madrid - Pedro Sánchez comunicó en la reunión del pasado martes a Pablo Iglesias que prefiere el apoyo de la derecha y presentarse a una investidura posiblemente fallida sin negociar nada. Así lo desveló ayer la portavoz parlamentaria, Irene Montero, aunque fue desmentido desde Ferraz, pocas horas después de que el secretario general de Unidas Podemos señalara que el Ejecutivo de coalición entre el PSOE y la formación morada “está mucho más cerca de lo que podría parecer, aunque haya que esperar dos meses y medio”, allá por septiembre. El presidente del Gobierno español se mantiene firme en su oferta de colaboración con la marca de los círculos, que pasaría por incluir a miembros de esta fuerza política en puestos de responsabilidad dentro del organigrama gubernamental, con la excepción del Consejo de Ministros.

Tras la frustrada cumbre en La Moncloa del pasado martes, Montero recalcó que Podemos no ha impuesto “ninguna línea roja” en la negociación y su disposición a dialogar con el candidato socialista en cuanto él esté dispuesto “a buscar un gobierno de coalición progresista”. “Nos apena que Sánchez busque el apoyo de la derecha; que no solamente amenacen con una repetición electoral sino que quieran ir a una investidura fallida”, lamentó la dirigente morada, quien recordó que “ya vivimos esto en 2016, y algunos nos quisieron hacer creer que Ciudadanos era un partido de centro, incluso un poquito de izquierdas”. Iglesias, con un discurso más positivo, precisó que “la razón por la que planteamos un apoyo integral de un Gobierno de coalición es porque sabemos que es la única garantía de que los servicios públicos se protejan en España”. “Los papeles aguantan promesas preciosas pero después no se cumplen” por lo que no se conformarán con un acuerdo programático. “Fiarse de la palabra de un político es lo más imprudente que se puede hacer en la vida”, zanjó.

Desde el PSOE no se mueven un ápice de la posición inicial en tanto que Sánchez ya ha decidido que el próximo día 2 comunicará la fecha del mes de julio en la que se someterá al debate de investidura, tenga o no tenga respaldos para superar la votación, estrategia con la que busca que cada partido se retrate y que cada uno asuma su responsabilidad de facilitar o bloquear la formación de “un gobierno progresista, europeísta y moderado”. Iglesias insistió en que el PSOE tiene dos opciones: buscar un acuerdo con Ciudadanos, “que le doblen el brazo a Rivera”, o el gobierno de coalición con Podemos. “Nosotros no estamos para creer mentiras y promesas”, matizó dentro de un escenario más optimista que el de su compañera Montero. “Confianza y paciencia”, dijo él.