaña para dentro de cuatro años.

Los gobiernos vasco y español están a punto de firmar un acuerdo en la Comisión Mixta que va a permitir aumentar la deuda de diputaciones y ayuntamientos. ¿Garantiza que el PNV sea el socio preferente de Pedro Sánchez?

—Lo que se hace es cumplir un acuerdo previo de mayo. Es estrictamente eso. Si se produce, va ser una grandísima noticia desde un doble punto de vista: el fuero, porque salvaguardamos la especificidad del autogobierno, y por otro lado, el huevo también, porque hace falta dinero. Dota al sistema vasco de los mismos sistemas de capacidad financiera que tiene el Gobierno del Estado. Pero no es el precio por los Presupuestos.

¿Cuál es el precio para los Presupuestos?

—El momento está marcado por la salud. Van a tener que hacer frente a una caída de la actividad económica, y difícilmente van a ser expansivos. En esa tesitura, el PNV quiere que haya Presupuestos. Los Presupuestos no pueden caer en peleíllas ideológicas. Para que el PNV los avale al 100% con su sí, tienen que ser unos Presupuestos en los que Euskadi esté reflejada, que contengan todos los compromisos plurianuales que hemos venido acordando y, además, es muy difícil separar esta vez los Presupuestos de los fondos europeos. Los Presupuestos van a ser de guerra, flacos, y donde va a estar la capacidad inversora es en los fondos de la Unión Europea. Tienen que ser fondos consensuados, para transformar. No pueden ir a enjuagar el déficit de un organismo de la administración central.

¿Puede concretar algún proyecto?

—Entran el sector de automoción, aeronáutica, sectores que lo están pasando muy mal; coches eléctricos, híbridos, la revolución que puede venir con el hidrógeno verde, donde Euskadi ha comenzado a colocarse bien, con el proyecto que se va a hacer en el Puerto de Bilbao; y la modernización de los servicios públicos. En Euskadi los fondos nos vienen como un guante a nuestra mano. Confiamos mucho en nuestras potencialidades, y por eso no exigimos cuotas: exigimos transparencia y juego limpio, y que los que ganen sea porque se lo merecen.

El acuerdo en la Comisión Mixta no compromete su apoyo a los Presupuestos pero, ¿al menos sí el voto a favor del techo de gasto?

—Todavía no lo conocemos, pero está muy vinculado a estas variables y tendría lógica.

Con este acuerdo que se espera, ¿Sánchez ya está señalando y blindando al PNV como socio preferente, frente a las especulaciones sobre EH Bildu y su fotografía con Pablo Iglesias?

—Sin el PNV, no hay opciones. Cuando dice Sánchez que somos el socio estratégico y nos quiere cuidar, detrás lo que hay es una necesidad. Para que salga la Operación Ciudadanos, solo se puede hacer si el PNV está en el sí. Pero, para que salga la otra opción, si el PNV estuviera en el no, las cosas se pondrían muy complicadas también. No solo somos nuestros 6 votos. Hay partidos pequeños que nos miran de reojo para ver qué hacemos, porque tenemos una autoritas en la política. Se mueven además en sus conversaciones de nuestra mano. Sin el PNV, no hay opción A ni opción B. Por eso es estratégico.

Pero EH Bildu dice que el acuerdo de la Comisión Mixta ya lo pactaron ellos el 20 de mayo€

—Por Dios, que no hagan el ridículo. El 20 de mayo, quien pactó eso fue el PNV. Ellos pactaron una mención absolutamente descafeinada. Los dos acuerdos son públicos. Hay que tener vergüenza torera. No pactaron nada. Ni han vuelto a tener una reunión sobre ese tema. Ellos están a otra cosa. La verdadera negociación es otra, que es legítima, pero es otra.

¿Vincula los últimos acercamientos de presos a lo que pudieron hablar Iglesias y Bildu?

—Bildu utiliza este proceso en Madrid para salir de la fealdad de su pasado, del agujero negro del que proviene. En Euskadi la obsesión de pelearse con el PNV los lleva siempre al extremismo o a las declaraciones del otro día de Arkaitz Rodríguez. Tienen que hablar para su parroquia. Donde pueden abrirse es en Madrid, y para eso necesitan pisar moqueta. Están obsesionados. Por una foto, son capaces de dar gratis los votos, pero detrás es verdad que hay cosas que les aprietan mucho en el zapato, y la que más les aprieta es la política penitenciaria.

¿Contrapone esa foto que buscaría Bildu con los acuerdos que se cumplen del PNV?

—Le oía decir a Maddalen Iriarte que estamos nerviosos. No sabe el nervio que tenemos. Ellos necesitan la negociación con Madrid para normalizarse. Nosotros somos necesarios en Madrid. De ahí la debilidad de su posición y nuestra fortaleza. Por lo tanto, la capacidad negociadora que tenemos es muchísimo mayor.

¿Le ha molestado al PNV la maniobra de Iglesias para intentar introducir a Bildu en los acuerdos?

—No. Pablo Iglesias es enredador por naturaleza. Tengo que decir que me llamó antes de hacer ningún movimiento y me explicó lo que iba a hacer. Yo le expliqué que veíamos bien que saliera la mayoría de la moción de censura, pero que no podíamos entrar en juegos de salón, que hacían falta Presupuestos. Lo que no necesitábamos eran fotos con él ni reuniones, porque él en esto pincha y corta muy poco. Detrás de esta operación cosmética de Iglesias, hay una operación de autodefensa del proyecto de Podemos, que tiene una situación complicada. Si se resquebraja la mayoría de la investidura, ¿qué alternativas hay? El acuerdo con C's, que pone a Podemos en una tesitura complicada porque C's impondrá disciplinas presupuestarias de Europa; o, si no, elecciones después de las catalanas.

¿Va a plantear el PNV en la negociación algo relacionado con el estatus o los traspasos?

—No, eso no va en Presupuestos, tiene su carril.

¿Hay alguna fecha para registrar la Ponencia de Autogobierno en el Parlamento Vasco y para hacerlo de la mano del PSE?

—Las prisas serían malas consejeras. Tenemos que encajar la pieza del estatus en este tramo final en el Parlamento Vasco con la situación en Madrid y en Catalunya. En el tema catalán, a pesar de que cada uno tiene su vía, es un poco iluso pensar que no influye para la posición en Madrid. Con un Gobierno nuevo en Catalunya, tendrán que retomar un proyecto y van a tener que establecer una negociación con Madrid. Madrid va a querer gestionarlo al mismo tiempo. En Madrid, la ventana de oportunidad es esta legislatura por la correlación de fuerzas.

¿Qué va a pasar con el derecho a decidir si siguen teniendo el encontronazo con el PSE?

—Va a ser uno de los instrumentos que puedan pacificar o entrar en vía de solución al conflicto catalán. Tienen que abrirse a hablar de esto.

¿Interpreta que los movimientos sobre los indultos son un intento de Sánchez de recomponer la mayoría de la investidura y dar cauce al problema territorial?

—El tema de los indultos lleva una tramitación reglada. Lo que tiene relevancia es que el ministro lo anuncie a bombo y platillo. Sánchez necesita que no se crispe otra vez Catalunya. Le interesa tener un hilo de unión con ERC. ERC y PNV somos las dos relaciones estratégicas de Sánchez. El resto son peones que entran y salen pero, sin nuestras dos piezas, es muy difícil hacer política para el gobierno.

¿La ausencia del rey en el acto judicial en Barcelona es un error o es un acierto?

—Para el PNV no tiene mucha relevancia que vaya ni que no vaya. De tener que tomar partido, tomaríamos partido siempre por el que es elegido por la ciudadanía. El asunto es cómo una relación que debiera haber estado guardada entre dos instituciones sale a los medios de comunicación y se lanzan dentelladas.

En un escenario de inhabilitación de Torra, ¿es necesario convocar elecciones?

—Lo que tiene que hacer Catalunya es ir a elecciones, con este asunto o sin él. Hace falta una clarificación. Lleva mucho tiempo de impasse.

¿Le preocupa al PNV el pulso que se está generando entre el Gobierno español y la Comunidad de Madrid por el virus? Parece que Illa prepara el terreno para intervenir€

—Fuimos muy críticos con la gestión del estado de alarma. El Gobierno español, que se aficionó tan pronto, después se ha desentendido. En Madrid se le suma la enemistad enorme entre el PSOE y el PP, y entre Sánchez y Ayuso. No hay un procedimiento claro de gestión. Esas dos cosas impiden una acción más decidida.

¿Euskadi no necesita respaldo adicional del Estado ni rastreadores del Ejército?

—No estamos en esa situación. No hay que llevar la política a la lucha contra la pandemia. Lo importante no es que sean del Ejército por narices, sino que hagan bien su trabajo.

¿La creación por parte de Uxue Barkos de un partido dentro de Geroa Bai va a suponer un problema para la convivencia en la coalición?

—Si se hace bien, no. Si se hace mal, sí. Geroa Bai es un espacio en construcción. Nos tiene a nosotros, un partido consolidado, de 125 años, de los cuales 110 en Navarra; otro partido más chiquitín y reciente, Atarrabia Taldea, y un par de colectivos: Zabaltzen, que parece que intenta la gestación de ese partido; y los no adscritos. Espero y confío en que sea respetuoso con la trayectoria de la coalición y positivo para que la coalición permanezca en el tiempo. Hemos reconocido su legitimidad y nuestra disposición a trabajar con ellos, pero hay cosas que se están diciendo sobre el nombre que no creemos que sean la mejor manera de transitar a esa conformación del espacio de Geroa Bai y su futuro.

¿A qué se refiere con el nombre?

—Ha salido que el nombre puede ser Geroa. Si confundimos la parte con el todo... Tenemos que ser cuidadosos con esas cosas. Yo espero que lo reconduzcamos y la cosa vaya bien.

"El déficit no es el precio del PNV por los Presupuestos de Sánchez; deben contener los acuerdos plurianuales y consensuar los fondos europeos"

"La acción de Bildu, ELA y LAB es una acción anti comunidad autónoma vasca; su actitud no tiene que ver con la que mantienen en Navarra"

"Pablo Iglesias me llamó antes de hacer ningún movimiento sobre las Cuentas; detrás de su operación hay una autodefensa de su proyecto"

"Algunas cosas sobre el nombre del nuevo partido dentro de Geroa Bai no son la mejor manera de transitar hacia el futuro"