madrid - Dolores Delgado continúa en el ojo del huracán. Como ministra de Justicia tuvo que hacer frente a las grabaciones del excomisario Villarejo, en las que no ponía muy bien a su compañero de gabinete Fernando Grande Marlaska, y ahora porque, si no hay cambio de última hora, hoy mismo será nombrada fiscal general del Estado en sustitución de María José Segarra. Sería la segunda vez que un miembro del Consejo de Ministros da este salto. El precedente hay que buscarlo cuando Felipe González nombró fiscal general del Estado a Javier Moscoso, que había sido ministro de Presidencia en su gabinete.
El nombramiento de Delgado, que tendrá que dejar su acta de diputada del PSOE, ha desatado una tormenta judicial y política. Las asociaciones mayoritarias de fiscales consideran que su nombramiento perjudica la "imagen de imparcialidad" que debe regir la labor del fiscal general del Estado. Dentro igualmente de la vertiente jurídica, magistrados del Tribunal Supremo, y con la vista puesta en Catalunya, han acogido la elección con iguales dosis de "sorpresa e incredulidad".
Por lo que respecta a la derivada política, el presidente del PP, Pablo Casado, anunció ayer que recurrirán el nombramiento porque vulnera el Estatuto orgánico que consagra la independencia del máximo responsable de este órgano, y desde Ciudadanos, su portavoz de Justicia, Edmundo Bal, consideró la decisión como "una maniobra para politizar la justicia" para satisfacer a ERC y a los populistas. Para el líder de Vox, Santiago Abascal, es una "prueba más" del "golpe institucional" del presidente para que el PSOE "se apodere del Estado". Las críticas, sin embargo, no se ciñen solo a la derecha. El otrora dirigente de Podemos, Ramón Espinar, calificó la decisión de "cacicada impropia de quienes deben encabezar la regeneración moral y democrática de nuestro país".
Mundo judicial Por lo que respecta al mundo judicial, tanto la Asociación de Fiscales (AF) -mayoritaria de la carrera-, como la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF) mostraron su oposición al nombramiento, mientras que la Unión Progresista de Fiscales (UPF) pedía un voto de confianza.
Según Cristina Dexeus, presidenta de la AF, es "una manera muy clara de indicar" que el Gobierno quiere tener "sometida" a la Fiscalía. Para Juan Antonio Frago, portavoz de la APIF, "es una cuestión bastante extraña que el viernes sea ministra y el lunes fiscal general del Estado". Solo Teresa Peramato, portavoz de la progresista UPF, pide un voto de confianza para Delgado, que fue miembro de su asociación, aunque reconocía que el nombramiento "puede provocar reticencias". Como dato a favor, desde de la UPF se recordaba los "30 años" de Delgado dentro de la carrera judicial.
Ante tanta crítica, la nueva portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, aseguró que la Fiscalía no perderá "un ápice de independencia" con el nombramiento de Delgado como fiscal general del Estado. En una conversación informal con los periodistas tras su toma de posesión en el Ministerio de Hacienda, recalcó que Delgado tiene experiencia y es "ecuánime y equilibrada", por lo que consideró que es "la persona más adecuada" para el puesto y "absolutamente capaz".
Con la vista en catalunya Buena parte de la contestación al nombramiento de Delgado hay que circunscribirlo a Catalunya y a la actuación de su predecesora, ya que María José Segarra se mostró contraria a que la Fiscalía solicitara la inmunidad para Junqueras. Ahora, en el entorno del Supremo auguran choques con los cuatro fiscales del procés respecto a los criterios para gestionar la ejecución de la sentencia y también de cara a futuros procesos. En concreto, hacen alusión al hecho de que la Fiscalía es la encargada de elaborar informes en relación con la situación de Puigdemont y con la decisión de la Junta Electoral que retiró la acreditación como diputado a Torra. Sin embargo, la propia Segarra, que volverá a su puesto de fiscal jefe de Sevilla, valoró positivamente la designación de Delgado.
Carmen Calvo, Nadia Calviño, Teresa Ribera y Pablo Iglesias.
Maria Jesús Montero.
José Luis Ábalos.
Fernando Grande-Marlaska.
Margarita Robles.
José Luis Escrivá.
Carolina Darias.
José M. Rodríguez Uribes.