Donostia - El PNV volvió a ganar ayer en Gipuzkoa unas elecciones generales, victoria que no lograba desde 2004, y lo hizo con 4.000 votos más que entonces, al situarse en 119.106 apoyos. Se trata de la segunda mejor marca de la formación jeltzale en el territorio en unas generales, solo superadas por los 125.000 sufragios de 1982. La de ayer fue la séptima victoria del PNV en unas generales en Gipuzkoa y lo hizo con el tercer mejor dato de participación en estos comicios, un 74% que solo fue superado en 1977 (76,6%) y en 1982 (un 78%).
Por detrás de la lista encabezada por Joseba Agirretxea, que estará acompañado en el Congreso por Iñigo Barandiaran y Maribel Vaquero, Mertxe Garmendia y Luke Uribe-Etxebarria en el Senado, se situó EH Bildu, que como el PNV recupera un puesto con respecto a 2016.
La coalición soberanista logró su primer gran objetivo, que era ganar votos (superó en 26.000 la marca de 2016) y recuperar el segundo representante en la Cámara baja por Gipuzkoa, puesto en el que tras Mertxe Aizpurua situó a Jon Iñarritu. No obstante, la coalición soberanista se queda a casi 25.000 votos del PNV y a 5.000 de la simbólica cifra de los 100.000 sufragios. La segunda posición en Gipuzkoa concede a EH Bildu su único senador en la Cámara alta, que será Gorka Elejabarrieta.
Entre ambos suman más de la mitad de los votos en suelo guipuzcoano, lo que evidencia que las elecciones generales en Gipuzkoa más que en clave de voto útil para frenar a las derechas se jugó en clave de autogobierno. Así se entiende que el efecto Sánchez apareciera en Gipuzkoa más atenuado que en otras latitudes o ayer la sigla de Unidas Podemos se presentara en el territorio histórico con un atractivo menor que el de comicios anteriores como el de 2016 -donde votantes próximos al PNV y, sobre todo, EH Bildu- apostaron por Pablo Iglesias como la palanca del cambio en el Estado.
Como les ocurrió a jeltzales y a EH Bildu, los socialistas también avanzaron una posición, ya que pasaron del cuarto lugar al cajón de bronce. La lista encabezada por Odón Elorza pasa de 51.500 votos a 77.000, aunque se quedó a casi 19.000 votos de conseguir el segundo escaño en detrimento de la coalición soberanista.
A solo 7.000 votos del PSE pero con casi 34.000 votos menos que en 2016 se sitúa Unidas Podemos, que pierde un diputado por Gipuzkoa y Pilar Garrido será su única representante en Madrid.
El PP guipuzcoano continuará sin representante en Madrid. Iñigo Arcauz, cuya recta final de campaña se vio sacudida por la revelación de que la número 5 de su lista concurre con Vox por Irun y que él mismo había facilitado militantes a Vox meses atrás, perdió 15.000 votos respecto a los 35.000 que cosechó Borja Sémper en 2016. Y no porque como ocurrió en otros territorios Ciudadanos se beneficiara de la caída del PP: la formación naranja continúa en los mismos 11.000 votos, mientras que Vox irrumpe con 6.700 votos. Si en 2016 PP y Ciudadanos sumaban 47.000 votos, anoche populares, naranjas y Vox no alcanzaron los 40.000.