MADRID. La declaración de estos testigos fue propuesta por las defensas de Julen Goikoetxea y Jon Ander Cob, ambos condenados desde el pasado junio a nueve años de cárcel, y concretamente han indicado que el primero estuvo esa noche en el bar Koxka de Altsasu, pero que no le vieron agredir, y que el segundo directamente no estuvo.
Todos los testimonios aceptados por la Sala de Apelación han ido en la misma línea, incluido el de una joven que se ha presentado como amiga de María José N.C., la novia del teniente de la Guardia Civil, que también fue agredida. Según han destacado las defensas de los acusados, esta declaración ha ido en la misma línea de la que ya prestó otro testigo durante el juicio del año pasado, Kennett Paulette, quien también dijo ser amigo de la joven.
La testigo ha reconocido que la noche de los hechos, en un momento dado, vio al teniente tendido en el suelo y a María José agachada ayudándole y asustada, pero ha querido dejar claro que no vio a Julen Goikoetea pegar a nadie ni empujar, aunque sí estuvo en el bar, y que a Jon Ander Cob no le vio por allí.
Cuando todo se tranquilizó, la testigo ha asegurado que se marchó a casa y que al día siguiente envió un mensaje a María José para interesarse por su estado, pero ésta no le respondió. No ha vuelto a hablar con ella desde entonces, ha añadido.
LAS ACUSACIONES NO VEN UTILIDAD A LOS TESTIMONIOS
La valoración sobre estos testimonios varía según opinen acusaciones y defensas. Para las primeras --Fiscalía, Abogacía del Estado, acusaciones populares que ejercen Covite y la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC)--, no aportan mucho valor a la prueba que ya fue examinada en el juicio del año pasado y se mantienen en su acusación por delitos terroristas.
El fiscal, José Perals, ha negado que haya ningún tipo de "conspiración" o "montaje policial" en esta causa: "No estamos ante una causa general de la Guardia Civil contra los acusados. Estamos ante un atentado contra la Guardia Civil y contra dos mujeres, que no se olvide".
Por eso, el representante del Ministerio Público sigue pidiendo la condena por agresiones terroristas --lo que podría elevar las penas a 50 años--, ya que, tal y como ya dijo en el juicio, los ocho acusados son "herederos" de las ideas y la estrategia que dictó la banda terrorista ETA y que llevó a las "peores atrocidades" cometidas durante medio siglo.
Por su parte, el abogado de Covite, Rubén Múgica, considera que las declaraciones escuchadas este miércoles están "descontextualizadas", toda vez que los testigos ya conocen lo que se declaró en el juicio y las consecuencias del mismo. Además, ha censurado que a pesar de haber una sentencia y con el paso de los años la agresión de Altsasu se siga viendo como una pelea de bar.
Jokin Unamuno, Ohian Arnanz, Adur Ramírez, Julen Goikoetxea, Jon Ander Cob, Iñaki Abad, Aratz Urrizola y Ainara Urquijo fueron condenados a entre 2 y 13 años de prisión el pasado mes de junio al ser considerados culpables de los delitos de atentado a agentes de la autoridad, lesiones, desórdenes públicos y amenazas. La sentencia les impuso las penas más altas contempladas, si bien se descartaron condenas por delitos terroristas.
"TODAS LAS DUDAS DEL MUNDO"
Para los abogados de Julen Goikoetxea y Jon Ander Cob, los testigos que han propuesto y que han declarado en la vista de apelación permiten concluir que existen "todas las dudas del mundo" sobre la participación de sus defendidos en los hechos, ya que sólo fueron condenados por las afirmaciones de las víctimas, palabras que no han sido corroboradas por otros testigos.
Después de la vista, celebrada en la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares (Madrid), la portavoz de los familiares de los condenados, Isabel Pozueta --la madre de Adur Ramírez--, ha manifestado a los medios de comunicación que no entiende por qué las acusaciones continúan pidiendo condenas por terrorismo y que esto debe obedecer a determinados "intereses".
La abogada de Jon Ander Cob, por su parte, ha dicho que las pruebas testificales aportadas hoy son "muy contundentes" y que tanto ella como el letrado de Julen Goicoechea esperan que cambie la sentencia para sus defendidos.