BARCELONA - JxCat elevó ayer el tono para avisar de que el único candidato legítimo a la presidencia de Catalunya es, a su juicio, Carles Puigdemont, y pensar en un plan alternativo sería “entrar en el marco mental del artículo 155” y aceptar que Madrid puede quitar y poner presidentes. La formación quiso desmentir así que esté pensando en otro candidato con menos dificultades jurídicas para ejercer el cargo desde Catalunya pero, de paso, trató de desactivar también la presión que está ejerciendo ERC para que Puigdemont aclare sus intenciones y regrese cuanto antes desde Bruselas para presentarse a la investidura en carne y hueso, y no por la vía telemática. De lo contrario, los republicanos plantearían un candidato alternativo.

El entorno del president cesado insiste en que volverá a Catalunya, pero ERC sospecha que está explorando otras vías como una investidura vía internet desde Bruselas para no exponerse a ser encarcelado en cuanto pise suelo estatal. Esta pugna podría recrudecerse a partir del jueves, cuando el Supremo revisará la prisión provisional de Oriol Junqueras. Si lo excarcelara y Puigdemont aún no hubiera regresado, ERC podría presentarlo como aspirante. No obstante, en ese supuesto, es asumido por todos que Puigdemont volvería a Catalunya porque tendría opciones de quedar en libertad como Junqueras y, con su regreso, la discusión acabaría en cuestión de segundos.

La jefa de campaña y diputada electa de JxCat, Elsa Artadi, recalcó ayer en Rac1 que la propuesta de su partido es Carles Puigdemont, y “pensar en cualquier otra opción es entrar en el marco mental del 155, en el que Rajoy puede cambiar al presidente”. “Ya tenemos presidente de la Generalitat. El resultado de las elecciones es muy claro. Me parecería deshonesto cambiar nuestro discurso una semana después de las elecciones”, dijo. Añadió que el reglamento del Parlament “da margen para investir al presidente de diversas maneras”, en alusión a la investidura telemática, aunque aclaró que la voluntad de su partido es que el próximo presidente catalán “gobierne desde el Palau”. Artadi situó a Junqueras como vicepresident.

JxCat lleva varios días lanzando avisos a sus exsocios de ERC. En un argumentario interno que se hizo público el viernes, avisaba de que los catalanes han votado a Puigdemont en las elecciones del día 21 (ganó Ciudadanos, pero la mayoría absoluta fue para los independentistas, y el partido soberanista más votado fue JxCat). A su juicio, esa victoria no la puede cambiar el Parlament votando a otro aspirante diferente. La sesión de constitución del Parlament tendrá lugar el 17 de enero, y el 31 se producirá el primer intento de investidura. Para entonces, la incógnita sobre Puigdemont debe despejarse completamente.

las opciones Se da la circunstancia de que la propia Artadi ha sonado como candidata para presidir la Generalitat desde Catalunya, mientras Puigdemont desempeñaría un papel más simbólico desde Bruselas. El entorno del president cesado, sin embargo, asegura que volverá y ejercerá sobre el terreno. Las conversaciones con ERC para acordar la composición de la Mesa del Parlament y la investidura están paralizadas a la espera de que se despeje la incógnita.

En algunos ámbitos no descartan que JxCat esté también a la espera de lo que suceda el jueves con Junqueras porque, si el juez decide mantenerlo en prisión, Puigdemont se enfrentaría al mismo destino en cuanto llegara a Catalunya, y podría reconsiderar sus planes y mantenerse en Bruselas como representante de lo que JxCat considera el Govern legítimo para preservarlo. No obstante, en ámbitos cercanos a JxCat se apunta que el president volverá y asumirá los riesgos. Será detenido por un presunto delito de rebelión por la declaración unilateral de independencia, que fue suspendida; y tratará de obtener la libertad condicional, o un permiso penitenciario para asistir a la sesión de investidura.

ERC le exige que regrese ya, y los partidos constitucionalistas están ejerciendo presión asegurando que nadie puede ejercer como presidente desde la distancia. Es una idea que también comparten los republicanos, que reclaman claridad a Puigdemont por ese mismo motivo. El lehendakari también aseguró el viernes que, para dirigir un país, hay que estar presente y no basta con internet.