gasteiz - Repite como cabeza de lista por Álava. ¿Cree posible volver a ganar las elecciones en el territorio? ¿El tirón del PSOE puede perjudicarle?

-Nosotros salimos a ganar en Álava. Veníamos con un programa muy concreto, con el cierre de Garoña, peleamos muchísimo y lo conseguimos, también el final del fracking, y eso la gente lo reconoce y lo valora. En la estadística con las intervenciones de cada diputado se ve ese trabajo (Uralde ha presentado más iniciativas que el resto de diputados alaveses juntos). En 2015 la marea iba a favor y ahora igual más en contra, pero el objetivo es consolidar la confianza de los alaveses y alavesas en nuestro proyecto.

¿Es factible, técnica y económicamente, soterrar el AVE en Salburua y Zabalgana?

-La enmienda que presentamos a los Presupuestos que no se aprobaron pedía que el Ministerio de Fomento hiciera un estudio sobre la ampliación del soterramiento y su coste. Nos sorprende que se deje fuera prácticamente media ciudad, y en eso vamos a seguir insistiendo, queremos que se haga, la legislación exige que se contemplen todas las alternativas.

¿Cuál es su postura con respecto a la alta velocidad, con la obra ya hecha?

-Somos muy críticos con la alta velocidad, solicitamos y no conseguimos que en la comisión mixta del Tribunal de Cuentas se hiciera un análisis del sobrecoste de la alta velocidad vasca, se tumbó esta propuesta con los votos de PNV y de PP, pero ha habido sin embargo un informe del Tribunal de Cuentas sobre los sobrecostes del AVE en su conjunto y hay también un informe del Tribunal de Cuentas europeo sobre el AVE. Vienen a dar la razón al discurso ecologista en la medida en que salvo líneas concretas y específicas es, desde el punto de vista económico, no solo ambiental, es un disparate. Estamos con el debate sobre la España vaciada, y una de las cuestiones es el abandono del ferrocarril, el AVE une dos puntos y lo que queda en medio no existe. Evidentemente, una vez que el AVE va a llegar a Vitoria, que se haga, pero con estas condiciones de las que hablamos.

En esta legislatura se ha cerrado Garoña y el fracking ha desaparecido del debate público, pero hay otras cuestiones, como el estado del Zadorra y de otras cuencas, o el embalse de Barrón. ¿Qué iniciativas plantea a este respecto?

-Vamos a seguir presionando gobierne quien gobierne sobre la depuradora del Nervión, que estaba en el Presupuesto que no se ha aprobado. Estamos contra el embalse de Barrón porque tiene un impacto demasiado alto para el beneficio que presuntamente podría traer, y de hecho somos optimistas porque los técnicos del ministerio nos están dando la razón.

¿Cómo ha de enfrentarse Álava al cambio climático?

-A nivel alavés es un reto. Hablamos del cambio climático como si afectara a los osos polares y ya está, pero está aquí, afecta a los cultivos, en la Rioja Alavesa hay mucha preocupación, y es lógico además.

¿Cómo puede hacer la transición energética un territorio que tiene miles de empleos en el sector de la automoción?

-Hay que abordar el futuro de la industria del automóvil, en Álava tiene mucho peso social y no se puede simplemente dejar en el debate de diésel sí o diésel no. En China tienen el objetivo de que el 10% de los coches sean eléctricos en 2020 y eso está haciendo que toda la industria del coche eléctrico se desplace a Asia. Queremos introducir el debate de cómo va a afectar eso a la industria en Europa y a nuestro territorio. Si nuestra industria no se adapta a los cambios, teniendo en cuenta que la mayor parte de la producción se exporta, tenemos un problema. Hay que abordarlo.

¿Vamos tarde ya? ¿Por qué la industria europea no se ha preparado?

-Hay tecnología hace tiempo para hacer coches más eficientes, pero creo que hay una vinculación entre la industria del automóvil y las petroleras, y por eso siempre ha sido reacia a dar pasos en eficiencia. Solo se puede explicar desde ahí, si no hoy los coches serían mucho más eficientes, y siguen en la misma línea, tratando de evitar cualquier avance. El futuro ya está aquí, la movilidad está cambiando. El transporte es el causante de una parte muy importante del cambio climático y tenemos que cambiar los modos de movernos. El reto es cómo se hace eso sin dejar víctimas por el camino, sin impacto social, pero para superar ese reto con éxito hay que afrontarlo, no puedes meter la cabeza debajo del ala.