madrid - Diecinueve meses después de haber sido nombrado por primera vez ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska ha querido configurar un equipo a su medida, con la destitución de su número dos y del director de la Guardia Civil, y el ascenso del que es su mano derecha, el hasta ahora jefe de gabinete. Horas después de la primera reunión del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, Marlaska citó a todos los altos cargos de su departamento para comunicarles su futuro en el ministerio, en el que no seguirá la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella.

Aunque la gestión al frente de la Secretaría de Estado no ha sido puesta en cuestión, fuentes del entorno del departamento aseguran a Efe que Marlaska no ha tenido especial feeling con Botella y ha preferido ahora que sea su jefe de gabinete, el también juez Rafael Pérez, quien asuma el motor de Interior.

Mientras, la destitución al frente de la Guardia Civil de Félix Azón, también juez, era la más previsible, toda vez que las relaciones del ministro no han sido del todo buenas ni con el propio director ni con los mandos del instituto armado. Las fuentes consultadas no descartan que en la destitución de Azón haya pesado también la operación de la Guardia Civil contra miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR), toda vez que el ministro no había sido informado de la envergadura de esa intervención.

El último cese ha sido el de su jefa de prensa, Mar Hedo, que ha sorprendido a los medios de comunicación, con los que ha mantenido un trato exquisito y a la que el ministro nombró en su toma de posesión del pasado lunes para agradecer que siempre ha respondido a todos los periodistas. - Efe