- La acusación de la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, al vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, de que es hijo de un “terrorista”, en referencia a la militancia de su padre en el FRAP, eclipsó la estrategia de su partido el miércoles en el Congreso, que estaba centrada en atacar al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por la convulsión en la Guardia Civil. Ayer, una voz de gran peso dentro del PP, el presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo, criticó abiertamente esta forma de proceder, que calificó de “gran error”. Así, llamó a sus compañeros de partido a “no caer en las provocaciones del Gobierno” y a “no perder los papeles”.
Preguntado acerca de si apoya las palabras de Álvarez de Toledo, el también líder del PP gallego recordó a los fallecidos por el coronavirus, y a continuación proclamó: “Basta ya de este tipo de espectáculos parlamentarios que estamos viendo en el Congreso”.
Feijóo denunció que, en lugar de “gobernar y tratar de aproximar posturas con la oposición”, el Ejecutivo de Pedro Sánchez “ha perdido los papeles en las últimas semanas” y ahora pretende “que la oposición también los pierda”. “Creo que ningún compañero de mi partido o de otros partidos debe entrar al señuelo del Gobierno. Aunque solo sea por el respeto a los 30.000 fallecidos, más que nunca cometeríamos un grave error si contestamos a las provocaciones de un Gobierno que ha perdido los papeles”.
El candidato a lehendakari de PP+C’s, Carlos Iturgaiz, afirmó en cambio que Álvarez de Toledo no es culpable de la crispación, sino Pablo Iglesias, “que es un fogonero que viene a azuzar el fuego”.