- El Gobierno Vasco está molesto con la forma de actuar del presidente español, Pedro Sánchez, en la actual crisis sanitaria, caracterizada por la unilateralidad y la política de hechos consumados. Así lo comunicó ayer en primera persona el lehendakari, Iñigo Urkullu, al dirigente socialista en presencia (virtual) de todos los presidentes autonómicos durante la videoconferencia que mantuvieron. Un encuentro destinado en teoría a reforzar la comunicación y la coordinación entre las distintas administraciones, pero que estuvo precedido, de nuevo, por un anuncio solemne de Sánchez el sábado -la orden de paralizar desde hoy de las actividades no esenciales para frenar el avance del virus- cuyo contenido y alcance desconocían sus interlocutores en la reunión de ayer.
Fuentes conocedoras del desarrollo de esta cita destacaron la falta de información que se trasladó a los presidentes autonómicos en su transcurso. Fueron varios los dirigentes que pidieron conocer el contenido del decreto antes de su publicación en el BOE, para saber, entre otras cosas, quién deberá hacerlo cumplir y cómo. Urkullu tampoco fue el único en pedir más tiempo para poder realizar aportaciones a esta iniciativa, lo que cayó en saco roto, así como en destacar la dificultad de implementarla con tanta celeridad. Otra pregunta que se quedó en el tintero fue cuál será el escenario si la crisis se mantiene tras el 12 de abril, si se mantiene el cerrojazo de la economía o no.
Durante su turno de intervención, el lehendakari, que ya expresó sus reticencias en una carta remitida a Sánchez en la misma noche del sábado, criticó la "imposición" del cese de todas las actividades consideradas no esenciales durante 15 días, aprobada ayer mismo en Consejo de Ministros, justo antes del cónclave de Sánchez con los dirigentes autonómicos. "Comunicar públicamente, antes de reunirnos, decisiones consumadas y no consultadas, no es buen método. No lo comparto y espero de su parte un compromiso que corrija esta distorsión", comenzó el jefe del Ejecutivo vasco en referencia a Sánchez. Reivindicó una forma de actuar desde la "responsabilidad y la colaboración", pero subrayó que "los principios de lealtad deben ser recíprocos".
Frente a la decisión adoptada por Moncloa, aseguró que "existían otras alternativas menos lesivas", como aprovechar la cercanía de Semana Santa para retrasar siete días unas medidas tan gravosas. Según él, "iniciar una semana más tarde una quincena de mayor limitación de actividades habría tenido un menor impacto en la economía, en la industria y, sobre todo, en la protección del empleo", aseveró.
Lamentó que "el empleo, la economía y el futuro se enfrentan a un panorama peor. Nuestras empresas van a cerrar, mientras las empresas que son sus competidoras están abiertas en Europa y en el resto del mundo". Por ello, reclamó del inquilino de Moncloa que adopte "medidas complementarias" para "apoyar al sector industrial y compensar el grave impacto en el empleo y en la actividad productiva" que considera que tendrá la decisión de cierre. El Gobierno Vasco y el PNV vienen defendiendo mantener una mínima producción económica con el fin de contar con músculo financiero en el momento de superar la pandemia. "Sigo pensando que había otras opciones que ofrecían un mejor balance", dijo ayer Urkullu.
Una vez expresados sus reproches, el lehendakari aseguró que va a "mirar adelante porque la situación lo demanda". "Seguiré colaborando para superar la crisis sanitaria y garantizar la salud pública. El Gobierno Vasco adaptará, con responsabilidad y de acuerdo con las autoridades sanitarias, las medidas anunciadas", indicó. Fuentes de Lehendakaritza consultadas ayer aseguraron que "vamos a estudiar el decreto" aprobado por el Gobierno español y que está previsto que se publique en las próximas horas en el BOE, para desentrañar el alcance de ese "adaptará" que empleó Urkullu en relación a las últimas medidas de obligado cumplimiento que vienen desde Madrid.
La posición del lehendakari fue respondida por la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, que cerró la puerta a cualquier desviación de la ruta fijada por el Consejo de Ministros. Así, garantizó que las nuevas restricciones de movilidad se aplicarán de forma homogénea en todas las comunidades autónomas sin excepción. "No tiene sentido hacer diferencias entre comunidades porque el virus no entiende de fronteras ni de ideologías", dijo.
Las fuentes conocedoras de la videoconferencia consultadas destacaron la actitud de Sánchez de ponerse de perfil ante la pandemia y de repartir responsabilidades entre las Comunidades Autónomas -a las que trasladó la responsabilidad de la gestión de la salud pública- y la Unión Europea. Otro asunto que salió a relucir fueron las dudas sobre la veracidad de las cifras que se están trasladando sobre el número de víctimas del virus, ya que hay comunidades que podrían no estar siendo transparentes al respecto.