GASTEIZ. A las ocho de la mañana de hoy el Ejecutivo autonómico en Consejo Extraordinario ha oficializado la retirada del proyecto presupuestario de 2019, tras agotarse el ultimátum que el consejero vasco de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, impuso a la coalición abertzale.

El Gobierno vasco, en minoría en el Parlamento autonómico, comenzó a negociar con EH Bildu porque este fue el único grupo que se mostró dispuesto, ya que Elkarrekin Podemos descartó esta posibilidad por considerar insuficiente el proyecto.

El PP, que pactó los presupuestos de este año y de 2017, también se autoexcluyó porque el PNV rechazó la condición que los populares le pusieron de romper el pacto de nuevo Estatuto que mantiene con EH Bildu en la ponencia parlamentaria de autogobierno.

Las negociaciones, en las que se han cruzado hasta cinco ofertas con EH Bildu, no han fructificado y el Gobierno vasco tendrá que moverse dentro de los límites de la prórroga presupuestaria el próximo año, escenario que para Azpiazu tiene "posibilidades de corrección importantes".

En ello trabajará desde ya la institución para tratar de aminorar sus efectos con mecanismos como las habilitaciones de crédito, que en muchos supuestos deben aprobarse por ley, que permitan llevar adelante compromisos como la subida del sueldo para 90.000 empleados públicos en Euskadi.

De una ley requerirá también el incremento de las pensiones más bajas a través de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), la principal reclamación que ha puesto sobre la mesa durante la negociación la coalición abertzale, que pedía alcanzar los 858 euros mensuales en 2019, y ante la cual el Gobierno vasco ha ofertado llegar a esa cantidad pero en 2021.

Azpiazu ha asegurado que EH Bildu respondió a esta última oferta ayer con "un papel" fechado el lunes que el consejero interpretó como un "agur Ben Hur" a la negociación.

Esta postura deja claro para el Gobierno vasco que la coalición ha actuado con deslealtad, por lo que ha responsabilizado a su "parte más radical" de la prórroga. "Nunca he tenido una decepción más grande en mi vida", ha reconocido Azpiazu.

Al igual que su consejero, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha lamentado que en esta negociación se han encontrado "con la izquierda abertzale de siempre", que "no ha querido negociar, sólo aparentar", ha provocado que "muchas personas lo vayan a tener más difícil" en 2019, y "ha jugado con las expectativas de los pensionistas".

De la misma opinión es el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, quien ha considerado que EH Bildu "está más cómodo detrás de la pancarta gritando que implicándose" en la política vasca.

Los socialistas, socios del PNV en el Ejecutivo de Gasteiz, han lamentado a través de su portavoz parlamentario, José Antonio Pastor, que ninguno de los tres grupos de la oposición haya querido "asumir su responsabilidad". El consejero de Vivienda, Alfonso Arriola, también socialista, se ha centrado en EH Bildu y ha dicho que "su voluntad negociadora no era tal".

EH Bildu tiene convocada una rueda de prensa para primera hora de esta tarde, pero una vez que el Ejecutivo vasco ha retirado el proyecto su portavoz, Maddalen Iriarte, ha afirmado que la prórroga es un "fracaso de un gobierno en minoría" que supone "dar una bofetada a miles de personas en situación de precariedad".

Desde la oposición, el portavoz de Elkarrekin Podemos, Lander Martínez, ha pedido a EH Bildu que reflexione sobre si la estrategia que ha seguido es propia de una formación de izquierdas y le ha propuesto que junto con su formación y con el PSE-EE busquen fórmulas para cambiar las políticas "elitistas" del PNV.

El portavoz de asuntos económicos del PP vasco, Antón Damborenea, ha asegurado que el desenlace de estas negociaciones demuestra el "gran fracaso" al que llevan los acuerdos soberanistas con la izquierda abertzale.

El Ejecutivo autonómico trabaja ya, en palabras del consejero de Hacienda y Economía, para reducir los efectos de la prórroga, la quinta en Euskadi, "con esfuerzo y compromiso" y para "garantizando el bienestar de la sociedad vasca".