MADRID. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha prometido este miércoles su cargo ante el rey en el Palacio de la Zarzuela, un acto que ha protagonizado por segunda vez y en el que, al igual que en la primera ocasión, lo ha hecho ante la Constitución y sin presencia de la Biblia y el crucifijo.
El Salón de Audiencias del palacio ha acogido este breve acto, en el que Sánchez ha adquirido la condición de jefe del Ejecutivo para liderar el primer gobierno de coalición de la democracia, entre PSOE y Unidas Podemos, tras haber obtenido ayer, martes, la confianza del Congreso con 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones, entre ellas, las de ERC y EH Bildu.
A las once en punto de la mañana ha accedido el presidente (que vestía traje oscuro y corbata granate) al salón, donde se encontraban ya otras altas autoridades del Estado, y poco después lo ha hecho el rey, que se ha situado en un lateral a la izquierda de Sánchez.
Tras la lectura del real decreto rubricado por Felipe VI con su nombramiento y publicado en el Boletín Oficial del Estado, Sánchez se ha dirigido a la mesa sobre la que reposaba la Constitución y se ha girado al llegar a donde se encontraba el monarca para inclinar la cabeza ante él.
Después ha procedido a leer el texto de la promesa con su mano derecha apoyada en la Constitución.
"Prometo, por mi conciencia y honor, cumplir fielmente con las obligaciones del cargo de presidente del Gobierno, con lealtad al rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros", ha recitado Sánchez.
El ejemplar del texto constitucional ha estado abierto por el artículo 99, en el que se recogen, entre otros preceptos, la facultad del rey para consultar a los partidos y proponer un candidato a la presidencia del Gobierno y el procedimiento para lograr la investidura.
Al igual que hizo al prometer su cargo de presidente el 2 de junio de 2018, tras haber prosperado la moción de censura que presentó contra Mariano Rajoy, ha optado por hacerlo sólo ante la Constitución y prescindir de la Biblia y el crucifijo.
La Casa del Rey, tras la proclamación de Felipe VI, decidió dar la opción a los altos cargos de jurar o prometer ante la Biblia y la cruz o sin ellas delante.
Tras la promesa, el rey se ha acercado a Sánchez y le ha dado la enhorabuena antes de posar juntos para los informadores gráficos, una foto a la que se han incorporado después el resto de autoridades.
En el corrillo posterior, los periodistas que han cubierto el acto han podido escuchar un diálogo distendido entre el rey y Sánchez a cuenta de la rapidez de esta ceremonia frente al tiempo que se ha tardado en investir a un presidente desde las elecciones del 28 de abril.
Cuando el monarca le ha dado la enhorabuena, Sánchez, en referencia a esos tiempos, ha comentado: "Ocho meses para diez segundos".
El jefe del Estado le ha apostillado que ha sido "rápido, simple y sin dolor", aunque, a renglón seguido, ha precisado en tono de broma que "el dolor viene después".
El comentario ha sido acogido con risas por parte del presidente del Gobierno, quien ha reconocido ante Felipe VI: "Le hemos dado muchas preocupaciones".
Sánchez también ha comentado al jefe del Estado que le veía "más delgado".
En el acto han estado presentes la presidenta del Congreso, Meritxell Batet; la del Senado, Pilar Llop; el del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, y el del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes.
Ha ejercido como notaria mayor del Reino la ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, acompañada del director general de Registros y Notariado, Pedro Garrido Chamorro.
Testigos han sido también por parte de la Casa del Rey el jefe de esta institución, Jaime Alfonsín, así como su secretario general, Domingo Martínez Palomo, y el jefe del Cuarto Militar, el almirante Juan Ruiz Casas.
Una vez que ha asumido el cargo de presidente, Sánchez deberá nombrar a los ministros que compondrán su Gobierno de coalición con Unidas Podemos, una tarea para la que se ha dado varios días ya que fuentes socialistas han avanzado que no desvelará la lista completa hasta la próxima semana.
Antes de hacerla pública oficialmente deberá volver al Palacio de la Zarzuela para comunicársela al jefe del Estado, ante quien los ministros deberán también prometer sus cargos.