berlín - El futuro de Carles Puigdemont puede dilucidarse hoy, y de paso la credibilidad de los poderes judicial y político español. La Fiscalía alemana prevé resolver a lo largo de la jornada sobre la petición de extradición a España del ex president, aunque la decisión podría aplazarse a lo que resta de semana, ya que “se trata de un procedimiento complejo”, señaló ayer el vicefiscal general de Schleswig Holstein, Ralph Döpper, quien pidió “cautela” a la hora de hacer pronósticos. La mirada está puesta en si procede a aceptar el delito de rebelión por el que le procesó el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, con la duda de si se tiene en cuenta que existió violencia en el proceso soberanista y si ésta se puede adjudicar personalmente al ex Jefe del Govern, detenido en Alemania cuando llegaba de asistir a un acto en Finlandia y con destino a Bélgica, donde se exilió.

A nadie se le escapa que si no se acepta su entrega quedaría muy tocado no solo el magistrado sino el Gobierno de Mariano Rajoy, y por extensión el constitucionalismo, donde todos a una han reclamado que se devuelva a Puigdemont a España, donde sería encarcelado, aunque el proceso de entrega podría dilatarse. Es más, incluso si Alemania solo tiene en cuenta el delito de malversación de fondos públicos también minaría el prestigio de la judicatura y el Ejecutivo español. Desde el otro extremo, el Gobierno de Angela Merkel ya ha anunciado que no opondrá resistencia ni veto si se determina su entrega, y es que aunque la justicia germana mantiene un nivel de separación de poderes mucho más elevado que el existente en territorio español, no sería de extrañar que funcionasen las presiones dadas las buenas relaciones entre sendos altos mandatarios.

El análisis de la cuestión “nos ha ocupado a todos” también estos días pasados, matizó el vicefiscal, si bien la resolución ha de hacerse pública en una jornada laboral “regular y activa”, y ayer también era festivo en Alemania. De hecho, en su departamento se activó un teléfono de guardia para atender a los medios. No está previsto que la Fiscalía tome declaración a Puigdemont, “puesto que ello no es necesario para el análisis de la documentación”, añadió Döpper, y es que el contacto directo con el ex president solo se contempla para una fase posterior, si el caso pasa a la Audiencia Territorial de Schleswig. La Fiscalía debe considerar si tramita la petición de extradición a la Audiencia Territorial, en cuyas manos quedará esa decisión, aunque su eventual ejecución iría de nuevo al departamento del vicefiscal.

En caso de que el procedimiento se resuelva “en el sentido de la petición cursada por España”, profundizó, le tocaría al estamento político dar el visto bueno a la entrega de Puigdemont, lo que de acuerdo a la normativa alemana compete al Ejecutivo del land por delegación en este por parte del Gobierno federal. La decisión primera de la Fiscalía compete tanto a una posible petición de extradición como a determinar si el dirigente soberanista sigue en prisión o queda en libertad vigilada mientras la Audiencia pasa a examinar el caso.

Puigdemont ingresó en la cárcel de Neumünster, la mayor del estado federado de Schleswig-Holstein, el 25 de marzo, tras ser detenido en una estación de servicio al entrar en el país por la frontera con Dinamarca. Al día siguiente, el tribunal de primera instancia de esa localidad concretó que debía permanecer en prisión por riesgo de fuga. En Alemania le defienden el letrado y ex juez del Supremo alemán Wolfgang Schomburg y su hijo Sören, de gran reputación, quienes reclamaron a Merkel que no dé el visto bueno a la entrega.