BARCELONA. En una entrevista este lunes en Catalunya Ràdio recogida por Europa Press, ha dicho que las personas que les han visitado los han encontrado "plenamente conscientes" del esfuerzo que supone su protesta y con ganas de llevarla a cabo.
Tienen "plena confianza profesional" en los servicios médicos del centro penitenciario de Lledoners (Barcelona) --donde están en prisión provisional--, que les marcan seguir su rutina diaria con normalidad, aunque Vilarasau ha augurado que si su salud se debilita los médicos de prisión pueden sugerir modificarla y que sean trasladados a la enfermería.
Preguntado por los efectos de la huelga de hambre, el médico ha señalado que los políticos hacen huelga de sólidos pero no de líquidos, lo que marca "una gran diferente", ya que el margen de seguridad para la salud si se toman líquidos es mayor.
En ese sentido, ha explicado que en una huelga de solo sólidos "dos o tres semanas son un margen de seguridad bastante amplio", aunque depende de cada persona, ya que a uno de ellos se le podría recomendar volver a comer antes que a otro.
Vilarasau ha señalado que cuando le plantearon la posibilidad de la huelga dio dos consejos: que fuera una decisión individual y libre, y que no la emprendiera una persona sola sin entorno, por lo que "se desaconsejaba trasladar la posibilidad a alguna de las dos presas", en referencia a Carme Forcadell y Dolors Bassa.
Además, ha apuntado que el código deontológico médico obliga a respetar la voluntad del paciente, por lo que "de ninguna manera un médico puede forzar su alimentación" aunque sí podría una orden judicial.