El anuncio el pasado jueves de Iñigo Errejón de concurrir bajo el paraguas de Manuela Carmena como candidato para presidir la Comunidad de Madrid se produjo justo el día en que Podemos cumplía su quinto aniversario como formación política. Cinco años desde que Pablo Iglesias anunció su tentativa para asaltar los cielos de la política española, llevarse por delante al bipartidismo y dar el sorpasso a la izquierda tradicional española. En este lustro la formación morada ha chocado con inesperados nubarrones y ventiscas que le han llevado a los infiernos de la política. Incapaz de apagar los fuegos que se le generan continuamente en las federaciones regionales y, como ahora, en el mismo corazón del partido, la formación morada es incapaz de remontar las encuestas que le mantienen estancada como cuarta fuerza. Con todo, como reconocen algunos dirigentes de la formación morada, el mayor problema es la sensación de cansancio de su militancia y seguidores ante tanto y tan continuado barullo interno sin expectativas de solución y de convertirse en un partido realmente influyente y con poder.

La ruptura entre Iglesias y Errejón se fraguó en el congreso de Vistalegre II, y con sus altibajos y con más voluntad que acierto, se ha mantenido estos dos últimos años hasta que Errejón ha optado por marcharse con nocturnidad y alevosía a la casa de Carmena. La mayor de las crisis de Podemos se produce cuando el partido, pese a las encuestas, tenía bastante protagonismo por su pacto presupuestario con Pedro Sánchez. También es inoportuna para la izquierda española más necesitada que nunca de confluencias y transversalidad entre sí ante la amenaza de la triple alianza de derechas entre PP, Ciudadanos y Vox en Andalucía.

Las continuas luchas de egos han lastrado la vida orgánica de un partido asambleario y que se reivindica como más democrático que ninguno. Dirigentes enfrentados, una maraña de primarias en algunos casos judicializados, gestoras? Los habituales tics de los partidos convencionales a los que venía a suplantar han cortado las alas al partido en su vuelo hacia la Moncloa. Además, las batallas cainitas tan propias de los partidos de izquierda han desdibujado su proyecto político. La foto de los cinco ideólogos-fundadores del partido en la que aparecían Iglesias, Errejón, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa y Luis Alegre ha quedado hecha añicos en tan solo cinco años. Cada cual haciendo la guerra por su cuenta y reivindicando para sí el espíritu fundacional del partido proyectado sobre la base del movimiento del 15-M, cuyo legado asumió como bandera.

Entonces dejaron en manos de Iglesias liderar el proyecto y extenderlo desde Madrid al resto de las comunidades autónomas utilizando la fórmula de las confluencias. Sin embargo, cinco años después, la situación territorial de Podemos es complicada. Además de Madrid, Cantabria, La Rioja y Nafarroa son los territorios donde Podemos afronta más dificultades. En Cantabria y La Rioja se han paralizado las primarias por decisión judicial. En la Comunidad foral han expulsado a tres diputados oficialistas y pueden perder la presidencia del parlamento foral.

Después de unos primeros años movidos y con cambios en su liderazgo, en la CAV, el partido se ha tranquilizado en los últimos meses con la dirección de Lander Martínez, a pesar del último golpe de mano del exsecretario general de la formación en Euskadi Roberto Uriarte que encabezó la candidatura pablista en las primarias para las próximas elecciones generales, aún sin fecha, y que consiguió colocar a todos sus candidatos, mientras que la dirección del partido -hasta no hace mucho alineada con el errejonismo- no pudo hacerse un hueco.

Ruptura en Nafarroa La situación es ahora completamente distinta en Nafarroa. La formación morada está dividida desde que la anterior secretaria general, Laura Pérez, perdiera el cargo en favor de Santos y fuera posteriormente expulsada del partido. Ahora mismo, tiene siete escaños en el Parlamento foral, con la particularidad de que la mayoría (cuatro de ellos) ya no pertenecen a Podemos pero mantienen su escaño y han expulsado del grupo parlamentario a los tres restantes, que curiosamente sí pertenecen al partido.

En Galicia, el sector oficial de Podemos, con el candidato Antón Gómez-Reino, se impuso en las primarias a la lista encabezada por Carolina Bescansa, con la que trataba de volver a la primera línea política tras su distanciamiento de Iglesias. Pero las primarias de sus socios de En Marea han terminado en los tribunales, después de que el derrotado David Bruzos, más cercano a Podemos, haya impugnado las primarias en las que venció Luis Villares y haya denunciado graves deficiencias en el proceso.

La coordinadora general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, pertenece a la corriente Anticapitalista y no mantiene una buena relación con Iglesias. Como muestra, el pulso de la dirección regional para concurrir en coalición con IU con una dirección federal que reclamaba que Podemos no se diluyera en la coalición Adelante Andalucía.

Desde finales de diciembre, Podemos Cantabria está dirigido por una gestora, cuyos cinco miembros han sido seleccionados por Echenique, y que desvinculó la marca Podemos del grupo parlamentario, que tiene tres diputados, y que hace dos días el Parlamento cántabro ha disuelto tras pedir una de sus miembros del entorno de Iglesias pasar a ser diputada no adscrita.

En Catalunya, Podem como organización mantiene un perfil bajo, eclipsada por la confluencia de izquierdas Catalunya en Comú, que lidera la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, con la que colabora, mientras intenta superar la crisis provocada por la dimisión en septiembre de su hasta entonces secretario general, Xavier Domènech, sustituido por Noelia Bail. En apenas tres años y medio, Podem acumula cuatro secretarios generales, Gemma Ubasart, Albano Dante Fachín, Xabi Domènech y Noelia Bail. En el Parlament, Podem tampoco destaca por su voz propia dentro del grupo parlamentario que comparte con Catalunya en Comú, que ha tenido que afrontar otra crisis interna por la tensión entre la dirección de los comunes y su sector soberanista.

En La Rioja, existe una disputa abierta entre la dirección general de Podemos en esta comunidad y la mayoría del grupo parlamentario, una situación que ha bloqueado el proceso de primarias para las elecciones de mayo. El partido está a la espera de una resolución judicial que le permita desarrollar unas primarias.