barcelona - Salvo sorpresa mayúscula, algo de lo que, por otro lado, no ha estado exenta la política catalana en los últimos meses, Roger Torrent (ERC) será elegido hoy presidente del Parlament catalán en sustitución de Carme Forcadell, quien la pasada semana anunció su intención de no optar a la reelección. Nacido en Sarrià de Ter el 19 de julio de 1979, es un valor al alza del partido desde que en la pasada legislatura cobró protagonismo como portavoz adjunto de JxSí en el Parlament. Empezó su carrera política como miembro de las juventudes de ERC, las JERC, a las que se afilió en 1998, y dos años después empezó a militar en el partido. Licenciado en Ciencias Políticas, es alcalde de su municipio desde 2007 -obtuvo más del 70% de votos en las municipales de 2015- y diputado en el Parlament desde 2012, por lo que esta será su tercera legislatura en la Cámara; y en las elecciones del 21 de diciembre fue el número 2 de los republicanos por Girona. Los grupos parlamentarios de Junts per Catalunya y ERC llegaron ayer a un acuerdo para que el hasta ahora poco conocido alcalde quien releve a Carme Forcadell al frente del legislativo catalán. La entente también incluye que el candidato de JxCat, Carles Puigdemont, sea investido presidente de la Generalitat de Catalunya.

Torrent aseguró ayer que su principal objetivo si sale elegido presidente de la Cámara catalana será “volver a poner la institución al servicio de la ciudadanía y no de las fuerzas del 155 y materializar el mandato democrático del 21 de diciembre”. Desde la cárcel de Estremera, Oriol Junqueras agradeció a través de Twitter el “compromiso” de Torrent, a quien ve “preparado y capaz de sumar complicidades”. Además de Torrent, ERC también propondrá a Alba Vergés para ocupar una de las cuatro secretarías.

Voto delegado Torrent saldrá elegido presidente de Parlamento gracias a la mayoría soberanista en la Cámara en una sesión en la que será clave lo que ocurra con los votos de los tres diputados electos en prisión y los cinco que se encuentran en Bélgica, y la posición de los ocho diputados de Catalunya en Comú-Podem.

JxCat, ERC y la CUP sumaron setenta escaños el 21-D, lo que en circunstancias normales les garantizaría revalidar sin problemas la mayoría absoluta en la Mesa, pero la excepcionalidad de la situación de estos ocho de sus diputados siembra de interrogantes la sesión constitutiva del Parlament.

La mayoría absoluta de los setenta diputados independentistas podría verse reducida circunstancialmente a 62 en el caso extremo de que los tres electos en prisión -Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Joaquim Forn- y los cinco que permanecen en Bélgica -Carles Puigdemont, Clara Ponsatí, Lluís Puig, Antoni Comín y Meritxell Serret- no pudiesen delegar su voto. La semana pasada, el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena denegó a Junqueras su traslado a una prisión de Catalunya y declaró su incapacidad, así como la de Forn y Sànchez, para participar en persona en las votaciones del Parlament, aunque abrió la puerta a que los tres presos soberanistas puedan delegar su voto. Sin embargo, los letrados del Parlament hicieron público el pasado lunes un informe en el que señalaban que el reglamento de la Cámara no prevé la posibilidad de delegar el voto, aunque, en última instancia, dejaron esta posibilidad en manos de la interpretación que haga hoy la Mesa de Edad, una Mesa de Edad que en esta ocasión estará formada íntegramente por diputados de ERC: el veterano exconseller Ernest Maragall y los jóvenes Gerard Gómez del Moral y Rut Ribas.

De hecho, Mariano Rajoy confirmó ayer que recurrirá inmediatamente al Constitucional si se permite delegar el voto desde Bruselas a Puigdemont y los otros cuatro exconsejeros huidos para elegir a los miembros de la Mesa de la Cámara. Otras fuentes del Ejecutivo español precisaron además que lo estudiarán en el caso de los diputados electos que se encuentran encarcelados.

Pero es que aun en el supuesto de que los ocho diputados electos ausentes no pudiesen delegar su voto, las fuerzas soberanistas sumarían 62 votos, cifra superior a la que podrían acumular Ciudadanos, PSC y PPC en torno a un candidato alternativo, que se quedarían en 57. De este modo, solo si los tres partidos constitucionalistas se pusieran de acuerdo con Catalunya en Comú-Podem podrían alcanzar los 65 votos y superar los 62 de las fuerzas soberamistas, pero Inés Arrimadas ya ha puntualizado que el único candidato no soberanista que aritméticamente podría ser elegido presidente de la Mesa es el de Ciudadanos, José María Espejo Saavadra, y Catalunya en Comú-Podem ha dicho que no prestará sus votos para apoyar un nombre propuesto por otro grupo.

Y es que en el hipotético caso de que no se permita el voto delegado de los ocho diputados soberanistas ausentes, la clave hay que buscarla en la postura que adopten los diputados de Catalunya en Comú-Podem, los denominados comuns, que, casualmente, también son ocho, igual que los representantes soberanistas en el exilio o prisión.

La portavoz de los comuns, Elisenda Alamany, reiteró ayer la negativa de su grupo a apoyar a algún candidato a la presidencia del Parlament que no sea el suyo propio, lo que implica que no votará a favor ni del propuesto por el bloque independentista ni por el constitucionalista. “No votaremos a favor de ningún candidato que no sea el nuestro, por mucho que insista Ciudadanos, que no sumaba suficientes apoyos la semana pasada ni tampoco esta, y además, queremos dejar claro que no contribuiremos a formar mayorías adulteradas por el hecho de que haya gente en la cárcel”, aseguró.

Investidura Una vez elegido, el presidente del Parlament abrirá una ronda de contactos con todos los grupos y tiene diez días hábiles para convocar el primer debate para investir al próximo presidente de la Generalitat, lo que debe producirse antes del próximo día 31.

JxCat y ERC emitieron ayer un comunicado conjunto en el que además de anunciar su voto a Roger Torrent como presidente del Parlament, también aseguraban que han pactado dar apoyo a la propuesta de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat.

Hay que recordar que en su informe jurídico, los letrados de la Cámara consideraron “imprescindible” que el candidato esté en el hemiciclo, entre otras razones, porque debe debatir oralmente y de forma directa con todos los grupos. Sin embargo, JxCat considera que fue una extralimitación por parte de los letrados. Así lo explicaron fuentes de la candidatura, que se reunió ayer por más de dos horas y media en el Parlament para abordar el inicio de la legislatura. En la reunión de los diputados de JxCat intervino Carles Puigdemont por videoconferencia desde Bruselas, acompañado de los consellers destituidos Clara Ponsatí y Lluís Puig.

Serán dos semanas de incertidumbre y, además, con la advertencia de Rajoy de prolongar la aplicación del artículo 155 si se inviste al cesado Puigdemont a través de un voto delegado y sin acudir al Parlament.