Bilbao - El PNV valora positivamente los pasos que está adoptando el Colectivo de presos de ETA de cara a la obtención de beneficios penitenciarios, por tratarse de medidas inéditas hasta la fecha. Pero, al mismo tiempo, reclama que las mismas no obedezcan tan solo a coyunturas concretas, como la manifestación del próximo sábado en Bilbao en favor de los derechos de los reclusos, sino que tengan continuidad y lleguen a implementarse con el tiempo.
Ésta es la posición del partido de Andoni Ortuzar, que se abordó en la reunión semanal del Euzkadi Buru Batzar (EBB), según fuentes de la formación consultadas por este medio, tras el anuncio del EPPK que trascendió a través del Foro Social Permanente. Dichas fuentes incidieron asimismo en la importancia de la terminología, ya que el reconocimiento del “daño causado” que los presos aseguraron que están dispuestos a afrontar debe estar acompañado por la admisión sin matices de que dicho daño fue “injusto”.
Instaron por ello al colectivo de presos a “ser valientes y honestos, y reconocer el daño injusto causado en estos términos”. Además, es “lo que demandan las víctimas”. Como ejemplo de la “batalla del diccionario y nominalista” que atribuyen a este mundo, dichas fuentes apuntaron a la “desmovilización” que, según avanzó el Foro Social la semana pasada, llevará a cabo la organización antes del verano, cuando “lo que tiene que hacer es desaparecer”.
El portavoz del Grupo Vasco en el Congreso, Aitor Esteban, ya avanzó esta postura por la mañana asegurando que “más que ese anuncio de desmovilización, lo que debería producirse es un anuncio de disolución de ETA como tal”. “Eso es lo que esperamos todos desde hace mucho tiempo y no tiene sentido que no se haya producido ya”, añadió.
En declaraciones a Radio Euskadi, instó además a los presos a dejar de “marear la perdiz y reconocer el daño injusto causado”. Agregó que “para las víctimas es muy importante” que se reconozca que “no fue una actitud en un sentido de igualdad y de un daño mutuo producido, sino que no tenía justificación que se produjera contra determinadas personas, asesinando y extorsionando durante años y años”.
Aitor Esteban insistió en que la violencia “no tenía absolutamente justificación y, por lo tanto, es bueno que eso se reconozca, porque los valores democráticos tienen que estar por encima de todo”. Así, deseó que “no sigamos mareando la perdiz, llamemos a las cosas por su nombre y punto”.
Del mismo modo, consideró “positivos” los pasos individuales adoptados por la práctica totalidad de los presos en su situación penitenciaria. “Se tendría que haber hecho antes, pero la organización como tal no se lo autorizaba, se negaban en bloque y quien lo solicitaba era tachado de traidor”, recordó el diputado jeltzale.
Unidad de acción De forma paralela, el EBB del PNV ratificó en su reunión de ayer que no acudirá a la marcha anual en favor de los presos convocada por Sare este sábado en Bilbao. “Es un acto que está dentro del calendario de la izquierda abertzale, que organizan ellos”, aseguraron fuentes de la Ejecutiva a este diario.
Recordaron asimismo lo sucedido en enero de 2014 cuando, tras ser prohibida por la Audiencia Nacional, el PNV y otros agentes políticos y sociales convocaron una manifestación silenciosa. “No fue una experiencia agradable”, ya que “lejos de valorar este gesto, algunos arremetieron” contra dirigentes jeltzales en el transcurso de la movilización. La decisión adoptada ayer por el EBB obedece también a estos “posicionamientos previos”. “La izquierda abertzale pide unidad de acción con la boca grande pero la dificulta mucho con la boca pequeña”, zanjaron.