vitoria - El suspense en la negociación presupuestaria se alarga hasta el último minuto. El Gobierno Vasco y EH Bildu han mantenido contactos a lo largo del puente festivo pero no ha habido fumata blanca, y tampoco hoy está previsto que se produzca una reunión entre ambas partes. Por lo tanto, la cuestión tendrá que dirimirse al límite, en un puñado de horas al borde de la votación clave de mañana, donde el Parlamento Vasco decidirá si devuelve el proyecto y se va directamente a la prórroga, o si permite la tramitación del proyecto. “El martes es el día importante”, reconocen desde la consejería de Pedro Azpiazu.
Sin embargo, su intención es cerrar un acuerdo antes de la votación y que no se dirima todo en el mismísimo pleno jugándose la prórroga a cara o cruz, donde nada garantiza que EH Bildu no se vaya a sumar al PP y Elkarrekin Podemos y pida la devolución del proyecto. “Nuestra intención es tenerlo claro antes”, puntualizan. De momento, no hay absolutamente nada cerrado y, aunque la situación comienza a ser de infarto, el Gobierno Vasco se lo toma con filosofía porque no le queda otra que seguir dialogando.
Las dos partes están trabajando para llegar a ese acuerdo antes del pleno, que además arranca a las 9.30 horas y estrecha el margen de la negociación. Este periódico no pudo confirmar de fuentes de EH Bildu que para su bancada sea indispensable llegar a un acuerdo antes del pleno, una opción a favor de la que ha empujado sobre todo el Gobierno Vasco.
Técnicamente, se puede dejar pasar el pleno de las enmiendas a la totalidad sin un acuerdo. EH Bildu podría ponerse de perfil, abstenerse y no votar la devolución del proyecto aunque no se haya conseguido un pacto, porque solo estaría permitiendo la tramitación de los Presupuestos y estirando el plazo para dialogar, y el día 21 tendría una segunda ocasión para tumbar las Cuentas si quisiera hacerlo. Tampoco está claro que vaya a optar por dejarlo correr porque EH Bildu no ha anunciado si está por cerrar el acuerdo o por romperlo. Su coordinador general, Arnaldo Otegi, se sacudía la presión esta semana con un ultimátum que dejaba ver que la prórroga es una opción que barajan en su bancada: pidió al consejero Azpiazu que asuma su propuesta para elevar la pensión mínima hasta los 858 euros mensuales, o que vaya a la prórroga “como pide la patronal”. También argumentó que las medidas más importantes se pueden aprobar por decreto aunque haya prórroga. El lehendakari se lo tomó como un indicio de vértigo a pactar con el PNV, más que como una discrepancia sobre los contenidos.
Si no se llegara a un entendimiento, la coalición abertzale tendría sobre la mesa dos opciones para mañana: permitir que se tramiten unos Presupuestos que incluyen una subida del 3,5% en la renta de garantía de ingresos el año que viene y otro 3,5% en 2020, o provocar una prórroga donde está asumido que jeltzales y socialistas la harán responsable de que se pierda ese aumento en las prestaciones sociales, que va a beneficiar a las pensiones más bajas, como pide EH Bildu.
No obstante, en cuanto a la posición en la que puede quedar la coalición abertzale, también existe una diferencia relevante entre dejar correr el trámite de mañana simplemente para darse más tiempo, o hacerlo porque ya existe un acuerdo: si hubiera pacto, EH Bildu tendría amarradas las partidas con el complemento de pensiones y quedarían blindadas ante cualquier fluctuación en otras cantidades presupuestarias que pudiera producirse como consecuencia del trámite posterior hasta la votación final del día 21.
ofertas No está tan claro que la coalición se sienta apremiada. Ha dejado ver en las últimas horas que quiere apretar y se está atornillando en su propuesta de elevar la pensión mínima hasta los 858 euros. El consejero Azpiazu se movió desde sus reservas iniciales y ofreció un aumento del 3,5% en la RGI. A partir de ahí, está dispuesto a realizar un esfuerzo para cuadrar las propuestas, pero sin dar un paso en falso que provoque que el Estado lleve las Cuentas a los tribunales por invasión de competencias.
Propuesta de EH Bildu. La última oferta de la coalición abertzale, que se mantiene, exige 233 millones de euros, 163 de los cuales se destinarían a complementar las pensiones más bajas a través de la RGI. Quiere que las pensiones mínimas se sitúen en 858 euros al mes.
Propuesta de Azpiazu. El Gobierno no ha detallado en público dónde se encuentra su última oferta, pero en un momento muy inicial del debate cedió reforzando la RGI, con una subida generalizada para todos los colectivos del 3,5% en 2019 (758 euros de pensión) y otro 3,5% en 2020 (785).