MADRID - Consumado el fracaso de la investidura de Pedro Sánchez, los convidados de piedra en este proceso que han sido los partidos de la derecha tan solo tuvieron opción ayer de hacer leña del árbol caído. Es el caso del presidente del PP, Pablo Casado, que reprochó a la bancada de enfrente que “son incapaces de pactar para construir, solo se alían para destruir como en la moción de censura”.

En sus cinco minutos de intervención, denunció el “espectáculo bochornoso” protagonizado a su juicio por PSOE y Unidas Podemos, en una “encarnizada lucha de poder por cargos y prebendas”. Según él, Sánchez y el líder morado, Pablo Iglesias, han sometido a España a un “zoco de vanidades, un mercadeo persa de ministerios y vicepresidencias” que los españoles “no merecen”. “Para este viaje no hacían falta alforjas”, censuró.

Pablo Casado sacó a relucir su oferta de pactos de Estado para garantizar la gobernabilidad, provocando un gran alboroto en la bancada socialista dada su asunción del mantra “no es no”. Exigió al secretario general del PSOE que renuncie a hacer del separatismo un aliado prioritario y del radicalismo un socio preferente, y afirmó que PSOE y PP tienen “una tarea común por delante, ensanchar el espacio central de la moderación y hacerlo tan grande” que de nuevo puedan ganar socialistas y populares. Es decir, el regreso del bipartidismo.

“Han tenido a los españoles toda la mañana pegados al móvil como una actualización de esa España de los transistores felizmente pasada. Y lo peor de todo, para nada”, concluyó. - C. C. B.