madrid - Como se preveía, el Gobierno de Pedro Sánchez sufrió ayer su primera derrota de calado en el Congreso de los Diputados. Los 84 diputados del Grupo Socialista fueron más exiguos que nunca después de que todas las formaciones que apoyaron la moción de censura contra Mariano Rajoy y auparon a Sánchez a La Moncloa, a excepción del PNV, se abstuvieran en la votación de la senda fiscal que acompañaba al techo de gasto de 2019, que por tanto no fue aprobada y no pasará ahora al Senado. Esta medida flexibilizaba en cinco décimas el margen de déficit público, lo que suponía cerca de 6.000 millones de euros más de gasto para las administraciones públicas. Se trata además de la base para elaborar los Presupuestos Generales del Estado; pese a no salir adelante, el Ejecutivo insistió en que presentará las Cuentas de 2019.
Por mucho que el resultado del pleno de ayer se viniera barruntando, y que los propios Unidos Podemos, PDeCAT y ERC confirmaran por la mañana que no apoyarían la medida del gabinete de Sánchez, el presidente español demostró estar dolido por este plante de los que creía sus socios y reaccionó de forma furibunda. “La irresponsabilidad de algunos partidos les ha llevado hoy a decir no a la reconstrucción del Estado de Bienestar, no a casi 5.000 millones más para CCAA y Seguridad Social. Ellos tendrán que explicarlo”, aseguró en un mensaje en su cuenta de Twitter. Posteriormente, desde una cumbre en Lisboa, acusó a la oposición de buscar el desgaste del Gobierno “golpeando” el bienestar de los ciudadanos.
Efectivamente, la senda propuesta por Moncloa preveía un límite de gasto no financiero de 125.064 millones de euros, un 4,4% superior al de 2018. Ello conlleva una meta de déficit que, tras ser negociada con Bruselas, se sitúa en el 1,8% del PIB en 2019, el 1,1% en 2020 y el 0,4% en 2021, cuando la anterior era del 2,2%, el 0,3% y superávit, respectivamente. El resultado debía ser un margen extra de 6.000 millones de euros para ser distribuidos en una décima para el Estado (cerca de 1.200 millones), dos décimas para las Comunidades Autónomas (unos 2.500 millones) y otras dos para la Seguridad Social (otros 2.500 millones).
Pedro Sánchez zanjaba su mensaje en Twitter afirmando que, pese a la derrota sufrida, “el Gobierno seguirá trabajando”. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, confirmó que el Ejecutivo volverá a presentar los mismos objetivos de déficit dentro de un mes para cumplir los requerimientos de la Ley de Estabilidad. Pidió por ello a los partidos políticos responsabilidad y reflexión porque si vuelven a rechazar unos objetivos que permite Bruselas y que son más flexibles estarían apoyando una senda anterior, más restrictiva. En declaraciones a los medios tras consumarse la votación, agregó que el Gobierno empezará a trabajar “desde esta tarde” en los Presupuestos de 2019 porque la aprobación frustrada de los objetivos de déficit, que van unidos al techo de gasto, tiene a su juicio “poca incidencia”, ya que solo amplía una décima la meta de déficit de la administración española.
Además de las abstenciones de Unidos Podemos, ERC, PDeCAT, Compromís y Nueva Canarias y el voto en contra de PP, Ciudadanos, Coalición Canaria, EH Bildu, Foro Asturias y UPN, solo votaron a favor de la senda del déficit el PSOE y el PNV. La diputada jeltzale Idoia Sagastizabal explicó el apoyo de su grupo en que la nueva senda de reducción de déficit más flexible está avalada por Bruselas y por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Advirtió, eso sí, de que las verdaderas negociaciones vendrán de la mano de los próximos presupuestos del Estado.
La portavoz adjunta del grupo parlamentario de Unidos Podemos, Ione Belarra, aseveró que el techo de gasto que propone el Ejecutivo es “muy insuficiente” y deja por el camino el rescate de miles de personas que están en el “limbo de la dependencia”, al tiempo que recordó que sería rechazado de todas formas en el Senado con la mayoría del PP. Llamó por ello a modificar la Ley de Estabilidad Presupuestaria para levantar la regla de gasto a los ayuntamientos, cambiar el procedimiento parlamentario y que el Senado no pueda vetar al Congreso, y terminar con la política de austeridad.
El diputado del PP Jaime de Olano justificó el no de su grupo al techo de gasto porque se trata de un acuerdo “tramposo” del Gobierno que esconde una subida de impuestos, un “hachazo fiscal” que traerá menos crecimiento, menos empleo y un frenazo a la recuperación. El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, valoró que el resultado del pleno de ayer demuestra que el Ejecutivo está “agonizando”, por lo que instó a Pedro Sánchez a asumir su debilidad y convocar elecciones generales “cuanto antes”.
El portavoz parlamentario del PDeCAT, Carles Campuzano, señaló que el Gobierno español “ha improvisado mucho” y aseguró que ha tenido la sensación de que “no quería que se aprobaran”. Por parte de ERC, Joan Tardà instó a Sánchez a presentar un “techo de gasto más ambicioso” y a cambiar la Ley de Estabilidad Presupuestaria para poder aprobarlo en septiembre, “como un mal estudiante”.
Frente a estas críticas, la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, pidió a los partidos que se abstuvieron en la votación que expliquen a sus votantes “por qué no han permitido 6.000 millones de euros más para sanidad y educación” y negó que no se haya negociado con otros grupos. “Es una excusa”, apostilló, ya que hablaron con todos hasta las 23.00 horas del jueves.