madrid - Después de marear la perdiz una y otra vez, Pedro Sánchez ha decidido tirarse a la piscina con la esperanza de que habrá agua suficiente como para seguir adelante con los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2019. El presidente del Gobierno español va a mover esta semana la rueda administrativa preceptiva para activar el trámite de las cuentas antes de su paso por el Parlamento español, que es el que tiene la última palabra. Lo anunció ayer por sorpresa y a través de una entrevista a la agencia Efe, a la que avanzó que este viernes llevará el borrador de las cuentas al Consejo de Ministros, paso previo a su llegada al Congreso de los Diputados.

Sánchez no tiene ninguna garantía para sacarlos adelante ya que carece de los apoyos necesarios pero aún así ha decidido jugar la carta catalana en la confianza de que finalmente ERC y PDeCAT permitirán la tramitación de los Presupuestos. Las elecciones autonómicas de Andalucía y la amenaza de una alianza triple de la derecha entre PP, Ciudadanos y Vox han puesto en alerta al independentismo institucional de Catalunya que ahora empieza a modular su discurso. El último ejemplo se dio ayer por boca de la exconseller Dolors Bassa, encarcelada desde hace más de un año por su participación en el procés, que en una entrevista realizada en prisión avisó a los suyos de que “no podemos dejar caer al Gobierno de Pedro Sánchez. La alternativa a este gobierno es mucho peor con el PP”.

En los últimos días dirigentes de Esquerra y del PDeCAT han rebajado el nivel de su exigencia y han dejado entrever que, con condiciones, estarían dispuestos a permitir al menos la tramitación de los Presupuestos. Otra cosa bien distinta es su aprobación definitiva, algo a lo que no están dispuestos mientras no se dé salida a la cuestión de los presos independentistas y la autodeterminación.

El presidente español sabe que si consigue que los Presupuestos superen al menos su primer trámite, el de las enmiendas a la totalidad, sería muy difícil que los partidos que le han permitido llegar hasta ese punto le pidan un adelanto electoral que suspenda la posible aprobación de la ley de presupuestos, la más importante del año para cualquier gobierno. Sería un balón de oxígeno para Sánchez que, como mínimo, se aseguraría alcanzar su mandato hasta otoño y poder desarrollar así buena parte de su programa de gobierno.

El borrador que el Consejo de Ministros aprobará este viernes recoge, en palabras de Sánchez, unos presupuestos “para que España avance, continúe avanzando en política social, en crecimiento económico y en la creación de empleo y en la dignidad laboral”.

El presidente español no quiere depender solo de los partidos catalanes en el Congreso para poder sacar adelante los presupuestos y dice tender la mano a PP y Ciudadanos para iniciar conversaciones. “Lo vamos a hacer con todas las fuerzas parlamentarias, no solamente vamos a mirar a las fuerzas independentistas sino también a aquellas fuerzas parlamentarias que están pidiendo no depender solamente de las fuerzas independentistas para poder sacar los presupuestos”, señaló en referencia a Ciudadanos y al PP. Estos dos partidos ya han garantizado su enmienda a la totalidad después de tumbar en el Senado la senda de déficit que aprobó el Congreso con los votos de los independentistas catalanes.

Una vez que Sánchez pulse el viernes el botón nuclear de los Presupuestos con su presentación en el Consejo de Ministros, se activará el reloj parlamentario para su aprobación en Las Cortes. Tiene previsto iniciar la próxima semana la tramitación parlamentaria de sus cuentas y recibir la calificación de la Mesa del Congreso para su publicación en el Boletín Oficial de las Cortes.

Su primer gran examen llegará en el primer pleno de febrero, entre los días 5 y 7 de ese mes. En ese debate la ministra de Hacienda defenderá el proyecto y los grupos parlamentarios que deseen la devolución de las cuentas propondrán su rechazo a través de las enmiendas a la totalidad. Todas las enmiendas se votarán en una única votación ya que todas piden lo mismo: tumbar los Presupuestos y devolver las cuentas al Gobierno.

Para evitar que eso ocurra, Sánchez necesita el apoyo de los que le apoyaron en la moción de censura contra Mariano Rajoy, esto es, Podemos, PNV, EH Bildu, Nueva Canarias y los independentistas catalanes. Si ERC y PDeCAT renuncian a presentar una enmienda a la totalidad y rechazarán las que presenten otros grupos asegurarían la tramitación de los Presupuestos, con lo que alargarían la vida del Gobierno y retrasarían la posibilidad de un adelanto electoral.

El líder del PP, Pablo Casado, pidió a Sánchez que “recapacite” antes del viernes y presente un anteproyecto que baje la deuda pública y los impuestos y cumpla la senda de déficit. A su juicio, las cuentas “van en contra de la del PP” porque ha optado por “la línea ideológica radical” en vez de una de crecimiento del empleo y, tal y como está la situación económica internacional, España no está para “hacer concesiones a Podemos” en esta materia.