Barakaldo - Estatuto de Gernika, autogobierno y Constitución española. Esto son los tres ejes básicos del compromiso de Pedro Sánchez tal como explicitó ayer en su intervención en Barakaldo, donde “apadrinó” el acto de proclamación de Idoia Mendia como candidata a lehendakari. Una apuesta por el autogobierno que el líder del PSOE se comprometió a llevar a cabo “dependa o no los votos del PNV para la gobernabilidad del país”. Ante un auditorio entregado que le recibió al grito de ‘Pedro amigo, el pueblo está contigo”, el candidato del PSOE quiso dejar claro su compromiso con la “cohesión territorial” en Euskadi y Catalunya, con las singularidades vasca y navarra y con “la España autonómica”.

Así, abogó por “el equilibrio territorial” y rechazó “la polarización de líderes políticos que buscan confrontar y no buscan el encuentro”, cuando es necesaria “la unión” para hacer frente a “los desafíos”. En este sentido, incidió en que su compromiso es, “dependa o no para la gobernabilidad de España del PNV, desarrollar y cumplir el Estatuto de Gernika y reforzar el autogobierno en Euskadi”. “Esa es una bandera nuestra, la España autonómica, el Estado autonómico que está puesto en cuestión por la derecha y la ultraderecha, que quieren recentralizar muchas de las competencias, que ponen en cuestión el Cupo vasco o la naturaleza foral de una Comunidad cercana a Euskadi, como es la de Navarra”, afirmó. “Nosotros no miramos a la izquierda, ni al centro ni a la derecha, nosotros somos socialdemocracia y en España significa autogobierno, Estatuto de Autonomía de Gernika, foralidad en Navarra y, en consecuencia, convivencia y defensa de la Constitución. Es ahí donde siempre nos van a encontrar a los socialistas: en el equilibrio y el encuentro”, aseveró.

Y es que en la cuestión territorial, y en la clave mostrada las últimas semanas -apelaciones al artículo 155 y a Ley de Seguridad Nacional-, se mostró mucho más contundente con la situación catalana y reprochó a las fuerzas soberanistas que utilicen siempre los mismos argumentos “de que España es una dictadura, que oprime, reprime y que hay supuestos presos políticos, cuando se sabe que son políticos presos por haber cometido supuestamente algunas irregularidades y vulneraciones de la Ley, que ahora están siendo dirimidas en el Supremo”. En este sentido, se refirió a la futura sentencia del alto tribunal sobre el procés y a las consecuencias políticas y sociales en Catalunya, para señalar que espera que no haya una “reacción irresponsable” por parte del independentismo. No obstante, se mostró convencido de que se va a superar “la crisis de convivencia en Catalunya”. “Lo vamos a hacer, como siempre lo hemos hecho los socialistas, primero con la ley y luego con el diálogo”, señaló.

El pánico y los milagros De cara a la próxima cita electoral aseguró que las razones por las que los ciudadanos votaron al PSOE el 28 de abril “siguen presentes y ahora lo que necesita España es un Gobierno, pero no cualquier Gobierno”. En esta línea, subrayó que él podría ser presidente del Ejecutivo. “¿Pero de qué Gobierno?”, se preguntó. Al referirse a las negociaciones con Unidas Podemos recordó “la imposición del señor Iglesias diciendo que, o bien la Hacienda pública o la Seguridad Social de nuestros mayores o bien la política energética tenía que estar en manos de Podemos, un partido que no ha gestionado nunca y que, cuando ha gobernado, lo ha hecho mal”. Por ello, manifestó que “hemos antepuesto los intereses generales al particular del partido y también al personal”. Además, criticó que Iglesias recurra ahora “al trampantojo” de “la coalición entre el PSOE y PP o del PSOE y Ciudadanos”, para asegurar que la formación morada es la garantía de que esta entente no se produce.

Y con respecto a la última propuesta de Albert Rivera -ahora dispuesto a pactar con Sánchez tras el 10-N-, el líder del PSOE ironizó con el hecho de que “el pánico hace milagros. Nos ha levantado el castigo”. El presidente del Ejecutivo en funciones insistió en que no busca el apoyo de la derecha “y menos el de organizaciones que lo que hacen es pactar cuando pueden con la ultraderecha”, sino que lo que pide el PSOE es que, si no tienen “una mayoría alternativa”, que, “al menos, respeten el resultado electoral y dejen gobernar a la lista más votada”.