Baiona - La primera institución de Iparralde cuenta con un presupuesto propio de 602 millones de euros para gestionar cuestiones como el desarrollo económico, los transportes, la recogida de residuos o la política lingüística a favor del euskera y del gascón. Un total de 210 de los 233 electos que componen la asamblea participaron en la votación, y 171 de ellos votaron a favor de las primeras cuentas del presidente centrista Jean René Etchegaray. Diez representantes votaron en contra, 28 se abstuvieron y uno votó en blanco. Etchegaray explicó que, por ejemplo, 9 millones de euros servirán para mejorar 21 polígonos industriales mientras otros 44 millones serán destinados a pagar al millar de trabajadores públicos, repartidos en las diez sedes con que cuenta la nueva entidad entre Urruña, Maule y Baiona. 55 millones de euros, finalmente, irán a parar a los ayuntamientos.

Tras haber sido elegido presidente de la Mancomunidad por más del 70% de la asamblea en enero de 2017, Etchegaray se congratula ahora de que sus primeras Cuentas hayan conseguido el apoyo del 81% de los representantes comunitarios. Y recuerda que la nueva institución garantiza la continuidad de todos los servicios públicos de proximidad pese a continuar en una fase de transición. Hace un año los electos se limitaron a aprobar unas Cuentas que suponían la suma de los presupuestos de las antiguas diez mancomunidades. En esta ocasión, en cambio, han fijado nuevas orientaciones y diseñado proyectos más ambiciosos, según explica el propio Etchegaray.

En las próximas semanas, la Mancomunidad presentará medidas concretas para fomentar el uso de la lengua vasca en los 158 municipios de Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa. Los organismos euskaltzales, que han contribuido a la redacción del borrador, esperan que los electos opten por emprender una política muy ambiciosa. Y recuerdan que en un territorio donde el 20% de la población domina el euskera, la Mancomunidad debería reclamar al Gobierno francés la posibilidad de llevar a cabo políticas experimentales, tal y como prevé la legislación.

Etchegaray ha adelantado que en los próximas días se reunirá con la representante del Ministerio galo de Interior, Jacqueline Gourault, para explicarle las particularidades de un territorio como Iparralde. El centrista llevará a París la moción aprobada por unanimidad y que reclama al ejecutivo más medios para llevar a cabo acciones eficaces en un cónclave con 300.000 habitantes.

Entidad política En enero de 2017, Iparralde dejó de ser un concepto cultural e histórico para convertirse por primera vez en una entidad política, con una institución propia. El territorio, que contaba ya con una Cámara de Comercio, una delegación de la Seguridad Social, el Instituto Cultural Vasco, la Oficina Pública del euskara, y una delegación de la radiotelevisión pública, nunca había logrado hasta la fecha tener entidad política propia. La Mancomunidad única es fruto de la fusión de las antiguas diez mancomunidades por lo que no se puede equiparar a un departamento, una región o a una autonomía.

La reivindicación en torno a una institución propia ha sido una cuestión recurrente en las últimas décadas. La primera petición surgió en plena Revolución francesa, durante la creación del departamento de Pirineos Atlánticos, cuya capital se fijó en Pau, fuera del País Vasco continental. Las tres provincias vascas se unieron a la fuerza con la vecina región del Bearn y durante más de dos siglos, el Estado francés ha rechazado crear un departamento vasco o una Colectividad Territorial Específica.

La Mancomunidad única no supone ninguna ruptura con la organización actual y queda lejos de las reivindicaciones históricas. Con todo, más de 7 de cada diez alcaldes y concejales votaron a favor de un cambio institucional, aunque fuera limitado. Y no dudan en afirmar que han preferido ser pragmáticos y aceptar la propuesta del Gobierno francés, que dejó bien claro que no iría más allá. Dieciséis meses más tarde, los electos vascos se congratulan de que solo cuente el interés general y que las pugnas políticas queden al margen de la nueva entidad. Prueba de ello fue la reciente elección del alcalde socialista de Hendaia Kotte Ecenarro como primer vicepresidente para sustituir al conservador Peyuco Duhart, primer edil de Donibane Lohizune que falleció hace meses. “La colaboración y la complementariedad entre zonas y electos urbanos y rurales es un éxito”, aseveró Ecenarro.