- Moncloa ha decidido poner fin a las ruedas de prensa con uniformados, las comparecencias en las que venían participando desde que arrancó el estado de alarma los responsables de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y Guardia Civil, quienes dejarán paso a una presencia más importante de los responsables sanitarios en un formato que aún está por resolver. Su presencia había sido cuestionadas interna y externamente, sobre todo a raíz de la polémica generada la pasada semana por unas declaraciones del general de la Guardia Civil José Manuel Santiago en las que dijo que uno de los trabajos del cuerpo era el de monitorizar las redes sociales para "minimizar el clima contrario a la gestión de crisis del Gobierno".
A las críticas se sumaron diversas organizaciones sindicales de las fuerzas y cuerpos de Seguridad que cuestionaron la "sobreexposición" de los mandos, en especial tras esa polémica, entendiendo que el formato podía ser válido al inicio de la crisis para explicar las limitaciones de movimientos, pero que ya no había novedades de relevancia como para que los uniformados comparecieran cada jornada tras más de 40 días. Diversos directores de comunicación de ministerios compartían la opinión de que no podía exponerse a diario a las cámaras nada menos que al Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), segunda autoridad operativa de las Fuerzas Armadas tras el rey, para repetir meros datos de despliegue de los soldados en la operación Balmis, o al comisario principal de la Policía Nacional, director adjunto operativo del Cuerpo, para relatar cifras de multas y detenciones. Desde el ámbito político, las formaciones soberanistas y desde sectores de Unidas Podemos y otras fuerzas periféricas también censuraron el carácter militarista y patriótico del que se quería dotar a esas puestas en escena.
El DAO de la Policía Nacional, comisario principal José Ángel González, protagonizó una primera polémica al defender que desde la Policía se empezó a hacer provisión de material como mascarillas y guantes en enero. Entonces se dieron instrucciones internas de protegerse en los dispositivos de llegada de viajeros desde zonas afectadas por el virus. El secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, le preguntó si se refería a una fecha más reciente, pero el máximo jefe operativo mantuvo que estaba en lo cierto aunque el Gobierno sostiene que no hubo avisos previos que alertaran de la magnitud de la pandemia. Sin embargo, la más reciente la protagonizó el general Santiago cuando el pasado domingo dijo en Moncloa que entre los trabajos de la Guardia Civil estaba el de monitorizar redes sociales para "minimizar el clima contrario a la gestión de crisis del Gobierno" de Pedro Sánchez.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, lo atribuyó a un lapsus y luego los medios de comunicación difundieron un correo interno del 15 de abril en el que el jefe del Estado Mayor pedía recopilar bulos que afectaran a "instituciones del Gobierno". El general defendió con gesto compungido su propia profesionalidad, sin que se diera traslado en Moncloa a las preguntas de la prensa al respecto, y el doctor Fernando Simón intervino para censurar las críticas que entendía malintencionadas para hacer "daño" por un "fallo" en la forma de expresión.
Hasta 600 euros. El Ejército de Tierra ha prohibido a los militares volver a sus domicilios después de sus turnos de trabajo, desplazamientos que se autorizaron en principio pero que han motivado que alguno haya sido multado con hasta 600 euros por incumplir el decreto de alarma. Los militares tienen obligación de fijar su residencia habitual en el lugar donde están destinados, pero muchas veces viven en otras localidades. Hasta ahora se permitían estos desplazamientos cumplimentando un escrito que les firmaba un superior, pero una nueva norma señala que "no se consideran como domicilios habituales los de residencia familiar o aquellos a los que viajaban los fines de semana o periodos de descanso".