madrid - El PSOE rechazó ayer la última oferta de Unidas Podemos después de que Pablo Iglesias telefoneara personalmente a Pedro Sánchez para poner sobre la mesa “un acuerdo de coalición sobre la base de la última propuesta” socialista y de carácter temporal. “Si después de la aprobación de los Presupuestos Sánchez considera que la coalición no ha funcionado, Unidas Podemos se compromete a abandonar el gobierno manteniendo el apoyo parlamentario” durante toda la legislatura, aseguraron fuentes desde la formación morada. De inmediato ese ofrecimiento cayó en saco roto ya que desde Ferraz alegaron que “no se dan ni las bases mínimas de confianza ni tampoco un planteamiento de un Gobierno cohesionado, coherente y con una única dirección”.
“La propuesta garantiza la aprobación de los Presupuestos, da una oportunidad a que el gobierno de coalición funcione, pero garantiza a Sánchez, si considera que la coalición no ha funcionado, un gobierno en solitario estable durante la mayor parte de la legislatura. En cualquiera de los casos, la estabilidad de la legislatura estaría garantizada”, explicaron desde Unidas Podemos, en un nuevo giro que, al igual que sucedió cuando Iglesias se echó a un lado y rehusó a formar parte de un hipotético Consejo de Ministros, busca trasladar la presión al PSOE.
En la conversación, de unos diez minutos, Sánchez le manifestó a Iglesias el mismo mensaje que le transmitió en la sesión de control del pasado miércoles para que reflexione sobre “otras vías de entendimiento”. Es decir, que la única salida al bloqueo que concibe el PSOE es un Gobierno sustentado únicamente en un acuerdo programático, remitiendo al líder morado a la mesa de negociación. “El equipo negociador del PSOE estará abierto a dialogar, siempre y cuando se aparquen propuestas que se demostraron inviables, como la coalición”, recalcaron los socialistas.
ronda de consultas del rey Fue el último capítulo dentro del serial de quién se erige en vencedor del relato del desencuentro. A falta de nuevos movimientos, la decisión última sobre si habrá elecciones el próximo 10 de noviembre se conocerá el próximo martes después de que Felipe VI convocara también ayer la ronda de consultas definitiva de la investidura para los días 16 y 17 después de reunirse con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet. El rey citará a los representantes políticos para saber de primera mano si el periodo legislativo puede tener continuidad y designar otra vez como candidato a la presidencia del Gobierno a Sánchez. De haber posibilidades, el Congreso convocará un nuevo pleno de investidura; de no existir tales, el 23 de septiembre se disolverían las Cortes y habría comicios por cuarta vez en cuatro años.
El pleno de investidura podría tener lugar el próximo jueves, de forma que la primera votación sería el viernes 20 y la segunda el domingo 22. Otra opción sería que las votaciones se produjeran el sábado y el lunes, fecha límite. Antes hay que constatar si Sánchez dispone de respaldo suficiente para someterse a la investidura, y es que no tiene intención de presentarse a ella si Podemos no le asegura que firmará un pacto programático que dote a su Gobierno de la estabilidad necesaria, nunca un Ejecutivo de coalición, y descartada la idea de que la formación de Iglesias le vote gratuitamente para pasar luego a la oposición, una salida a la que el PSOE tampoco está dispuesto.