BARCELONA - Las palabras “diálogo” y “negociación” estuvieron presentes en el discurso pronunciado ayer por el president de la Generalitat, Quim Torra, para marcar el rumbo del presente curso político. Eso sí, se abrió a pactar con el Gobierno de Pedro Sánchez pero con la celebración de un referéndum de independencia, acordado y vinculante, como objetivo. Así respondió a la propuesta lanzada la víspera por el presidente español de una consulta en Catalunya para ratificar un nuevo Estatut, lo que calificó de “interesante” pero que descartó al instante.
“Hago un llamamiento solemne al Gobierno del Estado a la negociación de buena fe. Sentémonos, escuchémonos, hablemos y negociemos, siempre con la paz y la democracia como principios de actuación”, planteó el jefe del Govern en un Teatre Nacional de Catalunya abarrotado. Pero a continuación marcó sus líneas rojas: esta mano tendida a Moncloa debe dirigirse, defendió, a respetar el derecho de autodeterminación y negociar un referéndum de independencia acordado, para lo que puso como ejemplo los casos de Gran Bretaña y Canadá.
Insistió por ello en su “oferta permanente de diálogo y negociación políticas para hacer un referéndum de autodeterminación acordado, vinculante y reconocido internacionalmente, con un respecto escrupuloso a la democracia y a las vías pacíficas”, aseveró. La expectación era máxima ante la conferencia que Torra pronunció con el título El nostre moment (Nuestro momento), y el Gobierno del PSOE se apresuró a ofrecer una respuesta: fue la vicepresidenta, Isabel Celaá, la que le acusó de dirigirse únicamente a los independentistas. En una comparecencia en La Moncloa le pidió por ello que dialogue con “todos los catalanes”. El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, exigió la inmediata aplicación en Catalunya del artículo 155 de la Constitución. El horizonte judicial que se abrirá en los próximos meses en relación con el referéndum del 1-O y la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre de 2017 marcó asimismo buena parte de la intervención de Torra, para el que la negociación con el Estado también debe tratar la situación de los presos soberanistas y los dirigentes que permanecen en el extranjero. “Una negociación que incluya la liberación de los presos políticos y el libre regreso de los exiliados”, señaló.
El president fue claro y expresó su rechazo a eventuales sentencias condenatorias del Tribunal Supremo contra los presos soberanistas: “Personalmente no puedo aceptar ni aceptaré ninguna sentencia que no sea la libre absolución”. Acusó al Estado de tratar de destruir el independentismo en los últimos meses a través de la aplicación del artículo 155 y de la prisión preventiva a exmiembros del Govern, y aseguró que en ningún caso renuncia a la independencia. “Esta propuesta que hago al pueblo de Catalunya tiene una divisa muy sencilla: o libertad o libertad”, expresó.
En un discurso continuamente interrumpido por los aplausos de los presentes, explicó que, si los dirigentes soberanistas son condenados, estudiará qué decisiones debe tomar y se pondrá “a disposición del pueblo de Catalunya a través de sus representantes legítimos en el Parlament”. No aclaró si las decisiones que tomará tienen que ver con convocar elecciones o reactivar la vía unilateral a la independencia, pero sí que las comunicará a los representantes catalanes en el Congreso, el Senado y el Parlamento Europeo para que actúen “con fidelidad al mandato” del pueblo catalán.
Derechos civiles Las fechas clave que están en el horizonte cercano en Catalunya, como la Diada y el aniversario del 1-O y del 27 de octubre, también fueron citadas por Quim Torra, que propuso llevar a cabo una “marcha por los derechos civiles, sociales y nacionales de Catalunya”. Dicha movilización, inspirada por “grandes luchas por la libertad” como la de Martin Luther King, empezaría hoy mismo y acabaría “el día de las sentencias contra los presos políticos”. Desde Moncloa, Isabel Celaá le emplazó a “aceptar” las sentencias judiciales y subrayó la disposición del Gobierno a entablar una negociación con la Generalitat, pero solo sobre aquello “que una a todos los catalanes, nacionalistas y no nacionalistas”.