madrid - "¡Golpista!", se escuchó ayer de forma nítida durante la intervención en el Congreso de la diputada de ERC Montserrat Bassa, hermana de la exconsellera encarcelada Dolors Bassa. Pese a los llamamientos del representante de Compromís, Joan Baldoví, a la "educación" de los grupos de la derecha, los malos modos volvieron a caracterizar la sesión plenaria. Un ambiente de crispación que ha tenido su reflejo en el acoso sufrido por los diputados que han apoyado la investidura de Pedro Sánchez, sobre todo los socialistas, con insultos y amenazas a través de correos, redes sociales, llamadas y mensajes de Whatsapp. Una presión que alentaba un tamayazo o la quiebra de la disciplina de voto que el PSOE pudo sacudirse, al cumplir la previsión y salvar la investidura con dos votos de ventaja. Ahora esperan los tribunales de Justicia.
El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, aseguró en los pasillos del Congreso no recordar ninguna campaña de intimidación comparable, ni siquiera en 2016 cuando se pedía la abstención del PSOE para la investidura de Mariano Rajoy. "Hemos sido señalados con nombres y apellidos", afirmó por su parte la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, quien añadió que "esas amenazas terminarán en la Justicia".
Efectivamente, la trascendental jornada comenzó con un tuit de la portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, en el que anunció que "respecto a las amenazas y coacciones, difamaciones y calumnias, comunicaros que acudiremos a los tribunales a defender la democracia. Y que hoy votaremos con mucho orgullo el gobierno progresista". Así fue con los 167 votos a favor cosechados por Sánchez frente a 165 en contra y 18 abstenciones. Ya en su turno de intervención en la Cámara baja, Lastra denunció la "campaña de matonismo" de los últimos días, y citó el caso del diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte, que ha sufrido especialmente este acoso por votar sí al candidato socialista. "Esas prácticas no son de partidos demócratas, son de extremismos de derecha. Dejen de definirse como constitucionalistas cuando pisotean cada uno de los valores de la Constitución", censuró dirigiéndose a las bancadas del PP, Vox y Ciudadanos.
Más de 300 insultos Esta expresión de rechazo de los partidos de derecha al gobierno de coalición gracias a la abstención de ERC ha tenido muchas expresiones, y ayer unos 200 cargos del PP de Castilla-La Mancha se concentraron a las puertas de la sede de la Presidencia de la comunidad para exigir al presidente regional, Emiliano García-Page, que "cumpla su palabra" y ordenara a los nueve diputados socialistas de la región votar en contra de la investidura.
Los ejemplos son múltiples y el diputado del PSOE por La Rioja Juan Cuatrecasas dijo haber recibido más de 60 mensajes que decían, por ejemplo, "¿dormirás tranquilo si traicionas a tu país?". Agregó que "otros compañeros del grupo han recibido más de 300 insultos y amenazas muy graves". Antes de la votación, la parlamentaria por Madrid Zaida Cantera explicó que le han llamado "traidora, puta e hija de su madre, todo muy amable".
Pese a este ruido ambiental, los diputados socialistas se conjuraron para sacar adelante la investidura, lo que se visualizó en Twitter con numerosos mensajes con la etiqueta 167 valientes. Tanto es así que su portavoz adjunto, Rafael Simancas, descartó que hiciera falta el plan antitamayazo por el que ERC y EH Bildu prestarían sus votos a favor si se producía alguna quiebra en las filas del PSOE. Simancas acertó y este préstamo no fue necesario.