BILBAO. Según ha explicado a Efe la letrada de la acusación particular, Jone Goirizelaia, el escrito de la Fiscalía en el que asegura "que no hubo delito y solicita la libre absolución de los seis imputados ratifica su actuación procesal y pone de manifiesto que actúa más como defensa" que como representante del Ministerio Público en la acusación.
En su escrito de once líneas, la Fiscalía estima que los hechos ocurridos la noche del 5 de abril de 2012, cuando la Ertzaintza realizó varias cargas con uso de material antidisturbios en un callejón del centro de Bilbao donde se habían producido unos incidentes y donde una pelota de goma impactó en la cabeza de Cabacas, "no son constitutivos de delito".
Apunta que a las 23,30 horas "se efectuaron" por parte de agentes que no han podido ser identificados "diversos disparos con pelotas de goma" y que uno de ellos alcanzó a Iñigo Cabacas, causándole "un traumatismo craneoencefálico que provocó su fallecimiento".
Tras practicar las diligencias de investigación, añade el escrito de la Fiscalía, no se ha podido determinar qué agente dio la orden de disparar y concluye que "los hechos relatados no son constitutivos de delito alguno" y por ello, "no existiendo delito, no se puede establecer autor".
De esa manera, la fiscal solicita la libre absolución de los imputados, tres mandos y tres agentes de la Ertzaintza.
La letrada de la acusación particular ha reprochado a la fiscal que, en lugar de impulsar la investigación para esclarecer lo ocurrido la noche de autos, haya optado por no pedir pruebas y se haya limitado a plantear recursos a las decisiones judiciales adoptadas a lo largo del procedimiento.
Apoyándose en las resoluciones de la Audiencia Provincial hasta la fecha, la acusación sentará en el banquillo a seis ertzainas, bajo la acusación de homicidio imprudente, y ha confiado en que "se haga Justicia con Iñigo Cabacas".
En julio de 2017, más de cinco años después de la muerte del joven hincha del Athletic, la Audiencia de Bizkaia ordenó la apertura del juicio oral del caso, contra los seis ertzainas por su actuación profesional aquella noche.
Tres meses antes, la Fiscalía ya había pedido el sobreseimiento provisional de las actuaciones, posicionándose así en contra del criterio de la jueza instructora del caso, quien había reprochado a los tres mandos de la Ertzaintza por el riesgo que conllevó la decisión de la carga policial y les imputó un delito de homicidio por imprudencia profesional.