santander - Ciudadanos se dispone a lanzar una ofensiva parlamentaria en Cantabria para que el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, se sume a sus ataques contra la autonomía fiscal vasca. El partido naranja ha escogido su objetivo a conciencia. Es de sobra conocido que el Concierto Económico, que permite a las instituciones vascas regular y recaudar sus propios impuestos, ha sido objeto de críticas e, incluso, de demandas judiciales por parte de las comunidades limítrofes. La Rioja, Cantabria y Castilla y León han impulsado históricamente pleitos contra impuestos vascos que consideraban una competencia desleal. En el caso de Cantabria, la relación con Euskadi se ha reconducido en los últimos tiempos tras la reunión entre el lehendakari y Revilla, celebrada en el año 2015. Antes de esa cita, y durante el mandato de Ignacio Diego, Cantabria declaró la guerra fiscal a Euskadi con una oferta de suelo industrial gratis que provocó la fuga de Tubacex. Cuando Revilla asumió la presidencia, se propuso continuar por esa vía para jugar con sus propias cartas frente al Concierto Económico, pero finalmente las diferencias se recondujeron.

Con esos antecedentes, Ciudadanos se propone sublevar nuevamente a las comunidades limítrofes con el discurso de los agravios y los privilegios. El diputado de C’s en el Parlamento regional, Rubén Gómez, anunció una iniciativa en el Parlamento de Cantabria para que su gobierno y su presidente, Miguel Ángel Revilla, “protesten” y “hagan todo lo que está en su mano” para que se vuelva a hacer un cálculo del Cupo vasco, que sea transparente, y se acabe “con la injusticia”. El Cupo es el dinero que paga Euskadi al Estado por competencias no transferidas como el Ejército, la Corona y los aeropuertos. El Gobierno Vasco llegó a un acuerdo con el presidente español, Mariano Rajoy, para renovar esta ley y resolver unas discrepancias en su cálculo que llevaban años coleando. A juicio de Ciudadanos, este acuerdo beneficia en exceso a los vascos.

“Creemos que deben ser el Gobierno de Cantabria y su presidente, Miguel Ángel Revilla, quienes lideren la lucha por preservar los intereses de los cántabros para que se cumplan los principios de solidaridad en todo lo relativo con la financiación autonómica”, dijo ayer el partido naranja. Quiere que esta iniciativa se debata en el pleno del lunes, y también pide que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal emita un informe en el que fije un “cálculo objetivo” del Cupo vasco. Ese órgano depende del Gobierno español y su cometido fundamental es velar por el cumplimiento de los objetivos de déficit.

El parlamentario naranja tildó otra vez al acuerdo de “cuponazo”, y añadió que se ha producido una bajada de impuestos en la comunidad autónoma vasca, mientras “Revilla los ha subido en dos de los tres presupuestos de su Gobierno”. Gómez denunció el supuesto “agravio comparativo con el resto de comunidades autónomas y, especialmente, con las limítrofes”.

Tras el acuerdo del Cupo, Revilla reconoció que el sistema del Concierto Económico tiene amparo constitucional y quiso trasladar su respeto hacia el resultado de las negociaciones pero, al mismo tiempo, no ocultó su incomodidad en un momento en que la reforma de la financiación autonómica está paralizada. Dijo que el pacto sobre el Cupo no puede implicar que haya menos dinero para el resto de comunidades autonómicas.

desgaste Ciudadanos agita el enfrentamiento entre territorios para sumar a Revilla a su ofensiva o, en caso de que no acceda, jugar al desgaste político para presentarse como el único partido que defiende la “igualdad entre españoles”. En el Congreso de los Diputados, Albert Rivera lleva semanas enarbolando el discurso de la unidad de España y recriminando a Rajoy sus acuerdos con el PNV. Quiere presentarse como el único candidato capaz de poner fin a la histórica influencia del nacionalismo vasco en Madrid, con el impulso de su victoria en las elecciones catalanas de diciembre.