Bajo la famosa frase, que pese a ser un juego, representa todo un acto de generosidad y solidaridad con el resto de los participantes, UNICEF quiere llegar al público joven y no tan joven y concienciarle de las ventajas que supone compartir, velar por los demás, y querer resolver los problemas de otros. “Cuando éramos niños y jugábamos al escondite, utilizábamos la frase Por mí y por todos mis compañeros que representaba un acto de generosidad con nuestros amigos. Ese mismo espíritu es el que rige la misión de UNICEF y de esta iniciativa: dar solución a los problemas de la infancia y adolescencia para ofrecerles una vida mejor”, asegura Isidro Elezgarai, presidente de UNICEF Comité País Vasco.
Por este motivo, UNICEF ha aprovechado la popular frase para contar a la sociedad cuáles son las necesidades de la infancia y cuáles son las soluciones que la organización aporta. A pesar de los logros conseguidos por el organismo desde sus inicios, las necesidades de la infancia siguen siendo inmensas, por lo que UNICEF solicita ayuda a personas, empresas, instituciones y medios de comunicación para poder cambiar las reglas de un juego que no es de niños.
Por su parte, UNICEF ha dividido la información que quiere hacer llegar a la sociedad con esta campaña en tres pilares básicos.
El primero de ellos tiene que ver con la salud y con el objetivo de conseguir que todos los niños y niñas crezcan sanos y fuertes. Hoy en día, 15.000 niños y niñas mueren cada día antes de cumplir 5 años por causas que se pueden prevenir con medidas muy sencillas como vacunas, agua potable o una alimentación adecuada. Para contrarrestar estas cifras, UNICEF proporciona vacunas para casi el 50% de los niños y niñas de todo el mundo y suministra el 80% del alimento terapéutico.
El segundo de los pilares tiene que ver con la educación. Tener acceso a una educación gratuita y de calidad es un derecho para todos los niños y niñas. Sin embargo, 58 millones de niños y niñas en edad escolar primaria no pueden ir a la escuela. De los que van, 250 millones salen sin conocimientos básicos en matemáticas y lectura. UNICEF trabaja para que todos los niños y niñas tengan la oportunidad de estudiar y tener un futuro mejor. Solo el año pasado, gracias a sus programas, 5,9 millones de niños y niñas que vivían en países en emergencia pudieron ir a la escuela.
El pilar de la protección, por su parte, permite a UNICEF informar a la sociedad sobre la explotación infantil. Proteger a los niños y niñas que están expuestos a la explotación, abuso, violencia o exclusión es indispensable para el organismo.
En el mundo, más de 28 millones de niños y niñas se han visto obligados a huir a causa de la violencia, 73 millones trabajan cada día en las condiciones más extremas, 650 millones menores de 16 años carecen de certificado de nacimiento. Solo en 2017, gracias a los programas de UNICEF, 7,6 millones de niños y niñas involucrados en trabajo infantil en 45 países recibieron educación y protección.
En palabras de Elezgarai, con esta campaña “queremos llamar la atención de la sociedad, empresas e instituciones vascas sobre los millones de niños y niñas más vulnerables que no pueden acceder a una educación o a sistemas de salud, que están desprotegidos, y trasladar la idea de que entre todos y todas podemos cambiar las reglas de un juego que no es de niños pero que, al mismo tiempo, configura el mundo que queremos para ellos y ellas”.