- Pedro Sánchez sigue arrojando jarros de agua fría sobre las expectativas de que el confinamiento en los hogares se relaje. El presidente, que no da ninguna pista sobre sus planes, aprovechó ayer el pleno del estado de alarma celebrado en el Congreso de los Diputados para enfriar aún más las expectativas y avisar de que la cuarentena se mantiene. La salida de los niños para dar paseos a partir del domingo se ve como una "excepción" que no altera la regla: sigue el encierro general, la desescalada no va a comenzar hasta mediados de mayo, y será en todo caso "lenta y gradual", sin correr "ningún riesgo" y solo cuando "estemos preparados". Además, no se descarta que haya pasos "atrás" si se registra un repunte en el virus. Sánchez repitió ayer en incontables ocasiones la palabra "prudencia" para argumentar su proceder y se escuda en que no quiere dar pasos en falso, mientras el PNV le pide que empiece a pensar ya en un plan para relajar las medidas y que deje a las comunidades autónomas que lo gestionen. Sánchez está muy condicionado por la situación crítica que se vive en la Comunidad de Madrid.
En estos momentos, solo se permiten las salidas a la calle para ir a trabajar, hacer la compra, acudir al médico o ir al banco. Los niños podrán salir a la calle a partir del domingo para dar paseos. El lehendakari pide la apertura paulatina del comercio, y algunos informes de expertos a nivel estatal sitúan ese momento en mayo. No obstante, Sánchez no da pistas en público. La prórroga del estado de alarma hasta el 9 de mayo, si no se produce un cambio de criterio de última hora como los que han sucedido con frecuencia estos días, se va a desarrollar con el confinamiento en vigor y únicamente con el relajamiento para los niños. Las demás medidas tendrán que esperar a la segunda mitad de mayo.
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha hablado de dos tiempos para recuperar la actividad económica: verano y finales de año. Para ese momento final, reserva todo lo relacionado con la hostelería y el turismo, que van a ser los grandes damnificados por esta crisis. La situación preocupa en extremo a Canarias, que ya vaticina un "cementerio económico" por boca de Ana Oramas. En realidad, nada se puede dar por definitivo en los anuncios del Gobierno español, que se está manejando a golpe de ensayo y error, con globos sonda para medir la reacción política y social, pero se habla de que antes de la desescalada debe realizar un estudio de inmunidad para ver cuántos ciudadanos están a salvo, y que esa gran encuesta va dilatarse dos meses, que también irán en paralelo al estado de alarma. El Gobierno Vasco pide ir contemplando también hacer deporte para no aumentar el riesgo de sufrir dolencias del corazón. De todo este debate cuelga igualmente la celebración de las elecciones autonómicas.
Sánchez aclaró ayer que su gobierno va a dar "pasos adelante y hacia atrás en los distintos territorios", en coordinación con las comunidades para una desescalada que no será uniforme. Sigue dando total validez al encierro y no descarta volver a un confinamiento total si los datos sanitarios lo recomiendan, una idea que han dejado caer los ministros días atrás y que se desprende entre líneas de las palabras del presidente. "El pequeño alivio de los niños no altera lo más importante: la regla del confinamiento general, que continúa en vigor", dijo, aunque en paralelo está abriendo un diálogo con las comunidades, cada una con sus necesidades, y no está claro cómo vana encajar todas las piezas.