Iruñea - Faltan todavía ocho meses para las elecciones forales de 2019, pero si hoy se celebraran los comicios la situación no sería muy diferente a la que se dio en la cita de 2015, cuando Nafarroa vivió un histórico vuelco electoral que dio con UPN fuera del Gobierno y un Ejecutivo liderado por Uxue Barkos y apoyado en la mayoría de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E se puso al frente del Palacio de Navarra.

Tal y como refleja el estudio sociopolítico de Telwind para el Grupo Noticias, las fuerzas del cambio mantendrían en unas hipotéticas elecciones su ventaja frente al bloque conservador liderado por UPN -en caída desde que perdiese el poder- y un PP de Ana Beltrán amenazado por la entrada de Ciudadanos. En ese escenario, el único partido que apenas sufre cambios es el PSN. Los electores no pasan factura a los socialistas tras una legislatura de la mano de UPN y PP. Pero tampoco premian al partido con más escaños achacables a un efecto Sánchez que, de momento, solo sirve para recuperar la intención de voto que se perdió el año pasado (cuando el PSN cayó al 12%).

Es el resumen de una proyección ajustada, llena de lecturas y fiel a la atomización electoral navarra. Porque si algo deja claro el trabajo es que ningún partido puede cantar victoria ni relajarse. El tono general de la encuesta vuelve a recordar que la política foral se mueve en un puño. Sí, el cambio ha aguantado la legislatura como una alternativa solvente y regeneradora capaz de hacer las cosas de otra manera. Pero el cuatripartito aspira en sus márgenes más favorables a consolidar la mayoría de 26 escaños, ya que la unión de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E suma el 49,5% de los votos, con una abstención del 31,4% y el 3,1% de los sufragios en opciones sin representación. Solo con una subida de dos escaños de Geroa Bai se compensaría la pérdida de Podemos debido a su crisis interna.

Las cifras son elocuentes: el partido de Uxue Barkos capitaliza el quehacer del Gobierno -la imagen de la primera fuerza del cambio como líder del cuatripartito pasa del 66,5% al 70,8%- y se mantiene en el 19,9% de intención de voto, mismo porcentaje que el año pasado y más que en 2016, cuando sus electores eran el 15,8%. EH Bildu continúa en ligera subida desde 2016 y llega al 14,9%, una décima más que en 2017. E Izquierda-Ezkerra apuntala sus dos escaños, casi inexpugnables, con un 4,2%. Pero el problema viene por la parte de Podemos, que se ha dejado 3,2 puntos porcentuales en intención de voto desde 2016. La clave será contener la sangría tras el proclamado final de la crisis interna de la formación morada.

Lo que sucede es que la situación de la oposición es mucho peor. Desde que perdió el Gobierno, Esparza sigue con UPN en caída -casi a punto por año- y el PP de Ana Beltrán podría quedar fuera del Parlamento foral en favor de Ciudadanos. En el mejor escenario, el bloque conservador se estancaría en los 18 escaños, haciendo imposible su vuelta al poder sin que el PSN les regalase unos votos que, a tenor de las palabras de María Chivite, estarían lejos de prestarse a las fuerzas derechistas.

La mejor valorada La transversalidad de la figura de Uxue Barkos sigue siendo apreciada por parte de la sociedad navarra. La presidenta del Gobierno y líder de Geroa Bai repite como política mejor valorada con un 5,47, un aprobado que casi se puede celebrar teniendo en cuenta el resto de valoraciones, y que es un poco menor que en 2017 (5,53) y 2016 (5,54). La bajada, sin embargo, entra dentro de la tónica normal de desgaste tras tres años de mandato, y queda en un segundo plano si se tiene en cuenta la valoración que le dan votantes de otras formaciones.

Ahí es donde emerge una de las claves de Uxue Barkos, en que solo le suspende la derecha. El apoyo dentro de Geroa Bai es incontestable con un 8,17 sobre diez. Pero también es notable en EH Bildu (7,33), Podemos (6,67) e Izquierda-Ezkerra (6,14), donde la presidenta mantiene la imagen de una política capaz de aglutinar sensibilidades muy diferentes.

Pero es en otros dos grupos donde se vislumbran los datos más llamativos: el PSN y los indecisos, electorado clave que permite decantar situaciones en un mapa político tan apretado. Entre los votantes socialistas la presidenta cosecha un 5,32, un aprobado holgado conseguido tras pulsar a la ciudadanía este mismo mes de septiembre. Y entre las personas que todavía no tienen su voto decidido consigue un 5,23. De hecho, el 37,1% la ve repitiendo mandato, un porcentaje que es mayor teniendo en cuenta que en 2016 solo los suyos la veían revalidando. La derecha, como era de esperar, le suspende. Los votantes de UPN le dan la peor nota (2,8) seguidos de los de Ciudadanos (3,47). El dato sorprendente lo aportan los votantes del PP, que con un 4,73 casi aprueban a Barkos.

Por otro lado, la sociedad navarra cree que el Gobierno foral ha mejorado en la gestión del día a día con respecto al Ejecutivo de UPN. Y lo ha hecho, en parte, gracias a convertir la política social en un baluarte, la parcela que los ciudadanos valoran como mejor trabajada, con un siete sobre diez. - DNA

Cuantitativa mediante entrevista telefónica. La población que integra el universo de estudio es la compuesta por personas mayores o igual a 18 años, residentes en Nafarroa, habiéndose realizado el trabajo de campo entre los días 3 y 4 de septiembre de 2018 mediante metodología cuantitativa con entrevista telefónica. Se ha realizado un muestreo estratificado, con fijación proporcional a las cuotas, utilizando también método cuantitativo.

500 en Iruñea y 700 en nafarroa. El error muestral se sitúa en un +/- 2,83%; nivel de confianza 95%; p=q 0’5 para Nafarroa y +/- 4,38% para Iruñea. Muestra aleatoria estratificada por municipio, sexo y edad.