BARCELONA - El recurso interpuesto por Carles Puigdemont ante el Tribunal Constitucional (TC) contra el acuerdo tomado por la Mesa del Parlament y su presidente, Roger Torrent, sobre la suspensión del president en el exilio como diputado ha reabierto heridas en el binomio que configuran Junts per Catalunya (JxCat) y ERC durante el proceso soberanista. Las versiones difieren en uno y otro bando, y es que mientras fuentes de la presidencia de la Cámara catalana aseguran que Torrent no fue informado del recurso, el grupo del exjefe del Govern sostiene que sí fue puesto en aviso y que todo forma parte de una estrategia puramente jurídica para defender los derechos parlamentarios de quien llevó los mandos de la Generalitat. “No queremos hacer sangre”, insisten. “Respetamos la decisión de Puigdemont”, mantienen públicamente los republicanos.

Lo cierto es que el expresident ahora en Waterloo acusa a la Mesa actuar de forma “intempestiva”, al margen de los acuerdos del Parlament y sin darle audiencia previa, cuando acordó retirarle el voto delegado, por lo que cree que su decisión es “arbitraria” y le provocó “indefensión”. La portavoz del Govern Elsa Artadi trató de calmar las aguas y defendió la postura de Puigdemont, señalando que el recurso es un tema técnico que no persigue cuestionar a la Cámara catalana y su órgano director, sino que es un paso previo para ir después “a buscar la justicia internacional”. Postura que entra en contradicción con la de ERC, para quien no es necesario el recurso para acceder a tribunales internacionales. - I.S.M.