Claridad. Esa fue la palabra que más se repitió en boca de los dirigentes políticos de la CAV y Navarra desde que se conociera que será el primer fin de semana de mayo cuando ETA dé a conocer el comunicado en el que anunciará su disolución o “desmovilización”. Apelaron a ese término tanto el Gobierno Vasco como el navarro, y también EH Bildu, PSE y Podemos. El miembro del Grupo Internacional de Contacto Alberto Spektorowsky avanzó que “la declaración de que ETA ya no estará más va a ser muy clara. No va a quedarle ninguna duda a nadie”.
“Ahora entramos en una nueva fase en la que se puede hablar no solo de postdesarme, de postviolencia, sino de postETA. Eso es muy importante”, dijo Spektorowski, que avisó que en adelante “se entrará en quién le saca petróleo a la piedra o en quién no, en cuestiones que entran en el ámbito de la discusión política”.
Miembros del GIC que lidera el abogado sudafricano Brian Currin comparecerán este próximo lunes 23 por la tarde en Baiona junto al Foro Social y Bake Bidea para explicar el acto del viernes 4, la antesala del anuncio de ETA. De momento, se desconoce cuándo puede responder ETA al acto del día 4 -hay quien apunta al día 5- y cómo lo hará, habida cuenta de que sus mensajes de los últimos años han sido declaraciones, entrevistas y vídeos en diversos medios vascos o internacionales.
Lo que es seguro es que ETA se pronunciará tras ese acto con “cierta cobertura internacional” en la propia capital labortana, según expresó Spektorowski en Radio Euskadi. Será entonces cuando ETA anuncie, “si no hay un imprevisto de último momento”, su adiós. A partir de ahí, se abre el margen para las especulaciones y las expectativas en torno al contenido del texto.
No lo quiso hacer el lehendakari Urkullu, en su llegada al Parlamento Vasco. “No voy a hacer comentarios. Que diga lo que tenga que decir”, respondió a los periodistas de una manera escueta de la que el secretario general de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, no se desmarcó. Confió en que en los términos que emplee ETA para su adiós “sería deseable claridad”, lo que a su juicio será lo “fundamental” de estas semanas, ya que ayudaría a cerrar una página de la historia “negra y terrible”.
El Gobierno de Navarra, por su parte, se situó en un compás de espera similar de ver “cómo se formaliza y cómo toma forma definitiva este anuncio”. Su portavoz, María Solana, recordó que la disolución de ETA, que anunció el cese de su violencia en 2011 y dejó sus armas fuera de circulación en abril de 2017, es “una demanda unívoca de la sociedad navarra de hace demasiado tiempo ya”.
Solana, que afirmó que el adiós de la organización terrorista puede ser un “paso definitivo para que podamos, como sociedad, regenerarnos en lo que a la paz se refiere, a la convivencia y para que la tan demandada normalización política por parte de esta sociedad vaya llegando”. En este sentido, repitió que el Ejecutivo de Navarra “siempre ha estado en la exigencia a ETA de que lo haga de manera unilateral, real total y definitiva”.
También desde la Comunidad Foral llegó la única reacción oficial de EH Bildu a la noticia que ofreció EITB el miércoles. Su portavoz en el Parlamento navarro, Adolfo Araiz, afirmó que la de ETA “será una aportación positiva, constructiva y, esperemos -creo que deberá ser así-, que se tome una decisión clara y definitiva”. “No sé los términos, pero, en todo caso, deberá abordar estos aspectos”, manifestó en una entrevista en Onda Vasca cuando fue interrogado sobre si esa declaración de ETA contendrá alguna reflexión autocrítica, “como ya se ha dado en otros comunicados”.
La demanda de claridad fue general. “Lo que vayan a hacer ahora tiene que ser fundamentalmente claro y despejar cualquier duda con respecto a que desaparecen definitivamente como organización”, expresó la secretaria general del PSE, Idoia Mendia, quien al igual que pasó con el desarme, avisó a ETA de que no espere “ningún precio político a cambio” de su adiós, que decretará seis años y medio después de lo “realmente importante”, el cese definitivo de su violencia. Su disolución “llega tarde como siempre, especialmente para las víctimas”.
En los damnificados de ETA puso el foco el líder de Podemos en la CAV, Lander Martínez, quien pidió que “sean siempre los protagonistas” ante una disolucíon que debería ser “mucho más calmada y discreta”.
Después, ¿los presos? El anuncio de ETA, más allá de constatar una realidad que parece amortizada desde los meses posteriores a octubre de 2011 a tenor de las investigaciones sociológicas, puede influir en la situación de los presos. Esta derivada la contempló Spektorowksi, que confesó no saber “hasta qué punto eso podría resolverse inmediatamente”, aunque mostrara “la esperanza de que sí”. “Una de las cosas que se pretende es, por lo menos, el acercamiento de los presos. Y eso depende del Estado español. Francia ya lo está haciendo”, explicó ayer antes de desligar el adiós de ETA de objetivos penitenciarios tácticos: “Estamos en otro periodo, otra época y punto final”.
Con la vista puesta en el futuro penitenciario y en la importancia de las palabras de ese anuncio “claro e indubitado”, el portavoz del PNV en el Parlamento, Joseba Egibar, pidió a ETA que aproveche “el día de su disolución para responsabilizarse de todas sus acciones y de todo el sufrimiento causado. Que tenga el coraje y la valentía de asumir su responsabilidad y no transferírsela a los presos”.