- El PP no ve resquicio alguno: el Gobierno español “ha fallado en todo y a todos” con su gestión de la crisis del coronavirus. Así lo afirmó ayer el presidente popular, Pablo Casado, durante el pleno en el que estaba en juego una nueva prórroga del estado de alarma, la cuarta ya, necesaria para que el Ejecutivo de coalición de PSOE y Unidas Podemos despliegue su plan de desescalada. “Negligente”, “ineficaz” e “incompetente” fueron algunos de los calificativos que Casado lanzó al presidente español, Pedro Sánchez, al que acusó de moverse al margen del resto del arco parlamentario en una actitud “absolutista”.
Pese al grueso calibre de las críticas que se escucharon ayer en el hemiciclo, el PP evitó finalmente votar no a la prórroga, tras avalar el confinamiento de los ciudadanos en todas las ocasiones anteriores. Un rechazo con el que había amagado en las pasadas jornadas, obligando al Gobierno a echar el resto en la negociación, sobre todo con Ciudadanos y el PNV, para garantizar una mayoría de síes. Eso sí, su abstención de ayer fue el último respiro que Casado concedió a Sánchez, al que instó a utilizar otras leyes al margen del estado de alarma para adoptar medidas. De lo contrario, “no vuelva a pedir lealtad y unidad a la oposición”.
Durante su intervención, Casado censuró que el estado de alarma ha pasado a ser “un estado de excepción encubierto”. Acusó además a Sánchez de preferir “gobernar en la unilateralidad” o en el “zoco de prebendas a última hora”, en referencia a los pactos con otras formaciones. El dirigente popular aseguró que el presidente enarbola un relato “al margen de la realidad” para llegar a esa “inquietante nueva normalidad que pretende vender”. Todo ello, además, “mintiendo” sobre las causas de la “grave afectación” del virus.
Presidentes autonómicos del PP como el gallego Alberto Núñez Feijóo o la madrileña Isabel Díaz Ayuso ya se habían posicionado a favor de prorrogar durante 15 días más el estado de alarma. El propio líder del PP admitió ayer que la abstención de su grupo se sustentó en parte en que muchas de sus peticiones han sido asumidas por Moncloa tras sus pactos con formaciones como C’s. Aquí se incluyen declarar el luto nacional, desvincular los ERTE del estado de alarma y mejorar la cogobernanza con las comunidades.
Pablo Casado dijo que España es el país “más afectado” por el coronavirus “en todo el mundo”, acusó al Ejecutivo de incurrir en “imprevisión dolosa” por las manifestaciones feministas del 8 de marzo y en “incompetencia culposa” por no proteger a los profesionales sanitarios, y censuró el “sainete de los test”. “A pesar de todo, Sánchez sigue sin reconocer un solo error y exige que todos le apoyemos sin rechistar”, zanjó. Rechazó por último cualquier intento de achacar al PP la responsabilidad de los fallecidos, la “caja de pandora de las responsabilidades por los estragos de la pandemia”.
El duro discurso del PP se enmarca también en su particular pugna con Vox, cuyo presidente, Santiago Abascal, no defraudó. En su primera intervención, anunció que hoy mismo pedirán autorización ante las delegaciones del Gobierno para convocar concentraciones en coche por las calles de las principales ciudades españolas contra la gestión de Moncloa. Añadió que no descarta presentar una moción de censura si el PP delega su “responsabilidad” como principal partido de la oposición.