BARCELONA. El hombre, sin embargo, no entrará en prisión tras haber admitido los hechos y aceptado la condena tras un pacto con la Fiscalía, en el que se acuerda la suspensión de la pena por el plazo de tres años con la condición de que no vuelva a delinquir ni a publicar comentarios violentos o humillantes en Internet.
El juzgado le considera autor penalmente responsable de un delito contra los derechos fundamentales y las libertades públicas cometida por motivos ideológicos, si bien le aplica la eximente incompleta de alteración psíquica, ya que el condenado padece un trastorno de personalidad paranoide con episodios de ira y agresividad.
Según la sentencia, el acusado publicó entre el 9 y 12 de enero de 2016 en su cuenta de Facebook, que contaba con 819 contactos, comentarios sobre Puigdemont como: "Yo mismo lo fusilaré y lo quemaré y también toda su asquerosa familia".
"Se busca muerto o muerto. A ser posible muerto", publicó sobre una fotografía de Puigdemont, además de expresar que quería ver a los independentistas fusilados o quemados con gasolina. Puigdemont renunció de forma expresa a ejercer acciones civiles contra el acusado, por lo que éste no deberá indemnizarle, con lo que solo afrontará una multa de 720 euros.