Barcelona - Los Mossos d’Esquadra arrancaron ayer en Girona el despliegue de las pistolas eléctricas en este cuerpo de seguridad con un protocolo que conlleva añadido el uso de una cámara de grabación instalada en la armilla de los agentes y la presencia de un desfibrilador para reaccionar a inconvenientes médicos.
El director general de la Policía de Catalunya, Andreu Joan Martínez, presentó estas nuevas herramientas, con las que espera que se dé “un salto cualitativo” en la respuesta en materia de seguridad ciudadana, destacando que los Mossos se convierten en pioneros en el Estadi -hasta ahora solo las utilizan algunas policías locales-, pero que se sitúan en la “normalidad” en comparación con otros cuerpos europeos. El objetivo es el de facilitar “el uso mínimo de la fuerza” detalló el director general, para quien la prioridad es responder a la demanda de la sociedad de “rapidez, efectividad, proporcionalidad y transparencia”. Los estudios confirman que el uso de las pistolas no conlleva riesgo para la persona que recibe la descarga eléctrica, que solo ve paralizada su movilidad durante unos segundos.
Por otro lado, Fiscalía de la Audiencia Nacional (AN) pide mantener el procesamiento por sedición y organización criminal contra el exjefe de los Mossos, el mayor Josep Lluís Trapero, el ex director de los Mossos, Pedro Soler, y el ex secretario general de Interior, Cèsar Puig. En el caso de la intendente Teresa Laplana (procesada solo por sedición), pide también que se la juzgue por estos delitos. El Ministerio Público sostuvo que existen “indicios más que suficientes” para mantener los procesamientos de la jueza Lamela y no atender a los argumentos expuestos por las defensas. La decisión de la AN se conocerá en los próximos días. - DNA