BARCELONA - La unidad independentista toca fondo. Los pactos cruzados de JxCat y ERC con terceros, en especial el de los posconvergentes con el PSC en la Diputación de Barcelona, han desatado un terremoto en las relaciones soberanistas difícil de reconducir aunque los republicanos hayan ofrecido al partido de Carles Puigdemont liderar la tercera institución catalana si rompen su pacto con los socialistas.

Quien fuera portavoz del Govern y actual concejala del Ayuntamiento de la ciudad condal, Elsa Artadi, no tuvo reparos en señalar ayer que la simbiosis estratégica “está más lejos que nunca” y atraviesa por una “fragilidad evidente”.

Es por ello que JxCat propuso una agenda de revisión de los acuerdos con las fuerzas del 155 después de las elecciones “para volver a recobrar la unidad que hay en la calle”. Es decir, que allí donde JxCat haya sido la fuerza más votada, gobierne, y viceversa con ERC, siempre que haya mayoría del independentismo.

La reunión de una hora que mantuvieron el presidente del PDeCAT, David Bonvehí, y el secretario de Organización, Ferran Bel, en la sede de ERC de la calle Calàbria con responsables de la formación republicana acabó sin avances pese a ser “cordial” y compartir reflexiones.

”Hay que avanzar en los próximos meses y semanas en múltiples acuerdos”, precisó el líder posconvergente; mientras que el vicepresident de la Generalitat, Pere Aragonès, se preguntaba: “Si hemos pactado en las diputaciones de Tarragona, Lleida y Girona, ¿por qué no en Barcelona?”.

Aunque ERC tiene el doble de diputados provinciales que JxCat, 16 y 7, respectivamente, el republicano aseguró que “esto no va de sillas”.

Para el portavoz adjunto de JxCat en el Parlament, Eduard Pujol, la oferta de ERC es solo “una operación de marketing”. Pero Artadi fue clara: “La unidad ha tocado fondo. No podemos cronificar esta situación y quedarnos con los brazos cruzados”.

La proposición a ERC, envuelta en un duro mensaje de censura hacia los republicanos, consiste en dar marcha atrás, “revertir”, las alianzas municipales y supramunicipales, con un “desequilibrio evidente” de 27 municipios donde ERC ha expulsado a JxCat frente a 7 donde ha sido al contrario. “Hemos de hacer un giro grande”, subrayó. A juicio de Artadi, los dos partidos deben hacer “autocrítica” porque se está ofreciendo “un espectáculo muy triste que decepciona a mucha gente”.

Pese a todo, se mantiene la voluntad de aislar al Govern de las disputas partidistas: “Lo que hemos vivido estas semanas nos debe abrir los ojos para mantener la unidad donde existe e incrementarla donde no”. Conforme se acerca la posibilidad de elecciones, el enfrentamiento entre ambas fuerzas se acentúa aunque queda todavía el reto de afrontar una respuesta conjunta a la sentencia del Supremo en la causa del procés, prevista para octubre.