Barcelona - La posición de la ANC sobre la repercusión internacional del conflicto catalán que propician los incidentes ha soliviantado al mundo político independentista, que salió en tromba ayer a desautorizar las manifestaciones de Elisenda Paluzie, presidenta de la entidad civil soberanista. El Govern fue el principal actor en desmarcarse de sus declaraciones para reafirmarse en la “reivindicación pacífica”. Así lo corroboró la consellera de Presidència y portavoz, Meritxell Budó, quien sostuvo que la vía de los disturbios y problemas en la calle “no es el camino que la mayoría de los catalanes hemos escogido”. “En esto nos reafirmamos. Pese a que estos altercados puedan hacer visible la existencia de un conflicto, que no negamos que lo hagan, ese no es el camino mayoritario que hemos escogido los catalanes, que estamos por las reivindicaciones masivas y cívicas”, expresó Budó.
Con mayor contundencia incluso se expresó el candidato de ERC al Congreso, Gabriel Rufián, asegurando que al independentismo no le representa “la gente que lleva un cóctel molotov”. “No nos representa la Brimo hostiando a la gente pero tampoco la gente que lleva un cóctel molotov”, incidió el republicano tras participar en un acto en la cárcel de Lledoners, dirigido a los presos y en el que también tomaron parte el líder de la formación, Oriol Junqueras, y el exconseller Raül Romeva, ambos encarcelados en este centro. “Y con esto no me refiero a nuestra juventud que con una pancarta está reivindicando sus derechos civiles y sociales”, señaló Rufián en respuesta a Paluzie.
el pnv, sorprendido Desde Euskadi, también el PNV se declaró “sorprendido” por las palabras de la presidenta de la ANC. El candidato a la Cámara Baja, Aitor Esteban, advirtió de que los episodios violentos solo aportan una “visibilidad negativa y no benefician en nada al procés ni a los partidos nacionalistas”. “Aquí sabemos algo de lo que supone la violencia. Lo único que puedes ir es a peor, no se abren soluciones políticas y, si a alguien perjudican, es precisamente a aquellos que defienden la causa independentista y el denominado proceso soberanista”, explicó en la Cadena Ser el dirigente jeltzale. A su juicio, son además “temas” que “pueden ser también tergiversados y puede haber acusaciones de responsabilidades que, aunque no las tengas, lo mejor es dejar las cosas claras y trazar una línea”. “Me parecieron sorprendentes las declaraciones de Paluzie”, reiteró Esteban, para quien portavoces cualificados del Govern se han pronunciado en contra de la violencia, y “esas cadenas humanas para ponerse delante de la gente que quería generar violencia en las manifestaciones, partes eran espontáneas pero serán también promovidas por las organizaciones políticas para que eso no suceda”.
Desde Moncloa, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que protagonizó la polémica del fin de semana al afirmar que la violencia en Catalunya ha tenido “mayor impacto” que en Euskadi, señaló que “referir que la violencia da visibilidad a un conflicto me parece de personas que tienen alejado de su entorno intelectual y vital lo que es los derechos, las libertades y el Estado de derecho”. Las palabras de Paluzie solo han dado alas al unionismo. De hecho, la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, aseguró que demuestran que el separatismo catalán “ve útil” la violencia para conseguir sus fines políticos. “Lo único bueno que tiene esto es que ya se le ha caído la careta al separatismo, que muestra que no le importa que se use la violencia”, zanjó. Por su parte, el secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, precisó que actitudes como la de la ANC “hacen mucho daño al independentismo”, movimiento que se ha significado por apostar “por vías pacíficas de manera inequívoca”. - I. Santamaría