- Euskadi arranca hoy una semana de alto voltaje político en la que se resolverán dos hitos que marcarán los próximos cuatro años a nivel autonómico: la reelección de Iñigo Urkullu para un tercer mandato como lehendakari y la composición del nuevo Ejecutivo vasco, el primero en 22 años que contará con mayoría absoluta. Así, tras la toma de posesión de Urkullu prevista para el sábado en Gernika, se desbloqueará por fin el inicio de la legislatura y ya la semana que viene echará a andar el nuevo gabinete.
Y es que el camino hasta este punto ha sido largo, con una pandemia global y un inédito aplazamiento de elecciones de por medio, una cita atípica con las urnas en julio, y con una ardua negociación de programa entre el PNV y el PSE que se ha prolongado durante los meses estivales y que por fin se desbloqueó la semana pasada, a tiempo para cumplir con el calendario previsto para tener un Gobierno en marcha a principios de septiembre.
Para empezar, hoy tendrá lugar el primero de los trámites pendientes, con la ratificación del acuerdo programático por parte de la militancia del PNV y del PSE. Los jeltzales lo harán mediante una Asamblea Nacional, mientras que los socialistas han convocado una consulta a las bases que comenzó el fin de semana y se prolongará hasta esta tarde. Todo apunta a que los afiliados de ambas formaciones respaldarán mayoritariamente el pacto que posibilitará la formación de un Ejecutivo con un amplio respaldo parlamentario y que tendrá como prioridad afrontar las consecuencias de la pandemia del covid-19.
El próximo paso tendrá lugar mañana en el Parlamento Vasco, donde el presidente del PNV Andoni Ortuzar y la secretaria general del PSE Idoia Mendia firmarán el acuerdo de legislatura alcanzado por ambos partidos. En este acto, los dos líderes oficializarán el programa pactado, dos días antes de que dé comienzo el pleno decisivo.
De esta forma, el jueves 3 de septiembre tendrá lugar la investidura en la Cámara de Gasteiz que, en esta ocasión, se prolongará únicamente una jornada, ya que Iñigo Urkullu saldrá elegido en primera votación al contar con la mayoría absoluta de parlamentarios -PNV y PSE suman 41 de los 75 escaños-. Urkullu únicamente tendrá como rival a la candidata de EH Bildu Maddalen Iriarte que, aunque no sumará más respaldos que los de su propio partido, se postula para presentarse como la principal alternativa a jeltzales y socialistas, haciendo hincapié en el discurso social y de soberanía.
Tras esta sesión de investidura más breve que de costumbre -en las últimas ocasiones se prolongaron durante dos días al tener que esperar a la segunda votación por mayoría simple-, se irán conociendo los nombres de los nuevos consejeros que compondrán el nuevo Ejecutivo autonómico. Todo apunta a que se mantendrá el mismo equilibrio en las carteras que en los últimos cuatro años, en los que el PNV ha ostentado diez consejerías y el PSE tres, ya que los resultados del 12-J arrojaron una proporción similar a la de 2016 entre jeltzales y socialistas. La principal incógnita es si Idoia Mendia jugará un papel en el próximo Gobierno, donde se baraja incluso que ostente una vicelehendakaritza.
En cualquier caso, para el acto previsto el sábado 5 en Gernika ya deberían conocerse la totalidad o la gran mayoría de nombres que asumirán las consejerías. Está previsto que Iñigo Urkullu jure ese día como lehendakari bajo el roble de la Casa de Juntas en un acto que será diferente en esta ocasión debido a las medidas de protección y restricciones por el covid-19. La localidad vizcaina ha sido una de las más afectadas en los últimos días por el virus y se ha barajado que esta ceremonia de toma de posesión tenga lugar en el Parlamento Vasco pero a día de hoy, y salvo que la situación sanitaria vaya a peor en las próximas jornadas, la intención del Ejecutivo es mantener el acto en su ubicación habitual.
Ya en la próxima semana debería echar a andar el nuevo Gobierno Vasco. A este respecto, está previsto que ya el martes 8 de septiembre tenga lugar la primera reunión del Consejo de Gobierno. El nuevo gabinete encara una legislatura cuyo inicio estará profundamente marcado por las consecuencias sanitarias, económicas y sociales del covid-19. Los consejeros jeltzales y socialistas priorizarán las políticas públicas para garantizar la salud de la ciudadanía y reforzarán también el sistema de servicios sociales y el diálogo con los agentes, piezas ambas indispensables para que los efectos de la crisis no golpeen con dureza a las clases trabajadores y a los estratos más vulnerables.
De esta forma, la intención del próximo Ejecutivo es poner sobre la mesa cuanto antes un proyecto y una estrategia para la recuperación de la economía vasca y del empleo, siempre con ese objetivo de volver a situar la tasa del paro por debajo del 10%. Respecto a las políticas sociales, tanto el PNV como el PSE abogan por desarrollar una reforma de la RGI para atender a las demandas que va a generar la fuerte recesión que se espera.
Está en el aire una revisión de la fiscalidad que podría acometerse, en caso de ser necesaria, con el objetivo de lograr una mayor progresividad en los impuestos. Tampoco se han fijado pasos concretos en el ámbito del autogobierno, en el que ambos partidos coinciden en pedir su ampliación, pero se han dado libertad de postura en lo que al nuevo estatus concierne.