- Un grupo de agentes de la Ertzaintza especializados en labores de desinfección ha comenzado a realizar trabajos de limpieza de espacios e infraestructuras importantes de Euskadi. Un primer contingente de ocho ertzainas de esta unidad intervino ayer en Gasteiz desinfectando la estación de autobuses de la capital alavesa, y las inmediaciones del hospital de Txagorritxu y de la comisaría de Gasteiz, dentro de las labores que el Gobierno Vasco está llevando a cabo en la lucha contra la pandemia del coronavirus.
Estos ertzainas son miembros de la Unidad de Desactivación de Explosivos, conocidos públicamente por su labor en la lucha contra ETA con sus espectaculares uniformes para neutralizar las bombas y otros artefactos colocados por la banda para cometer atentados y asesinatos en las últimas décadas y hasta el cese definitivo de la actividad armada en 2011, siete años antes de su definitivo desarme y disolución.
Esta unidad sigue todavía desactivando artefactos explosivos, aunque con menor actividad que en la época en la que actuaba ETA. Ahora sus actuaciones de este tipo se centran mayoritariamente en obuses, proyectiles o artefactos de la Guerra Civil encontrados en playas, montes u otras ubicaciones. La unidad también tiene otros cometidos menos conocidos como son la intervención en todas aquellas situaciones que requieren la neutralización de sustancias de naturaleza nuclear, radiológica o química, incluidas aquellas que comportan un riesgo bacteriológico.
Esta unidad está integrada por 48 ertzainas y tiene su sede en la base de Iurreta, donde convive junto a la Brigada Móvil y a la Unidad de Rescate y Salvamento de la Er-tzaintza.
La labor de esta unidad de desinfección de la Ertzaintza se verá reforzada cuando la situación lo requiera por los servicios de Bomberos que complementarán los trabajos de limpieza. Los equipos de ambos cuerpos desplegarán su actividad de desinfección cuando sean requeridos por los ayuntamientos, que en principio cuentan con servicios de limpieza propios, pero que puntualmente pueden necesitar de un refuerzo.
Fuentes del Departamento de Seguridad consultadas por este diario señalan que en los próximos días se podrá ver a ertzainas y bomberos en estaciones de autobús de Donostia o Bilbao y en lugares de mucho trasiego de personas, siempre y cuando lo pidan los ayuntamientos.
A todo ello se añaden las labores que regularmente vienen realizando las empresas privadas del sector bajo la vigilancia del Gobierno Vasco, y que en esta situación han intensificado su trabajo en instalaciones e infraestructuras públicas.
Mientras el equipo de desinfección de la Ertzaintza trabajaba en una zona de Gasteiz, no muy lejos de allí, en la estación de tren de la capital alavesa se esperaba la llegada de la Unidad Militar de Emergencia (UME). Efectivos del Ejército tenían previsto desinfectar ayer las estaciones del tren de Gasteiz y Bilbao. En la capital vizcaina, una docena de militares del Regimiento de Infantería de Garellano, con sede en Mungia, entraron en la estación de Abando para desinfectar el hall principal y los andenes de acceso a los trenes. Ya el domingo, esta misma compañía militar procedió a la desinfección de la torre de control del aeropuerto de Loiu.
Tras conocerse la presencia de los militares en Euskadi, el lehendakari, Iñigo Urkullu, subrayó que la comunidad autónoma vasca tiene sus propios recursos y no es necesario el Ejército "para determinados servicios". A su juicio, es una decisión del Gobierno español para la desinfección de instalaciones del Estado, como es el caso del aeropuerto vizcaino, de titularidad estatal, al igual que las estaciones de tren de Renfe de Bilbao, Donostia y Gasteiz.
En estudio. El Departamento de Seguridad vasco está estudiando la posibilidad de incorporar a ertzainas ya jubilados a las labores de atención policial ante la pandemia. Ante el importante número de ertzainas retirados de la actividad que se han prestado a retomar provisionalmente la actividad, la consejera Estefanía Beltrán de Heredia no descarta recurrir a estas personas si las necesidades lo requirieran. El problema reside en el vacío jurídico y administrativo para hacerlo posible con garantías, lo que no ocurre con los alumnos de Arkaute que, aunque no han terminado su formación, tienen un contrato laboral formalizado.