barcelona - A las puertas de la apertura de los XVIII Juegos Mediterráneos, que se inauguran pasado mañana con la presencia de Felipe VI en Tarragona, el Govern de Quim Torra emplazó ayer a la monarquía a escenificar algún gesto para no sufrir un plantón. La Generalitat no olvida la intervención televisada del rey del 3 de octubre, con los rescoldos del referéndum del 1-O aún calientes, cuando la Corona se alineó sin ambages con los aparatos del Estado. “La monarquía ha decidido ser parte en un conflicto”, advirtió ayer la portavoz, Elsa Artadi, por lo que parece que el Borbón ni siquiera recibirá el preceptivo saludo protocolario de la Generalitat.

La monarquía no será bien recibida después de que el rey se posicionara “a favor de la violencia contra los ciudadanos” en las cargas policiales que rodearon la consulta, según Artadi. Aquella intervención de la Corona elevó el tono habitual al censurar que “determinadas autoridades de Catalunya” se embarcaron en un “deslealtad inadmisible” y quebrantaron “los principios democráticos de todo Estado de derecho” el 1-O. Felipe VI reprobó la “conducta irresponsable “ y el “inaceptable intento de apropiación de las instituciones históricas de Catalunya” por parte del Govern entonces encabezado por Carles Puigdemont. Su sucesor, Quim Torra, sopesa si acudir como gesto de buena voluntad o desechar su participación para seguir mostrando su rechazo a aquellas palabras. Por lo pronto, el presidente del Parlament, Roger Torrent, adelantó que no asistirá.

El posicionamiento ante la consulta, de la que obvió la represión policial, ha pasado factura a Felipe VI. Revertir esa situación estaría en manos de la monarquía. “A todo el mundo le gustaría” que las relaciones se recompusieran, sostuvo Artadi. Es por ello que conminó a Felipe VI a “recapacitar”. El president Torra tendrá la mano tendida, pero no para que el acto de este viernes en Tarragona se convierta en un encuentro “protocolario”, con una “sonrisa” y un “apretón de manos” como si nada hubiera sucedido en el pasado.

No es esta la primera ocasión en la que Felipe VI pisa suelo catalán tras el referéndum, en el que recibió el vació por parte de las instituciones. La primera fue el Mobile World Congress, en la capital catalana. La próxima será la cita de los Juegos Mediterráneos, donde también estará presente el presidente Pedro Sánchez, para los que la Armada pondrá su ‘granito de arena’ trasladando el portaaviones ‘Juan Carlos I’ al puerto tarraconense. La siguiente visita será el 28 y 29 de junio a la entrega de premios de la Fundació Princesa de Girona, que ha debido de ser trasladada ya que el Ayuntamiento de la ciudad se negó a ceder el auditorio al alegar que se encuentra en obras. “La gente tiene derecho a manifestarse y expresar sentimientos”, remarcó Artadi. “Lo que no se puede a estas alturas de la vida es silenciar a la ciudadanía”, según la portavoz concluyó.

Artadi, por último, invitó a la monarquía española a adoptar una estrategia diferente hacia el soberanismo. Tanto es así que recordó que ha caído a sus más bajos índices de popularidad en Catalunya. La portavoz esgrimió que el CEO (Centro d’Estudis d’Opinió) de la Generalitat sacó a relucir que la puntuación del monarca fue de un cero sobre diez “en un 60%” de los encuestados.