BARCELONA - Los partidos soberanistas tendrán menos tiempo del esperado para resolver la situación de los diputados electos que se encuentran en la cárcel y en Bruselas, y para acordar quién presidirá la Mesa del Parlament y la Generalitat. El presidente español, Mariano Rajoy, con las atribuciones que le brinda el artículo 155 de la Constitución que mantiene suspendido el autogobierno catalán, fijó ayer para el día 17 de enero la sesión constitutiva del Parlament. Rajoy ha decidido no agotar el plazo máximo legal, que expiraba el día 23 de enero, y deja a JxCat, ERC y la CUP con seis días menos para cerrar su negociación. Por extensión, también añade presión para la investidura que, en lugar de tener lugar el 6 de febrero, será ahora el 31 de enero a más tardar. Fue la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, quien comunicó la fecha a los partidos catalanes, exceptuando a la CUP; sin que ninguno de ellos se opusiera.

Los partidos independentistas tienen casi todo por decidir. Han logrado una mayoría absoluta clara y, en teoría, existe consenso en torno a la idea de que Carles Puigdemont sea el president porque JxCat fue el partido más votado dentro del soberanismo. Sin embargo, ERC le pide que regrese ya desde Bruselas para ser investido porque, de lo contrario, los propios republicanos podrían disputarle el puesto proponiendo a un candidato de sus filas. Por otra parte, aún no ha quedado resuelta la situación de los cinco diputados electos que están en Bruselas (incluido el propio Puigdemont) y los tres que se encuentran en la cárcel. Pueden tomar posesión del acta sin acudir personalmente al Parlament, pero se antoja mucho más complicado que puedan ejercer el voto o delegar en algún compañero de filas, algo que solo puede hacerse en casos de enfermedad, baja por maternidad o paternidad, o incapacidad. Sin resolver este punto, perderían la mayoría absoluta.

Los soberanistas pueden correr la lista para que tomen posesión candidatos que no tengan mayores impedimentos para ocupar el cargo, o bien acelerar el regreso de los huidos aunque sean encarcelados y pedir permisos de salida para que acudan a las votaciones. Es una incógnita que debe resolverse antes del día 17 para no perder la mayoría absoluta en la sesión de constitución del Parlament, donde se someterá a votación la composición de la Mesa, un órgano clave para admitir a trámite el debate de las iniciativas y ordenar los plenos, y donde Ciudadanos quiere hacerse con la presidencia.

Los soberanistas tienen hasta el día 17 para acordar la Mesa entre ellos y con el resto de partidos. La componen siete miembros. Asegurarse una mayoría absoluta en ese órgano es vital para el soberanismo, para garantizar que las formaciones constitucionalistas no tumben propuestas relacionadas con el derecho a decidir o la ruptura. Se prevé que JxCat, ERC y Ciudadanos tengan dos asientos, y el séptimo podría ser para el PSC o En Comú Podem. JxCat propone que Carme Forcadell vuelva a ser la presidenta para restituir las instituciones previas al 155, y para garantizarse de ese modo que ERC respete la candidatura de Puigdemont para la investidura. No obstante, los republicanos no han cerrado aún el acuerdo y quieren que Puigdemont aclare cuanto antes sus intenciones y regrese desde Bruselas, aunque se exponga a ser detenido.

En la votación de la Mesa, los independentistas deben garantizarse la mayoría absoluta. Tendrán 70 escaños, pero solo sobre el papel, porque cinco electos están huidos (Puigdemont y los consellers cesados Toni Comín, Clara Ponsatí, Lluís Puig y Meritxell Serret), y tres se encuentran en la cárcel (el vicepresident Oriol Junqueras, el conseller Joaquim Forn y el líder de la ANC, Jordi Sànchez). Sin ellos, solo sumarían 62 escaños de un total de 135. Ciudadanos tendría opciones de arrebatarles la presidencia, y podría conformarse una mayoría no soberanista en el órgano. El partido naranja podría presentar a José María Espejo-Saavedra para ese cargo.

pendientes del supremo Antes del 17 de enero, hay dos citas judiciales determinantes que pueden contribuir a despejar el escenario. El día 11 volverán a declarar ante el Supremo Forn, Sànchez y Cuixart con la intención de que el tribunal reconsidere su prisión provisional. El próximo jueves, por otra parte, el tribunal revisará el encarcelamiento de Junqueras. Si saliera en libertad, podría ganar puntos como candidato a la investidura, sobre todo si Puigdemont aún no ha regresado de Bruselas, o si lo ha hecho y ha sido encarcelado. ERC podría presionar con su candidato, más aún teniendo en cuenta que solo le separan 10.000 votos de JxCat.

El equipo del president cesado, sin embargo, está convencido de que Puigdemont regresará. Será detenido y encarcelado, pero aspira a lograr la libertad condicional en unos días, o un permiso penitenciario para acudir a la investidura. Se expone, no obstante, a que el Supremo sea inflexible con su caso si lo considera el cabecilla del presunto delito de rebelión y la declaración unilateral de independencia, que fue suspendida. Además, el Supremo puede alegar en su caso riesgo de fuga por su estancia en Bruselas.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, por su parte, avisó ayer de que su partido va a intentar hacerse con una mayoría en la Mesa del Parlament, e intentará que no sean presidentes de la Generalitat ni Puigdemont ni Junqueras. A su juicio, no es “legítimo” que presida el Parlament alguien con “delitos a sus espaldas”, en alusión a Carme Forcadell, que se encuentra en libertad condicional y no ha mostrado por el momento demasiado entusiasmo para repetir en el cargo. El juez Llarena la dejó en libertad después de que aparcase la vía unilateral, de manera que el tribunal puede revocar su decisión y encarcelarla otra vez si cree que ha faltado a su palabra. Un cargo de tanta exposición política como la presidencia del Parlament catalán podría perjudicar a Forcadell.

Ciudadanos intentará que los constitucionalistas tengan una “presencia importante” en el Parlament para vigilar que “no se vuelvan a violar el reglamento ni la Constitución”. Por otra parte, el partido naranja no va a ceder un escaño al PP para que tenga grupo propio. No seguirá la estela de ERC, que anteayer lanzaba un guiño a la CUP ofreciéndole uno de sus diputados para que no tuviera que compartir el Grupo Mixto con los populares.

Contactos con los grupos La vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, contactó con la secretaria general de ERC, Marta Rovira, para comunicarle la fecha del pleno en una conversación que, según el Gobierno español, fue fluida. La vicepresidenta también habló con los representantes de los soberanistas catalanes en Madrid, como los portavoces del PDeCAT y ERC en el Congreso, Carles Campuzano y Joan Tardà, respectivamente. Ninguno de los grupos planteó objeciones.